alimentada…
Se insulto a si mismo con furia. Se estaba hundiendo en un pantano negro y absorbente, y un terror viscoso minaba su inercia vital hacia adelante. Chapoteaba, ciegamente.
Otra vez la voz de Elena.
— … rebotando contra las paredes. Me parece que tendra que sentarsele encima. Nunca le habia visto tan mal…
Miles observo el preciado, desagradable rostro de su asesino personal. Bothari comprimio sus labios y suspiro.
— Esta bien, yo me encargare.
Elena, los ojos agrandados por la preocupacion pero la boca serena por la confianza en Bothari, se retiro. El sargento agarro a Miles por la espalda, del cuello y de la cintura, le llevo a saltos hasta la cama y le sento con firmeza.
— Beba.
— Oh, diablos, sargento… sabes que no puedo soportar el whisky. Sabe a diluyente de pintura.
— Voy a — dijo pacientemente Bothari — apretarle la nariz y a vaciarlo por su garganta si es necesario.
Miles miro la cara de pedernal y trago prudentemente un sorbo del frasco, al que reconocio vagamente como confiscado del deposito mercenario. Bothari, con eficiencia, le desvistio y le metio en la cama. Beba otra vez.
— Ahg. — Le quemo horriblemente al tragar.
— Ahora, duerma.
— No puedo dormir. Tengo demasiado que hacer. He de mantenerlos ocupados. Me pregunto si se puede falsificar un folleto. Supongo que la hermandad de la muerte no es otra cosa que una forma primitiva de seguro de vida. Probablemente Elena no tenga razon sobre lo de Thorne. Espero, por Dios, que mi padre nunca se entere de esto. Sargento, ?no vas a…? Se me ocurrio un ejercicio de desembarco con la RG 132…
Sus protestas se fueron haciendo un murmullo, se dio la vuelta y durmio sin sonar durante dieciseis horas.
11
Una semana despues, Miles seguia al mando.
Tomo como guarida la cabina de control de la nave mercenaria cuando comenzaron a acercarse a su destino. La cita de Daum era en una refineria de metales raros, en el cinturon de asteroides del sistema. La factoria era un movil de estructuras caoticas, unidas mediante vigas, brazos metalicos y satelites de fuerza, flanqueado por vastos colectores solares; arte con desechos. Unas pocas luces titilaban, iluminando algunas partes y dejando el resto en piadosa oscuridad.
Muy pocas luces, comprobo Miles cuando se aproximaron. El sitio parecia cerrado. ?Un turno libre? No era muy probable; aquello representaba una inversion demasiado grande para permanecer parada por la biologia de sus encargados. Propiamente, las fundiciones deberian operar todo el tiempo para alimentar esfuerzo de la guerra. Deberia haber remolcadores con minerales maniobrando para atracar, los cargueros salientes deberian estar alejandose con sus escoltas militares en un minue de trafico espacial…
— ?Siguen respondiendo correctamente a nuestros codigos de reconocimiento? — le pregunto Miles a Daum. Apenas lograba mantenerse quieto.
— Si —. Pero Daum parecia nervioso.
Tampoco le gusta la apariencia de esto, penso Miles.
— ?Una instalacion estrategica tan importante como esta no deberia estar mas activamente resguardada? Seguramente, los pelianos y los oseranos habran intentado ponerla fuera de combate alguna vez. ?Donde estan las naves de vigilancia?
— No lo se. — Daum se humedecio los labios y miro la pantalla.
— Tenemos una transmision en directo en este momento, senor — informo el oficial de comunicaciones mercenario.
Un coronel feliciano aparecio en la pantalla.
— ?Fehun! ?Gracias a Dios! — grito Daum. La tension de su rostro se evaporo.
Miles solto el aliento. Por un horrible momento, habia estado aterrado por una vision: no poder descargar sus prisioneros junto con el cargamento de Daum, ?que haria entonces? Estaba tan agotado al cabo de una semana como lo habia vaticinado Bothari, y vislumbro ansiosamente, con un estremecimiento de alivio, el fin de aquello.
El teniente Thorne, al entrar, sonrio y le dirigio a Miles un pulcro saludo. Miles imagino la cara de Thorne cuando la mascarada fuera revelada al fin. Se le revolvio el estomago. Contesto al saludo y oculto su malestar prestando atencion a la conversacion de Daum. Tal vez pudiera arreglarselas para estar en otra parte cuando la trampa saltara.
— … lo hicimos — decia Daum —. ?Donde estan todos? Este lugar parece desierto.
Hubo un destello de estatica, y la figura militar se encogio en la pantalla.
— Hace unas pocas semanas rechazamos un ataque de los pelianos. Los colectores solares fueron danados. Estamos esperando a las cuadrillas de reparacion en este momento.
— ?Como estan las cosas en casa? ?Ya hemos liberado a Barinth?
Otro destello de estatica El coronel, sentado tras su escritorio, asintio con un gesto y dijo:
— La guerra esta yendo bien.
El coronel tenia una diminuta escultura en su escritorio, observo Miles. Un caballo habilmente formado por una variedad de fragmentos de componentes electronicos soldados in duda por algun tecnico de la refineria en sus horas de descanso. Miles penso en su abuelo, y se pregunto que tipo de caballos tenian en Felice. ?Habian retrocedido tecnologicamente lo suficiente alguna vez como para haber usado un cuerpo de caballeria?
— ?Excelente! — dijo Daum, mirando con avidez el rostro de su camarada feliciano —. He estado mucho tiempo en Beta, temia que… ?Asi que aun estamos en carrera! Te invitare a un trago cuando llegue ahi, vieja vibora, y brindaremos juntos por el primer ministro. ?Como esta Miram?
Estatica.
— La familia esta bien — dijo gravemente el coronel. Estatica —. Aguarda instrucciones para desembarcar.
Miles dejo de respirar. El caballito, que habia estado junto a la mano derecha del coronel, estaba ahora junto a su mano izquierda.
— Si — acordo Daum con alegria —, y podremos continuar sin toda esta basura en el canal. ?Eres tu quien hace ese ruido?
Hubo otra rafaga de estatica.
— Nuestro equipo de comunicaciones resulto danado en un ataque de los pelianos hace algunas semanas. — El caballo estaba ahora otra vez a la derecha. Zumbido en la pantalla —. Aguarda instrucciones para desembarcar. — Ahora, a la izquierda. Miles tuvo ganas de gritar.
En vez de eso, le indico al oficial de comunicaciones que cerrara el canal.
— Es una trampa — dijo Miles en el mismo instante en que se corto la transmision.
— ?Que? — Daum le miro —. ?Fehun Benar es uno de mis mas viejos amigos! El no traicionaria…
— Usted no ha estado hablando con el coronel Benar, ha tenido una conversacion sintetizada con un ordenador.
— Pero su voz…
— Oh, es que realmente era Benar… pregrabado. En su escritorio habia algo que se movia entre cada rafaga de estatica. Esas rafagas fueron transmitidas deliberadamente para disimular la discontinuidad… casi. Negligencia de alguien. Probablemente las respuestas fueron grabadas en mas de una sesion.
— Pelianos — gruno Thorne —. No pueden hacer nada bien…
La oscura piel de Daum palidecio.