aviones monitores presentes cuando se dejaron caer los comprimidos.

— ?Cuando se va a dar cuenta usted de que le hemos demostrado que podemos cambiar el tiempo? — pregunto Ted, poniendose en pie de un salto. Evidentemente, con rapidez y efectuando cambios definitivos y deliberados. Esta usted gritando por unos centavos cuando todo el concepto de la meteorologia puede quedar alterado. Nos es posible efectuar predicciones exactas a largo plazo; podemos comprender los flujos planetarios con detalle; podemos cambiar deliberadamente el tiempo. ?Va a abrir ahora los ojos o se quedara ahi, obstruyendo el paso?

Rossman por poco se vuelve purpura . Ted estaba alli plantado ante el escritorio, cerniendose sobre el jefe. Temblando de manera visible, Rossman se levanto de su silla.

— ?Puede demostrar que ha cambiado el tiempo? — pregunto con voz sofocada.

— ?Yo puedo asegurarlo, doctor Rossman! — dije. La prediccion del sabado por la manana era completamente distinta al tiempo que hizo.

Sin hacerme caso, volvio a preguntar a Ted:

— ?Puede usted demostrar que sus operaciones ilegales en verdad forzaron un cambio de tiempo? ?O ese cambio habria sucedido de todas maneras?

— Nosotros trabajamos. El tiempo cambio. Sus propias predicciones no previeron el cambio.

— Pero usted carece de pruebas de que ese cambio dejara de ser completamente natural. No efectuo observaciones, no tomo datos. Por cuanto usted sabe, el tiempo puede haber cambiado sin que usted levantase el dedo menique.

— No. Mi prediccion a largo plazo indicaba…

Pero Rossman estaba eligiendo algunos papeles de su escritorio.

Y hay aqui otro asuntillo… una nota del grupo de estadisticas. Esa tormenta lluviosa hubiera ayudado a aliviar la falta de agua, la sequia. Supongamos que los granjeros se enteran de que la Division de Climatologia les quito deliberadamente la mejor posibilidad para empapar de lluvia sus terrenos, la mejor posibilidad que se presento en lo que podamos prever. ?Cuanto tiempo cree que seguiriamos en nuestros empleos?

Ted extendio los brazos en un gesto desvalido.

— Mire, no se pueden tener todas las cosas a la vez. O bien no efectuamos ningun cambio en el tiempo, o hemos robado a esos pobres granjeros su lluvia. ?En que carta Se queda?

— No lo se — repuso Rossman -. Y no me importa. Marrett, no consentire que la gente actue a mis espaldas. Y tampoco tolerare insubordinaciones. Espero que presente la carta de su dimision en esta mesa antes de que termine el dia. Si no lo hace, tengo bastantes cargos contra usted para que el Consejo de Administracion le eche a patadas. ?Esta usted acabado, Marrett!. ?Acabado!.

VII

CORRIENTES CRUZADAS

Debi mostrar un estado total de sorpresa cuando salimos del despacho del doctor Rossman. En realidad no recuerdo ni lo que dijimos ni lo que hicimos. Me parecia ver el rostro descompuesto y colerico de Rossman, la expresion estupefacta de Ted. Lo mas que recuerdo es haber entrado en mi cuarto del hotel.

Debi permanecer sentado alli mucho rato. El zumbido del telefono requirio mi atencion.

— Respondan — grite, dandome cuenta de que la habitacion estaba a oscuras. Fuera, las torres de Back Bay se cernian sombrias, recortandose en el cielo enrojecido.

El rostro de Barney aparecio en la pantalla.

— Jerry… ?que vamos a hacer? Ted ha recogido las cesas de su escritorio. Se ha ido.

— ?Donde estas?

— En Climatologia. Yo… ?que hara Ted?

Me di cuenta de que habia estado llorando.

Bueno, no te desmorones ahora. No se acabo el mundo.

Escondiendo la cabeza, me dijo:

— No lo comprendes. Ted esta arruinado. Se acabo su carrera.

— ?Solo porque perdio el empleo? Eso no es…

— No es solo el empleo. La Division de Climatologia es el unico lugar en donde Ted tenia alguna posibilidad de hacer el trabajo que necesita. Y el doctor Rossman puede impedirle que tengo otro puesto en cualquier organismo similar del Gobierno.

En eso no habla pensado.

— Bueno… existe la industria particular. Muchas firmas poseen oficinas meteorologicas. Por ejemplo, la linea de aviacion de mi tio Lowell. Y pagan mucho mas que el Gobierno.

— Pero no efectuan investigaciones sobre el control del tiempo… o predicciones a largo plazo.

— Quiza pudieran hacerlo… quiza…

— ?Y como terminara Ted su carrera en la universidad? La Division le pagaba una beca en el MIT. Ahora, quedando despedido, ya no tiene medios de costearse los estudios. Y el doctor Rossman no querra proporcionarle buenas referencias y… Jerry, esto es desesperante.

— Aguarda un momento — dije -. No te metas en un callejon sin salida. Por muy mal aspecto que tenga, aun podemos encontrar algo. Recuerdo que mi padre me dilo una vez; cuando la cosa se pone fea, hay que seguir adelante.

Guardo silencio durante un momento. Le mire la cara; parecia la de una ninita tratando de ser valiente, reprimiendo las lagrimas.

— Me parece que yo no soy muy fuerte, Jerry — dijo -. No se lo que hacer.

Esta bien, me anuncio una voz interna, hablar es facil, ahora, veremos como actuas. Por primera vez en la vida

Senti el peso de la responsabilidad gravitando sobre mis hombros

?Donde esta ahora Ted? — pregunte.

— Lo ignoro. Probablemente de regreso a su apartamento.

— Ve a ver si puedes hacerle venir aqui. Acompanale tu. Y Tuli. Sera mejor que nos reunamos todos.

— ?Que vamos a hacer?

— Aun no lo se — conteste -. Pero si te dire lo que no vamos a hacer: no vamos a estar llorando y actuar como si el mundo hubiese terminado.

Era noche cerrada cuando llegaron a mi cuarto… los tres juntos. Ted estaba triste, era la primera vez que le veia abatido.

— Fijaos bien — murmuro, plantandose en mi ventana y mirando a las atestadas e iluminadas calles -. Caminan con ropas de plastico y radios de auriculares para que les den las ultimas noticias de la Luna. Pero tienen tanto control sobre el tiempo como lo poseia el hombre de las cavernas. — Se volvio hacia nosotros -. Cuando yo era un parvulo, mi padre me llevo a ver una pelicula… de dibujos musica clasica de fondo: 'El aprendiz de brujo'.

Ese personaje se ponia en lo alto de un acantilado, mediante magia provocaba el relampago procedente de las nubes, haciendo que el mar azotase la base del acantilado… Creo que fue entonces cuando empece a preguntarme sobre las posibilidades de controlar el tiempo.

Sonrio con una expresion de cordero degollado.

— Sueno de parvulos. Muy loco, ?verdad?

Barney nos hizo volver al problema inmediato.

— Ted, ?hablaste con la gente del MIT? Con un gesto de cabeza, respondio:

— El profesor Martingale lo arreglara para que pueda continuar y graduarme. Ira bien la cosa mientras no me exceda entre ahora y junio.

— ?Y luego, que? — pregunte.

— Me imagino que conseguire una plaza de instructor en el MIT. O tendre que volver a la Fuerza Aerea. No me morire de hambre.

— Eso no resulta — dijo Barney -. Nunca estaras satisfecho en la ensenanza utilizando los textos de otras

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