Miles se rio y suspiro; Baz torcio la boca. Hathaway pidio que le aclarasen la broma.

— Es otra vez la ley barrayana — explico Miles —. Nuestra justicia no tiene muy buena disposicion con quienes respetan la letra de la ley y violan su espiritu. El clasico precedente fue el caso de lord Vorloupulous y sus dos mil cocineros.

— ?Dirigia una cadena de restaurantes? — pregunto Hathaway, trastabillado —. No me digan que eso tambien es ilegal en Barrayar…

— Oh, no. Fue al final de la Epoca del Aislamiento, hace casi un siglo. El Emperador Dorca Vorbarra estaba centralizando el gobierno y desmantelando el poder de los condes como entidades de gobierno separadas; hubo una guerra civil a causa de ello. Una de las principales medidas que tomo fue eliminar los ejercitos privados, lo que en la antigua Tierra solian llamar librea y mantenimiento. A cada conde se le permitio un maximo de veinte partidarios armados; apenas una escolta.

» Pues bien, lord Vorloupulous tenia una vieja contienda con algunos vecinos, por lo que encontro esta asignacion bastante inadecuada; asi que empleo a dos mil “cocineros”, segun los llamo, y los mando a cortar en rebanadas a sus enemigos. Fue muy ingenioso para armarlos, con cuchillos de carnicero en vez de espadas cortas y demas. Habia montones de veteranos recientemente desempleados buscando trabajo en ese momento; los cuales no eran tan orgullosos como para no emplearse de cocineros…

Los ojos de Miles destellaron divertidos.

— El emperador, naturalmente, no lo vio de ese modo. Dorca marcho con su ejercito regular, para entonces el unico de Barrayar, sobre Vorloupulous y le arresto bajo el cargo de traicion, cuya sentencia era, y sigue siendo, exposicion publica y muerte por inanicion. Asi el hombre con dos mil cocineros fue condenado a consumirse en la Gran Plaza de Vorbarr Sultana. Y pensar que siempre decian que Dorca no tenia sentido del humor…

Bothari sonrio siniestramente y Baz rio entre dientes; la risa de Hathaway fue mas falsa.

— Encantador — murmuro.

— Pero tuvo un final feliz — continuo Miles. Hathaway se animo —. En ese momento, nos invadieron los cetagandanos y lord Vorloupulous fue liberado.

— ?Por los cetagandanos? Que suerte — comento Hathaway.

— No, por el emperador Dorca, para pelear contra los cetagandanos. No se si me explico, no fue perdonado; la sentencia fue solamente demorada. Cuando acabara la Primera Guerra Cetagandana, se esperaba que se presentara a completar la sentencia, asi que tuvo una muerte honorable, despues de todo.

— ?Eso es un final feliz? — pregunto Hathaway —. Ah, bueno.

Miles noto que Baz se habia puesto silencioso y esquivo otra vez. Le sonrio, tentando una respuesta; Baz le devolvio incomodamente la sonrisa, pareciendo mas joven al hacerlo. Miles tomo su decision.

— Senor Jesek, voy a hacerte una proposicion, que puedes aceptar o rechazar. Esa nave que mencione es la RG 132. El piloto se llama Arde Mayhew. Si puedes desaparecer, y quiero decir desaparecer realmente, durante un par de dias y, luego, aparecer en el puerto de lanzaderas de Silica, el procurara que tengas una litera en su nave.

— ?Por que tendria que ayudarme, senor… lord…?

— Senor Naismith, a fin de cuentas. — Miles se encogio de hombros —. Llamalo una fantasia por ver que la gente tenga una segunda oportunidad; es algo a lo cual no son muy afectos en casa.

Casa. Los ojos de Baz miraron al vacio en silencio otra vez.

— Bueno, fue agradable escuchar el acento nuevamente, durante un rato. Tal vez tenga en cuenta su oferta — se acordo de ser prudente — o tal vez no.

Miles saludo con un gesto, recupero su botella, camino hacia Bothari y se alejo. Hilvanaron en silencio el camino de regreso por el centro de reciclaje; solo algun ocasional ruido metalico lo interrumpia. Cuando Miles miro hacia atras, Jesek era una sombra, desvaneciendose en direccion a otra salida.

Miles advirtio entonces el profundo ceno del sargento Bothari. Sonrio con una mueca y pateo una caja de control de un robot industrial desechado, atravesado como un esqueleto sobre un monticulo de otros desperdicios.

— ?Hubieras querido que le entregase? — pregunto suavemente — Eres del Servicio hasta los huesos, supongo que lo harias. Tambien mi padre lo haria, me parece; esta tan energicamente apegado a la ley, no importa lo horrible que sean las consecuencias…

Bothari permanecio callado.

— No… siempre, mi senor — dijo de pronto. Luego se refugio en un silencio inesperadamente neutral.

— Miles — susurro Elena, desviandose de un viaje nocturno al cuart de bano desde el dormitorio que compartia con la senora Naismith —, ?no vas a acostarte nunca? Es casi de dia.

— No tengo sueno. — Introdujo una pregunta mas en la consola de comunicacion de su abuela. Era verdad; se sentia fresco todavia y sobrenaturalmente alerta. Y lo que pasaba tambien era que se habia conectado a una red de informacion comercial enormemente compleja. El noventa por ciento del exito radicaba en hacer las preguntas adecuadas. Enganoso, pero tras varias horas de trabajo parecia estar cogiendole el tranquillo —. Por otra parte, con Mayhew en el dormitorio del servicio, estoy condenado al divan.

— Crei que mi padre ocupaba el divan.

— Me lo cedio con una sonrisa de regocijo. Odia el divan. Estuvo durmiendo en el todo el tiempo que pase estudiando aqui. Le ha echado la culpa de cada dolor, cada punzada y molestia de cintura que ha tenido desde entonces, incluso despues de dos anos. Seguramente, no podria ser que la vejez estuviera avanzando, no, claro…

Elena sofoco una carcajada. Se inclino sobre el hombro de Miles para mirar la pantalla. La luz de la misma, que plateaba su perfil y el aroma de su cabello, caido hacia adelante, le aturdio.

— ?Averiguando algo? — pregunto Elena.

Miles introdujo tres ordenes equivocadas, una tras otra, maldijo y reconcentro su atencion.

— Si; habia muchos mas factores para tener en cuenta de los que habia pensado. Pero creo que encontre algo… — Busco otra vez los datos defectuosamente obtenidos y senalo la pantalla con el dedo —. Ese es mi primer cargamento.

La pantalla exhibia un largo manifiesto.

— Equipamiento agricola — leyo Elena —. Con destino a… ?Que es Felice?

— Es un pais en Tau Verde IV, dondequiera que eso este. Es un viaje de cuatro semanas; estuve calculando el costo del combustible, suministros y la logistica general del recorrido; todo, desde los repuestos hasta el papel higienico. Aunque no es eso lo interesante. Lo interesante es que, con ese cargamento, puedo pagar el viaje y, ademas, cancelar mi deuda con Calhoun, totalmente dentro del limite de tiempo de mi pagare. — Su voz bajo de tono notablemente —. Me temo que… subestime el tiempo que necesitaria para que la RG 132 realizara suficientes fletes para cubrir mi pagare. Lo subestime un poco. Un monton. Bueno, una enormidad. Muy mal. Cuando finalmente empece a sumar los numeros reales, adverti que poner la nave en movimiento cuesta mas de lo que habia calculado. — Senalo una cifra —. Pero eso es lo que ofrecen para transportar, C.O.D. Felice. Y el cargamento esta listo para ir de inmediato.

Las cejas de Elena se arquearon con temerosa perplejidad.

— ?Pagar toda la nave con un solo viaje? ?Eso es maravilloso! Pero…

Miles sonrio.

— ?Pero?

— Pero ?por que nadie aprovecho la oportunidad de llevar esa carga? Parece haber estado mucho tiempo en el deposito.

— Una chica muy lista — canturreo Miles alentadoramente —. Continua.

— Veo que solo pagan contra entrega. Aunque tal vez eso sea lo normal…

— Si… — esparcio la palabra como manteca —. ?Algo mas?

Elena fruncio los labios.

— Hay algo raro.

— Ciertamente. — Hizo girar los ojos —. Hay algo, como tu has dicho, raro.

— ?Tengo que adivinarlo? Porque, si es asi, me vuelvo a la cama… — Ahogo un bostezo.

— Oh, bueno, Tau Verde IV esta en una zona de guerra en este momento. Parece que hay una guerra planetaria avanzando. Una de las partes tiene bloqueada la salida local del agujero de gusano, pero no por su

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