II. No hay en la vida experiencia como un viaje. Si uno nunca ha llevado las luces en su cerebro, colores a los que nadie jamas puso nombre , no hay palabras para describirlo. Mejor que los suenos o las pesadillas… mejor que una mujer… mejor que la comida o la bebida, o que dormir o respirar… ?y nos pagan por ello! Pobres tontos enganados, con nada bajo sus craneos, salvo protoplasma… — Miro confuso a Miles —. Oh, perdon. Nada personal, usted no es piloto. Nunca mas lleve un cargamento a Hespari —. Enfoco un poco mas nitidamente a Miles —. Diga, usted es un desastre, ?no?

— No tanto como usted — replico Miles abiertamente irritado.

— Mmm — asintio el piloto. Le paso otra vez la botella.

Curioso mejunje, penso Miles. Lo que fuera que contuviese, parecia estar contrarrestando el efecto habitual que el alcohol le producia: hacerle dormir. Se sentia acalorado y con energia, como si esta fluyera hasta sus manos y pies. Probablemente era asi como Mayhew se habia mantenido despierto tres dias en esta lata desierta.

— Asi, pues — continuo desdenosamente Miles —, no tienes un plan de lucha. No has pedido un millon de dolares betanos en billetes pequenos, ni has amenazado con estrellar la nave contra el puerto de transbordadores, ni has tomado rehenes, ni… ni nada constructivo en absoluto. Solo te sientas aqui, matando el tiempo y tu botella, y desperdiciando tus oportunidades, por falta de un poco de resolucion o imaginacion o alguna otra cosa.

Mayhew parpadeo ante este inesperado punto de vista.

— Por Dios, por una vez Van ha dicho la verdad, no eres del Consejo de Salud Mental… Podria tomarte de rehen — dijo con placidez, apuntando la pistola hacia Miles.

— No, no hagas eso — se apresuro Miles —. No puedo explicarte, pero… reaccionarian con todo alla abajo. Es una mala idea.

— Oh. — La pistola dejo de apuntar a Miles —. Pero, de todas maneras, ?no ves que no pueden darme lo que quiero? — Palmeo su receptor de cabeza, tratando de explicar —. Quiero hacer saltos. Y no puedo, ya no puedo.

— Solamente en esta nave, deduzco.

— Esta nave va para la chatarra — su desesperanza era completa, inesperadamente racional —, tan pronto como yo ya no pueda mantenerme despierto.

— Esa es una actitud inutil — dijo criticamente Miles —. Aplica un poco de logica al problema, por lo menos. Quiero decir esto: tu quieres ser piloto de saltos, solo puedes serlo de saltos para una nave RG y esta es la ultima nave RG; ergo, lo que necesitas es esta nave. Asi que adquierela. Se un piloto-propietario. Haz tus propias cargas. Simple, ?ves? ?Me das un poco mas de ese mejunje, por favor? — Miles comprobo que uno se acostumbraba muy rapido al gusto horrible.

Mayhew sacudio la cabeza, aferrando sus desesperanza y su caja como un nino abraza un juguete familiar y consolador.

— Lo intente, lo he intentado todo. Pense que obtendria un prestamo. Fracaso y, de todas maneras, Calhoun ofrecio mas que yo.

— Oh. — Miles le devolvio la botella, sintiendose mareado. Miro al piloto, respecto del cual el flotaba ahora en angulos rectos —. Bueno, todo loque se es que uno no puede rendirse. La rran…, la rendicion mancha el honor de los Vor. — Comenzo a canturrear un trozo de una balada infantil que recordaba a medias: El sitio de Silver Moon: Habia un Vor en ella, y una hermosa mujer hechicera que montaba un magico mortero volador; machacaban en el los huesos de los enemigos al final —. Dame otro trago, quiero pensar. «Si juramento quisieras prestar ante mi, tu legitimo dueno sere para ti…»

— ?Eh?

Miles se dio cuenta de que habia cantado en voz audible, a pesar de lo baja.

— Nada, perdon. — Floto en silencio unos minutos mas —. Ese es el problema con el sistema betano — dijo tras un momento —, nadie asume responsabilidad personal por nadie. Todo son entidades corporativas ficticias y sin rostro… un gobierno de fantasmas. Lo que necesitas es un senor, un dueno legitimo que espada en mano destroce todas las ataduras oficiales. Como Vorthalia el Audaz y el Matorral de Espinos.

— Lo que necesito es un trago — dijo hoscamente Mayhew.

— ?Hm? Oh, disculpame. — Miles le devolvio la botella. En el fondo de su mente estaba formandose una idea, como una nebulosa que empezaba a condersarse. Un poco mas de masa y comenzaria a incandescer, una protoestrella… —. ?Lo tengo! — grito, enderezandose de golpe y dando accidentalmente una voltereta involuntaria.

Mayhew se reclino, casi disparando la pistola contra el suelo. Miro indeciso el lico bajo su brazo.

— No, lo tengo yo — corrigio.

Miles se recompuso de la voltereta.

— Mejor hagamos esto desde aqui. Primer principio de la estrategia, nunca conceder una ventaja. ?Puedo usar la consola de comunicacion?

— ?Para que?

— Yo — dijo Miles con grandilocuencia — voy a comprar esta nave. Y luego te empleare a ti para pilotarla.

Mayhew le miro perplejo, desviando la vista de Miles a la botella, alternativamente.

— ?Tienes tanto dinero?

— Mmm…, bueno, tengo bienes…

Tras unos minutos de operar en la consola, la cara de Calhoun aparecio en la pantalla. Miles le transmitio sucintamente su proposicion. La expresion de Clahoun paso de la incredulidad al ultraje.

— ?Llama a eso un arreglo? — grito —. ?A precio de coste! — y anadio —: ?Yo no soy un maldito agente de bienes raices!

— Senor Calhoun — dijo con suavidad Miles —, me permito senalarle que la eleccion no es entre mi pagare y esta nave, la eleccion es entre mi pagare y una lluvia de escombros ardientes.

— Si descubro que esta usted confabulando con ese…

— Jamas le habia visto hasta hoy — se descargo Miles.

— ?Que inconveniente hay con ese terrano? — pregunto suspicazmente Calhoun —, aparte de estar en Barrayar, quiero decir.

— Es tierra parecida a una hacienda fertil — respondio Miles, no muy directamente —. Arbolado, cien centimetros de lluvia al ano — eso tenia que atraer a un betano —, a escasos trescientos kilometros de la capital — en la direccion del viento, afortunadamente para la capital — y me pertenece absolutamente. Acabo de heredarla recientemente de mi abuelo. Vaya y compruebelo con la Embajada de Barrayar. Constate las cartas climaticas.

— Esa lluvia… no cae toda en el mismo dia o algo asi, ?no?

— Por supuesto que no — replico Miles, irguiendose indignadamente. No era facil con gravedad cero —. Es tierra ancestral, ha pertenecido a mi familia durante diez generaciones. Puede estar seguro de que hare cuanto sea necesario para cubrir ese pagare antes de permitir que mi tierra se me escape de las manos…

Calhoun se froto la barbilla.

— El coste mas el veinticinco por ciento.

— Diez por ciento.

— Veinte.

— Diez, o le dejo que trate directamente con el oficial Mayhew.

— Esta bien — gruno Calhoun —, el diez por ciento.

— ?Hecho!

No era tan sencillo, por supuesto. Pero, gracias a la eficiencia de la red betana de informacion planetaria, una transaccion, que en Barrayar hubiera llevado dias, pudo cerrarse en menos de una hora desde la cabina de control de Mayhew. Astutamente, Miles se nego a abandonar la ventaja tactica, util para negociar, que les daba la posesion de la caja explosiva. Mayhew, tras su asombro inicial, se quedo en silencio, rehusando salir.

— Mira, chico — dijo de pronto, en medio de la complicada transaccion —, aprecio lo que estas tratando de hacer, pero… es demasiado tarde. Comprende, cuando baje no van a estar riendose precisamente. Seguridad va a estar esperando ahi con una patrulla del Consejo de Salud Mental detras. Me echaran una red de inmediato… En

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