uno o dos meses, me veras pasear sonriendo; uno siempre esta sonriendo despues que el C.S.M. hace su trabajo… — Sacudio la cabeza con un gesto de desesperanza —. Es demasiado tarde.

— Nunca es demasiado tarde mientras uno respira — sentencio Miles. Hizo el equivalente en gravedad cero de caminar por el cuarto, empujandose desde una pared, girando en el aire y empujandose desde la pared opuesta una docena de veces, pensando —. Tengo una idea — dijo al fin —. Apuesto a que nos dara tiempo, al menos tiempo suficiente, para encontrar algo mejor… El problema es que, como no eres barrayano, no vas a entender lo que haces, y es un asunto serio.

Mayhew le miro completamente desconcertado.

— ?Eh?

— Es asi. — Un porrazo, un giro, enderezarse, otro porrazo —. Si estuvieras dispuesto a jurarme fidelidad como vasallo, en calidad de simple hombre de armas, tomandome por tu senor, que es la mas seria de nuestras formulas de juramento, yo podria quizas incluirte bajo mi inmunidad diplomatica Clase III. Se que lo haria si fueras un subdito barrayano. Por supuesto, eres ciudadano de Beta. Pero, en todo caso, estoy bastante seguro de que podriamos armar un lio de abogados y ganar varios dias mientras se resuelve que leyes tienen procedencia. Legalmente, yo estaria obligado a darte cama, comida, ropa, armamento, y supongo que esta nave podria considerarse como tu armamento, proteccion, en caso de desafio de algun otro vasallo de otro senor, lo que dificilmente tendra aplicacion aqui en Colonia Beta, y… oh, hay algo con respecto a tu familia. De paso, ?tienes familia?

Mayhew sacudio negativamente la cabeza.

— Eso simplifica las cosas. — Porrazo, giro, vuelta, enderezamiento, porrazo —. Mientras tanto, ni Seguridad ni el C.S.M. podrian tocarte, pues serias legalmente una parte de mi cuerpo.

Mayhew parpadeo.

— Eso suena retorcido como el demonio. ?Donde firmo? ?Como lo registras?

— Todo lo que tienes que hacer es arrodillarte, poner tus manos entre las mias y repetir unas dos frases. Ni siquiera se necesitan testigos, aunque la costumbre es que haya dos.

Mayhew encogio los hombros.

— Esta bien. Seguro, chico.

Porrazo, giro, vuelta, enderezamiento, porrazo.

— Esta-bien-seguro-chico. Sabia que no lo comprenderias. Lo que he descrito es solo una minuscula parte de mi mitad del convenio, tus privilegios. El vinculo incluye tambien tus obligaciones y un monton de derechos que tengo sobre ti. Por ejemplo, solo por ejemplo, si rehusaras cumplir una orden mia en el fragor de la batalla, yo tendria el derecho de cortarte la cabeza, ahi mismo.

Mayhew abrio la boca.

— ?Te das cuenta — dijo despues — de que el Consejo de Salud Mental tambien va a echarte una red a ti…?

Miles sonrio sarcasticamente.

— no pueden, porque si lo intentaran, yo podria pegarle un grito a mi senor para que me proteja. Y lo conseguiria, ademas. Es muy quisquilloso en lo referente a quien le hace que a sus subditos. Ah, esa es otra, si te conviertes en mi vasallo, automaticamente te pones en relacion con mi senor; es algo complicado.

— Y con el de el y el de ese y el otro, supongo. Conozco todo sobre las cadenas de mandos — dijo Mayhew.

— Bueno, no, solo llega hasta mi senor. Yo preste juramento directamente a Gregor Vorbarra, como vasallo secundus. — Miles se dio cuenta de que lo mismo podria haber dicho cualquier otra cosa, por lo que habian significado sus palabras para Mayhew.

— ?Quien es ese Greg? — pregunto el piloto.

— El emperador de Barrayar — agrego Miles, para asegurarse de que lo entendiera.

— Oh.

Tipicamente betano, penso Miles. No estudian la historia de nadie excepto la propia y la de la Tierra.

— De todas maneras, piensalo; no es algo en lo que deberias precipitarte.

Cuando la ultima impresion de voz quedo registrada, Mayhew desconecto cuidadosamente la caja; Miles contuvo el aliento y el oficial piloto senior volvio para llevarlos de vuelta a la base.

El piloto senior se dirigio a el ahora con un tono mas respetuoso.

— No tenia ni idea de que perteneciera a una familia tan rica, lord Vorkosigan. Fue una solucion al problema que, por cierto, no habia previsto, aunque seguramente una nave no es mas que una bagatela para para un noble de Barrayar.

— No del todo — contesto Miles —. Voy a tener que hacer algunos chanchullos para cubrir ese pagare. Mi familia fue muy adinerada, debo admitirlo, pero eso fue en la Epoca del Aislamiento. Entre los trastornos economicos al final de ese periodo y la Primera Guerra Cetagandana, quedamos bastante aniquilados, en terminos economicos. — Sonrio un poco —. Ustedes los galacticos nos tuvieron de aca para alla. Mi tatarabuelo, por el lado Vorkosigan, cuando los primeros mercaderes galacticos dieron con nosotros, penso que iba a hacer un gran negocio con las joyas, ya sabe, diamantes, rubies, esmeraldas, que los galacticos parecian estar vendiendo tan baratas. Invirtio todos sus bienes y valores liquidos y la mitad de sus bienes muebles en ellas. Bueno, por supuesto, eran sinteticas, mejor que las naturales y baratas como el lodo, o la arena; y los fondos pronto se agotaron, y el con ellos. Me contaron que mi tatarabuela jamas le perdono.

Hizo un vago ademan a Mayhew, quien le paso la botella con un gesto condicionado. Miles se la ofrecio an piloto, el cual la rechazo con aire de disgusto. Miles se encogio de hombros y tomo un largo trago. Sorprendentemente, un mejunje agradable. Su sistema circulatorio, al igual que el digestivo, parecia ahora estar reluciendo con tintes del arco iris. Sintio que podria estar dias sin dormir.

— Desgraciadamente, la mayor parte del terreno que vendio estaba en Vorkosigan Surleau, que es bastante seco, aunque no para los canones betanos, por supuesto, y el que conservo estaba en Vorkosigan Vashnoi, que era mejor.

— ?Que tiene eso de desafortunado? — pregunto Mayhew.

— Bueno, porque era el asiento principal del gobierno de los Vorkosigan, y porque eramos duenos mas o menos de cada vara y de cada piedra que habia alli (era un centro comercial muy importante) y como los Vorkosigan fueron… prominentes en la Resistencia, los cetagandanos tomaron la ciudad. Es una larga historia, pero, finalmente, destruyeron el lugar. Ahora, es un gran agujero en la tierra. Se puede ver una debil fosforescencia en el cielo, en una noche oscura, a veinte kilometros de distancia.

El piloto llevo suavemente la pequena nave hasta su desembarcadero.

— Oye — dijo Mayhew de repente —, ese terreno qe teniais en Vorkosigan no-se-cuanto…

— Vashnoi. Tenemos. Cientos de kilometros cuadrador, y la mayor parte en la direccion del viento. ?Si?

— ?Es la misma…? — Su cara se estaba iluminando como si el sol asomara tras una larga y oscura noche —. ?Es la misma que hipotecaste para…? — Empezo a reir, encantado, sin aliento; ambos desembarcaron —. ?Es lo que le prometiste a ese arrastrado de Calhoun a cambio de mi nave?

— Caveat emptor — sentencio Miles —. Que el comprador se cuide. El indago las cartas climaticas; nunca se le ocurrio indagar las cartas de radiactividad. Probablemente, no estudia tampoco la historia de nadie mas.

Mayhew se sento en la bahia de la darsena, riendo tan fuertemente que inclinaba su frente casi hasta el suelo. Su risa tenia mas de un extremo histerico; varios dias sin dormir, despues de todo…

— Chico — grito —, ?dame un trago!

— Me propongo pagarle, como comprenderas — explico Miles —. Las hectareas que eligio harian un agujero poco estetico en el mapa para algun descendiente mio, dentro de unos siglos, cuando la radiactividad haya pasado. Pero si se pone codicioso o pesado para cobrar, obtendra lo que se merece.

Tres grupos de personas se aproximaban a ellos. Al parecer, Bothari habia escapado finalmente de la aduana, porque lideraba el primer grupo. Traia abierto el cuello de la camisa y parecia estar decididamente molesto. Ay, ay, ay, penso Miles, parece que le desnudaron para revisarle, lo cual garantiza que esta de un humor feroz. Le seguia un nuevo agente betano de Seguridad y un civil betano que cojeaba, a quien Miles no habia visto nunca antes y que gesticulaba y se quejaba amargamente. El hombre tenia una contusion en la cara y un ojo hinchado y semicerrado. Elena venia detras, al borde de las lagrimas.

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