— Miren, en este flujo occidental existen tormentas y anticiclones de buen tiempo persiguiendose mutuamente como los caballitos del tiovivo — hizo girar un dedo en torno al aire -. Uno tras otro. Jamas al mismo tiempo para mas de pocos dias… a veces pocas horas. Nueva Inglaterra esta bastante cerca del mar para obtener mucha humedad y lo bastante lejos del norte para obtener practicamente aire puro polar. Mezclenlos y obtendran una ventisca de buen tamano. Pero mas lejos del oceano las temperaturas extremas son mucho peores. El oceano es un pozo de calor… se empapa del calor del verano para mantener a la gente fresca y emite calor en invierno para calentar a las personas
— ?Que hay de ese problema de la sequia? — pregunto tranquilamente Turner -. Tengo entendido que las lluvias de primavera no han llegado a la cantidad normal.
Ted asintio.
— Y el invierno tambien fue bastante deficiente; no hubo bastante cantidad de nieve. Resbalamos hacia una situacion de escasez de precipitaciones. Lo estamos estudiando con la maxima atencion. No queremos que haya falta de agua, si podemos evitarlo.
— ?Podria usted controlar el tiempo para impedir una sequia? — pregunto tio Turner.
Ted se encogio complicadamente de hombros.
— Claro… en cuanto tenga ocasion de trabajar.
— La idea del control del tiempo me da escalofrios — dijo tio Lowell -. No quiero ofenderles a ustedes, pero no me agrada pensar que algun joven brillante ingeniero trastee con mi tiempo.
— Ese es el estado de animo que mantuvo a Colon en puerto durante veinte anos — repuso Ted -. Hablando asi, por poco se impide que esta nacion llegue a la Luna.
Contengase; jamas estuve en contra del proyecto lunar. Siempre supe que pagaria estupendos dividendos. Pero trastear con el tiempo…
— El hombre ya cambia el tiempo, casi cada dia. Las nubes de humo hacen que el clima, si son bastante considerables, quede afectado. ?No ha mirado usted nunca sobre una ciudad al salir el sol? Fijese como las fabricas empiezan a funcionar; entonces se dara cuenta de que el hombre, sin duda, modifica el tiempo. Cada vez que un constructor destroza algun acre de vegetacion y lo pavimenta, cambia el tiempo.
— Pero yo me referia…
— Y en Israel incluso han cambiado el clima plantando arboles e irrigandolos. Han convertido el desierto en bosque en menos de una generacion. Los rusos han empleado arboles como pantallas contra el viento para obligar a los aires humedos del lago Baikal a que se eleven hasta una altura en donde alcanzan la temperatura de condensacion y dejar caer lluvia.
Tul asintio, confirmando todo esto.
— Pero eso es muy distinto a tratar de controlar al tiempo en total — contesto tio Lowell -. No se puede dejar a los cientificos sueltos por la nacion, realizando cuanto cruza por sus cabezas… Resultaria peligroso.
— Seria mucho mas peligroso- contraataco Ted -, si no dejase usted que las personas tratasen de hacer lo que piensan posible. Uno se puede sentar sobre las ideas… el mundo se detendria. La gente reniega de la tecnologia, diciendo que avanza demasiado deprisa y estropea la verdadera belleza del mundo. Y al mismo tiempo atesta los cohetes para pasarse fines de semana en Espana y hace cola para adquirir la vacuna contra el cancer. ?Que reniegue! Yo trabajare en el manana, ellos pueden sonar en el ayer si quieren. El pasado termino y no podemos mejorarlo. Pero si podemos conformar el manana. ?Por que no deberiamos tener control sobre el tiempo? ?Por que hemos de estarnos sentaditos en casa y dejar que llueva? ?Opina alguien que el hombre debio permanecer dentro de las cuevas, lejos del fuego, y vivir primitivamente hasta hoy?
Por una vez en su vida, tio Lowell se quedo sin saber que decir.
Tia Louise se volvio a Barney y dijo en voz bastante alta para llenar el subito silencio.
— ?Le gustaria ver el resto de la casa mientras los caballeros terminan su discusion?
Cuando se fueron, tio Lowell saco un cigarro del bolsillo de la chaqueta y lo encendio.
— No se si estoy de acuerdo con usted o no — dijo a Ted, entre bocanadas de espeso humo azul -. Pero siga con sus propositos, muchacho. Cree usted en lo que dice y eso es ganar la mitad de la batalla. Mas de la mitad — puntualizo.
Me desperto el fulgor del sol entrando a torrentes por las ventanas de mi dormitorio. Medio atontado, me sente y mire al exterior. Las nubes se rompian! El sol brillaba en el oceano.
— Telefono — ordene -; necesito la prediccion del tiempo.
El telefono emitio unos chasquidos durante breves momentos. Luego se oyo la voz del locutor procedente de la cinta del Departamento de Meteorologia:
Vientos del noreste… de veinticinco a treinta kilometros por hora. Hay lluvia, en ocasiones moderada y en ocasiones densa. Esta noche, lluvia continua. El domingo, lluvia que terminara a ultima hora de la tarde, con los vientos cambiando al cuarto cuadrante. El domingo por la noche, chaparrones aislados, vientos del oeste…
Fuera, ahora mismo, se veian las nubes esparcidas y me hubiese apostado hasta la camisa a que el viento, procedia del oeste. Me puse una bata, meti los pies en mis zapatillas que encontre en el armario y baje precipitadamente la escalera. Ted estaba en la cocina, en la mesita del desayuno, rodeado de tocino, huevos, pastelillos, leche, mantequilla, jugos de frutas, tostadas y gelatinas.
Alzo la vista apartandola de un tenedor muy cargado.
— Buenos dias.
— Ciertamente es un buen dia — comente -. Mucho mejor de lo que predice el Departamento de Meteorologia.
Ted sonrio, pero no dijo nada.
— ?Tienes algo que ver en el cambio? ?En realidad…? Me hizo callar con un gesto.
— Querias ir a navegar hoy, ?verdad?
— Si.
— Entonces hablaremos.
La cocina estaba en el extremo opuesto de la habitacion y desde mas alla de la puerta del comedor pude oir la voz del tio Lowell. Le gustaba leer las noticias de la manana en voz alta a quien estuviera a su alcance.
Se necesito un poco de tiempo para que los cuatro organizasemos aquella manana, pero por ultimo nos vimos a bordo del queche 'Arlington', desfilando en medio del bosque de mastiles del atestado puerto en direccion al mar abierto.
Ted iba en proa, manejando las velas segun mis instrucciones. Yo estaba en el timon, dando ordenes, con Barney sentada a mi lado.
— Tienes un aspecto muy marinero — dije. Llevaba pantalones blancos y una blusa roja y azul de corte marinero.
— Gracias. Se me olvido meter ropas deportivas, asi que tu tia me proporciono este equipo. Es de un 501Q uso, hecho de fibra de papel, como el que llevan en la Base Lunar.
— Es una lastima tener que echar a la basura algo con un aspecto tan bonito.
— Pero es que no se puede lavar.
— Bueno, hay mas copias de esa ropa — dije -, y, de cualquier forma, si se lo pusiese otra persona, no estaria ni la mitad de linda.
— Halagador.
— Es la verdad.
Llegamos al mar profundo, al oceano abierto, bajo un cielo luminoso salpicado por unos cuantos restos deshilachados de nubes grises. Un fuerte viento del oeste infle las velas y los cuatro nos reunimos en la cabina para descansar. Hacia suficiente fresco como para ponernos unos jerseys y tomar cafe.
Asi que esto es tiempo 'hecho de encargo' — dije a Ted.
— Algo asi — replico -. La tempestad se habria marchado manana, a ultima hora de la tarde. Solo