inconsciente de proteccion. Elena frucio de forma venenosa un rincon de su boca e inclino la cabeza en un saludo cortes. Ivan agradecio el gesto con una rigida y nerviosa sonrisa. Eso bastaba, penso Miles, a sus caballerescos planes de las indeseables atenciones de su primo.
Ivan se paro junto a Miles con un suspiro.
— ?No has sabido nada todavia del capitan Dimir?
— Ni una palabra. ?Estas seguro de que venian a Tau Verde y de que no le ordenaron repentinamente ir a otra parte? No veo como un expreso rapido puede demorarse dos semanas.
— Oh, Dios, ?crees que es eso posible? Voy a tener un gran problema…
— No lo se. — Miles trato de mitigar su alarma —. Vuestras ordenes eran encontrarme, y hasta ahora eres el unico que parece haber tenido exito en cumplirlas. Menciona eso, cuando le pidas a mi padre que te saque del entuerto.
— ?Ja! — murmuro su primo —. ?Cual es la ventaja de vivir en un sistema de poder heredado si uno no puede tener un poco de nepotismo de vez en cuando? Miles, tu padre no le hace favores
Miles estaba imperceptiblemente animado.
— ?Realmente lo crees? — Y anadio jocosamente —: ?Quieres alistarte? Parece ser la ultima moda por aqui.
— No, gracias. No quiero servir de alimento al emperador. La ley Vorloupulous, ya sabes… — dijo Ivan ahogando la risa.
La sonrisa de Miles se borro de sus labios. La risa de Ivan se escurrio como algo yendose a pique. Se miraron el uno al otro en un aturdido silencio.
— Oh, mierda… — dijo Miles finalmente —. Me olvide de la ley Vorloupulous. En ningun momento se me cruzo por la mente.
— Seguro que nadie podria interpretar eso como organizar un ejercito privado — le tranquilizo debilmente Ivan —. No hay propiamente entrega ni mantenimiento. Quiero decir, ellos no son vasallos que te han prestado juramento ni nada, ?o si?
— Solo Baz y Arde — respondio Miles —. No se como podria interpretarse un contrato mercenario de acuerdo a la ley barrayarana. No es un contrato de por vida, despues de todo… a menor que uno resulte muerto…
— ?Quien es ese tipo Baz, de todas formas? Parece ser tu mano derecha.
— No podria haber hecho esto sin el. Era un ingeniero de maquinas del Servicio Imperial, antes de… — Miles se interrumpio — retirarse.
Trataba de imaginarse cuales podrian ser las leyes con respecto a encubrir desertores. Despues de todo, originalmente se habia propuesto no ser atrapado por ello. Cuanto mas lo pensaba, su nebuloso plan de volver a casa con Baz y pedirle a su padre que dispusiera alguna suerte de perdon empezaba a parecerse cada vez mas a un hombre que cae de un avion y piensa en aterrizar en esa blanda y mullida nube que esta debajo de el. Lo que a cierta distancia parecia solido, bien podria resultar niebla visto de cerca.
Miles miro a Ivan. Luego, le observo. Luego, le examino. Ivan pestaneo con un gesto de inocente interrogacion. Habia algo en ese alegre y franco rostro que a Miles le hacia sentirse terriblemente incomodo.
— ?Sabes? — dijo Miles finalmente —. Cuanto mas pienso en tu presencia aqui, mas rara me parece.
— No lo creas — contesto Ivan —. Tuve que trabajar para ganarme el pasaje. Esa vieja pajara era casi insaciable…
— No me refiero al hecho concreto de que estes aqui… me refiero, en primer lugar, a que te hayan enviado. ?Desde cuando sacan a cadetes de primer ano y los mandan en misiones de Seguridad?
— No lo se. Supuse que querian a alguien que pudiera indentificar el cadaver o algo por el estilo.
— Si, pero tienen casi tantos datos medicos mios como para hacerme de nuevo. Esa idea solo tiene sentido si no la piensas demasiado.
— Mira, cuando un almirante del Estado Mayor llama a un cadete en mitad de la noche y le dice que vaya, uno va. No te paras a debatir con el. No lo apreciaria.
— Bueno… ?que decian las ordenes en el registro?
— Piensalo un poco, nunca he visto el registro de las ordenes. Supuse que el almirante Hessman debio de darselas personalmente al capitan Dimir.
Miles penso que su incomodidad provenia de las veces que la palabra «supuse» estaba apareciendo en esa conversacion. Habia algo mas… casi lo tenia…
— ?Hessman? ?Hessman te dio las ordenes?
— En persona — respondio con orgullo Ivan.
— Hessman no tiene nada que ver ni con Inteligencia ni con Seguridad. Esta a cargo de la Gestion. Ivan, esto se esta poniendo cada vez mas jodido.
— Un almirante es un almirante.
— Este almirante esta en la lista de mierda de mi padre, sin embargo. Por una cosa, es el conducto del conde Vordrozda al Cuartel General del Servicio Imperial, y mi padre odia que sus oficiales se involcren con los partidos politicos. Mi padre tambien sospecha de el por malversacion de fondos del Servicio, algun tipo de prestidigitacion en los contratos con los armadores de naves. En la epoca en que me fui de casa, mi padre estaba lo suficientemente impaciente para poner al capitan Illyan a investigar personalmente a Hessman; y sabes que no malgastaria los talentos de Illyan en nada de poca monta.
— Eso esta fuera de mi capacidad. Ya tengo bastantes problemas con las matematica de navegacion.
— No deberia estar fuera de tu capacidad; si, como cadete, seguro… pero tambien eres lord Vorpatril. Si algo me ocurriera, heredarias de mi padre el Condado de nuestro distrito.
— Dios no lo permita. Quiero ser un oficial y viajar y ligar con chicas, no salir de caceria por esas montanas tratando de cobrar impuestos a homicidas analfabetos o de evitar que casos de robos de gallinas se conviertan en guerras de guerrillas menores. No intento insultar, pero tu distrito es el mas hurano de Barrayar. Miles, hay gente detras de la garganta Dendarii que vive en cuevas. — Ivan se estremecio —. Y encima les gusta.
— Hay cuevas grandiosas alli — Miles se mostro de acuerdo —. Colores magnificos cuando les da la luz adecuada a las formaciones rocosas. — Recuerdos nostalgicos le punzaron.
— Bueno, si alguna vez heredo un Condado, ruego que sea en una ciudad — concluyo Ivan.
— No estas en la descendencia de ninguno que se me ocurra — sonrio Miles.
Trato de recobrar el hilo de su conversacion, pero las observaciones de Ivan le hacian representar en su cabeza mapas de lineas hereditarias. Trazo su propio origen; desde su abuela Vorkosigan al principe Vax y de este al emperador Dorca Vorbarra en persona. ?Habia previsto alguna vez el Gran Emperador el giro que su tataranieto daria a su ley, que proscribia por fin para siempre los ejercitos privados y las guerras privadas de los condes?
— ?Quien es tu heredero, Ivan? — pregunto Miles, como ausente, mirando las naves Dendarii pero pensando en las montanas Dendarii —. Lord Vortaine, ?no?
— Si, pero espero sobrevivirle en cualquier momento. Su salud no andaba muy bien, segun lo ultimo que he oido. Lastima que esta cosa de la herencia no funcione para atras, tendria parte de la pasta.
— ?Quien se llevara el dinero?
— Su hija, supongo. Lo titulos iran… dejame pensar… al conde Vordrozda, quien ni siquiera los necesita. Por lo que he oido de Vordrozda, el preferiria llevarse el dinero. No se si llegaria tan lejos como para casarse con la hija para conseguirlo, sin embargo; la chica tendra unos quince anos.
Ambos contemplaron el espacio.
— Dios — dijo Ivan despues de un rato —. Espero que esas ordenes que recibio Dimir cuando yo desapareci no hayan sido volver a casa o algo asi. Pensaran que he estado «ausente si permiso» durante tres semanas… no habra sitio suficiente en mi expediente para todos los demeritos. Gracias a Dios que han eliminado los alardes disciplinarios de antano.
— ?Estabas cuando Dimir recibio las ordenes? ?Y no te quedaste a ver cuales eran? — pregunto Miles asombrado.
— Conseguir que me diera el permiso fue como sacarle un diente. No queria arriesgarlo. Estaba esa chica, ya sabes… Ahora desearia haberme llevado mi transmisor.