Fueron precisas grandes conferencias en la Casa del y una visita de inspeccion a Eolo del gobernador y su sequito, pero a mediados de octubre teniamos un contrato con la comunidad de Massachusetts para estudiar los metodos de aliviar la sequia. A fin de mes los otros cinco estados de Nueva Inglaterra nos hablan entregado contratos similares. Nos lanzamos a un torbellino de trabajo. Ted contrato personal cientifico eventual y dividio a este grupo en dos masas diferentes: una para emitir las predicciones la otra para que se concentrase completamente en la sequia. Por primera vez desde que Investigaciones Eolo salio al comercio, pude dejar de buscar negocios; teniamos mas de los que podiamos manejar. Incluso la Environmen Science Services Administration establecio un pequeno contacto. ESSA queria que coordinasemos nuestro trabajo con- otros estudios que realizaban diversas agencias del gobierno, principalmente en los campos de conservacion del agua y su distribucion.

* * *

Fue un otono seco y quebradizo, sin las tormentas costeras de los anos anormales. Las heladas vinieron pronto y luego una inundacion de aire del sur barrio Nueva Inglaterra. Verano indio, pero no agradable. El aire fresco del norte quedo atrapado bajo el aire mas ligero y calido. Los meteorologos lo llamaron inversion termal. Durante dias sin fin el tiempo fue mortalmente tranquilo, sin que ni siquiera una brisa agitara las hojas de un color papel seco. El aire era pesado por el humo y la niebla de las hojas que se quemaban, de los bosques que se incendiaban, de los productos de los tubos de escape de los automoviles y de las chimeneas de las fabricas, de la niebla marina a lo largo de las costas… todo fundido en una bruma enfermiza, que se arrastraba por el panorama y se posaba, sin que ningun viento la disipara. En lo alto, el cielo era claro y de un azul que indicaba calor; pero el horizonte se perdia en sucias brumas. Las enfermedades respiratorias ascendieron con rapidez, los ojos escocian y lloraban, el respirar resultaba dificil para muchos. Verano indio,, la mejor epoca de todas en tiempos normales. Ahora cada cual buscaba el fresco y la nieve y, por encima de todo, el viento.

* * *

El verano indio termino en un solo dia cuando un viento de treinta nudos descendio aullando desde el noroeste e hizo bajar los termometros por toda Nueva Inglaterra. Fue un invierno subito, agudo y dolorosamente frio.

Los meses transcurrieron uno tras otro. Ted trabajo dia y noche en el problema de la sequia. Agoto a equipos completos de ayudantes, computadores e investigadores. Tuli soporto el peso del trabajo, pero tomandose unas vacaciones de tres o cuatro dias cada mes para descansar.

Ted jamas lo hacia. Yo tenia las manos llenas de asuntos comerciales, especialmente obteniendo informes del progreso para repartirlos entre nuestros clientes y dejarlos satisfechos. Resultados de la investigacion, estados financiero, equipo de compra, papeles escritos, personal contratado, consejeros, viaje, material… Era preciso informar de todo.

Durante el invierno Ted continuo machacando en el aspecto teorico del problema. Intentaba descubrir las causas de la sequia, las razones del por que un sistema de climas tan diferente al ordinario se establecia sobre la zona durante anos. Parte en su investigacion, claro, se dedico a identificar las condiciones necesarias para romper con la sequia.

— Tarde o temprano se rompera por si misma — murmuro en uno de los raros momentos en que charlabamos juntos -. Tiene que haber tres sistemas basicos: el sistema de sequia, el sistema normal y el cambio, en donde la sequia comienza a fraccionarse.

— ?Y una vez hayas identificado los tres?

Agito la mano.

— Entonces empezaremos a preocuparnos sobre como llevar la sequia a traves de un sistema de ruptura que conduzca a la situacion normal. Pero primero necesitamos los parametros de cada uno, con todos sus detalles. Lo que no sera facil, amigo.

Era un terrible trabajo de computacion. Millones y millones de datos se proporcionaban a los calculadores en un intento de conseguir algo comprensible de las condiciones conocidas del tiempo, pasadas y presentes. No solo las condiciones de Nueva Inglaterra tenian que tenerse en cuenta; todo el hemisferio norte entraba en el cuadro general.

— La sequia es solo una pequena rebanada de la imagen global — destaco Ted -. No se puede hacer que un ciego comprenda lo que es un elefante. Hay que ver a toda la bestia… con ojos muy abiertos.

Era un trabajo demasiado grande para los computadores de Eolo. Trate de conseguir ayuda del Departamento de Meteorologia local, pero ellos la negaron. ESSA, en Washington, hizo lo mismo; ni una sola agencia oficial queria cooperar con nosotros.

— Obra de Rossman — Gruno Ted.

Asi que recurri a Thornton, mientras Ted trataba de convencer al MIT. Gastamos una respetable fortuna instalando un lazo de comunicaciones por microondas por toda la mitad de la costa de levante para que los computadores Thornton de Washington, Nueva York y Boston y los del MIT pudiesen 'hablar' con nuestras propias maquinas en el aeropuerto Logan. El efecto fue producir un computador de tamano y capacidad prodigiosos; unos cuantos centenares de kilometros entre las diversas partes de nuestro supercomputador no significaban nada para la maquina. Funcionaba con la velocidad de la luz. Literalmente.

Para cuando llego el siguiente Cuatro de Julio, la sequia era noticia importante. El ano anterior solo unos cuantos especialistas se interesaron. Ahora corrian historias en todos los medios periodisticos y casi cada dia en la television. Los pantanos se habian secado, los arroyos desaparecieron, incluso los grandes rios mostraban barras de arena y penascos donde ninguna persona viva podia recordar nada excepto agua profunda y corriente. Delegaciones agricolas exigian colericas la accion y tuvimos que mantener a Ted cuidadosamente oculto de los periodistas por miedo de que diese la impresion de que podia vencer la sequia en unas pocas semanas. Nuestra linea oficial era la que llevaba a cabo la investigacion, pero las respuestas quiza tardarian anos en obtenerse.

Las ciudades del interior siguieron con racionamiento de agua aquel verano y las fabricas empezaron a cerrar, dejando a millares de personas sin empleo. Las ciudades costeras se desenvolvieron mejor con sus plantas desalinizadoras, pero no pudieron obtener bastante agua potable para satisfacer las demandas. Los jardines suburbanos comenzaron a amarillear y los pozos se secaron bajo la llamarada ininterrumpida del sol veraniego. Las fuentes publicas ornamentales fueron suprimidas, los acondicionadores de aire quedaron inutiles al no poder utilizar agua, los terrenos de pesca y acampamiento fueron cercados ante la amenaza de los fuegos forestales.

Pero en los rios del Oeste Medio el agua desbordo las orillas para inundar ciudades y granjas por igual, bajo una serie implacable de lluvias torrenciales.

A mitad del verano Ted estaba preparado para los experimentos. La mayor parte de ellos se hicieron en el laboratorio, pero para otros alquilamos aviones y efectuamos pruebas muy en alta mar. Teniamos que conservar el maximo secreto con respecto a los experimentos, por miedo a que la prensa hiciera pensar al publico que el problema quedaria resuelto con un ademan de Ted.

Casi la unica vez que vi a Barney en todo aquel verano, excepto algun rapido saludo o una apresurada comida juntos, fue en agosto cuando la lluvia de meteoros Perseida efectuo su exhibicion anual.

Esta lluvia luminosa alcanzo la cumbre en un fin de semana y yo la lleve a Thornton; en donde podiamos contemplar perfectamente cielo desde la playa.

Nos quedamos alla, en a playa, toda la noche, contemplando como los meteoros ardian al cruzar el cielo, tiras de luz contra las inmutables estrellas. Venian de todas direcciones, adquiriendo gran brillantez, algunos de ellos chisporroteando mientras cruzaban el firmamento y se apagaban, todo en el transcurso de un latido del corazon. Si se seguia su rumbo hacia atras, todos apuntaban a la constelacion de Perseo, el Heroe.

En cierto modo me recordaron a Ted; aquellos meteoros que se convertian a si mismos en estrellas, parecian tener un lugar comun mientras cruzaban el firmamento, brillantes, decididos, siguiendo un rumbo que jamas oscilaba. Se movian en absoluto silencio, en fantasmal contraste con su destellante luminosidad. Era como si supiesen exactamente donde tenian que ir y se apresuraran a ocupar los lugares asignados antes de que terminase algun plazo celestial.

Durante horas nuestra conversacion se limito a breves referencias a los meteoros. Ocurrian muchisimas cosas por encima de nuestras cabezas para pensar en otros detalles. Pero, por ultimo, el cielo empezo a palidecer y la lluvia de meteoros disminuyo. En alguna parte cerca de la casa oi como un pajaro empezaba a cantar. Las estrellas se desvanecian y el horizonte amarillo empezaba a colorearse.

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