– No -dijo el americano jadeando, resoplando y respirando con dificultad.
– Oh, no. No vamos a ponerselo tan facil…
De repente, Tom oyo un alboroto a lo lejos.
– ??Policia!! ??Tire el arma!! -grito una voz de hombre.
Tom noto que le soltaban el pelo. Vio que su agresor se giraba horrorizado, luego, sin dudarlo un instante, levantaba el arma y disparaba varias veces seguidas. El ruido era ensordecedor; a Tom se le taponaron los oidos un momento; el hedor a cordita le lleno la nariz. Luego, su agresor y el americano se esfumaron.
Al cabo de un instante, oyo una voz distinta, inglesa.
– Me han dado. ?Dios mio, joder, me han dado!
Capitulo 86
Tras salir del gran ascensor, Grace cruzo una puerta entreabierta en la que habia un cartel grande de advertencia amarillo y negro: «llevar ropa protectora pasado este punto». Glenn Branson, que salio primero del ascensor, doblo una esquina y Grace le oyo gritar:
– ??Policia!! ??Tire el arma!!
Al cabo de unos momentos, oyo cinco disparos seguidos. Entonces, Glenn chillo.
Al doblar la esquina, vio a su companero en el suelo, agarrandose la tripa, las manos manchadas de sangre, los ojos en blanco.
– Soy el comisario Grace. ?Tenemos un hombre herido! -grito por radio-. ?Necesitamos una ambulancia! Que entre la unidad de tiradores. Y todas las demas unidades.
Se detuvo, debatiendose por un instante entre quedarse con su companero o salir tras el responsable de aquello. En el exterior del edificio esperaban dos furgonetas de agentes uniformados, un equipo de asalto del Departamento de Operaciones Policiales, un equipo de antidisturbios con escudos y balas de goma, ademas de un equipo de tiradores.
Se volvio hacia Nick Nicholl y Norman Potting, que estaban justo detras de el.
– ?Norman! -grito-. ?Quedate con Glenn!
Entonces salio corriendo. Delante vio que se cerraba una puerta pesada metalica: «Salida de emergencia». La cruzo, luego subio por una escalera de piedra, saltando los peldanos de dos en dos. Oia a Nicholl corriendo detras de el. Doblo una esquina. Luego otra.
Al girar la siguiente, vio al hombre de la camiseta y los vaqueros y el pelo de punta que Derry Blane del Departamento de Huellas habia identificado como Mik Luvic.
– ??Policia!! ??Detengase!! -grito Grace.
El hombre se detuvo, se dio la vuelta y le apunto con lo que parecia una pistola. Grace, que se pego a la pared y freno a Nick Nicholl con el brazo, vio un fogonazo, oyo un silbido y luego noto que unos fragmentos de polvo de cemento le golpeaban la cara. El hombre desaparecio.
Grace espero unos segundos, luego subio corriendo las escaleras, totalmente ajeno al peligro, solo estaba enfadado, y decidido a coger a ese cabron, a cogerle y a destrozarle con sus propias manos. Doblo otra esquina y se detuvo. Ni rastro de Luvic. Subio otro tramo de escaleras, con el corazon desbocado, y doblo otra esquina. Volvio a detenerse, avanzando con cautela. Seguia sin haber rastro de el.
Tenian que estar cerca del ultimo piso.
Subio mas escaleras y doblo otra esquina. Mas escaleras. Otra esquina. Luego, vio que se cerraba una puerta metalica delante de ellos con un gran cartel rojo que decia «Salida». Jadeando, Grace acelero el paso, hacia la puerta, luego se volvio hacia Nicholl.
– Cuidado.
El joven detective asintio.
Oyeron el rugido de un motor, el tableteo de los rotores. El helicoptero que habia visto en el tejado, comprendio Grace.
Empujo la puerta para abrirla. Un hombre muy obeso, con coleta, a quien reconocio de inmediato como Carl Venner por la fotografia que Derry Blane habia conseguido, estaba en el asiento del piloto del helicoptero negro. Era un aparato pequeno, un Robinson de cuatro plazas. Luvic estaba desatando de un amarradero metalico una cuerda sujeta a uno de los patines de aterrizaje del helicoptero.
– ??Alto!! ??Policia!! -grito Grace abriendo la puerta de golpe.
El albanes levanto la pistola. Grace se lanzo al suelo al ver el fogonazo. Soplaba un viento fuerte, mas impetuoso aun por la corriente descendente de las palas del rotor. Protegiendose del viento y de la pistola del albanes detras de una estructura que tenia al lado, la parte superior de la caja del ascensor -imagino Grace-, oyo un crujido cerca de su oreja.
Habia contado siete disparos. ?Cuantos quedarian en el cargador?
La cuerda se solto del amarradero. Luvic corrio hacia el otro lado del helicoptero. Grace se volvio hacia Nicholl y grito:
– ?Quedate ahi!
Entonces empezo a arrastrarse por el suelo, buscando a su alrededor con la mirada algo que pudiera utilizar como arma. A poca distancia, a su derecha, vio varias bolsas de cemento y una pila de ladrillos. Pelo Pincho estaba desatando la segunda cuerda. Grace se puso de rodillas y se lanzo a por el.
Luvic levanto el arma. Grace se echo a un lado justo al ver el fogonazo, deseando con todas sus fuerzas haber tenido la sensatez de ponerse un chaleco antibalas. Al cabo de un instante, oyo el estallido de la pistola. El hombre volvio a apretar el gatillo.
Esta vez no paso nada.
Grace se abalanzo sobre el. Lo siguiente que vio fueron los pies del albanes volando hacia el. Le alcanzaron de lleno debajo de la barbilla. Grace salio catapultado y cayo de espaldas en el suelo de brea del tejado, sin respiracion y aturdido.
Oyo que el rugido del motor aumentaba. Rodo por el suelo, parpadeando, todavia un poco confuso, y vio los tejados, la chimenea alta de lo que habia sido la central electrica de Shoreham en la distancia. Sintio que el viento arreciaba. Luvic habia subido a bordo. Los patines de aterrizaje se habian levantado del tejado.
Desesperado, se lanzo a la pila de ladrillos. Entonces, vio el poste de un andamio al lado. Lo cogio y lo arrojo con todas sus fuerzas. El poste dibujo un arco hacia el rotor de cola.
Por un instante, parecio volar por el aire a camara lenta. Creia que lo habia lanzado desviado. Pero, para su asombro, dio en el blanco, justo en pleno rotor.
Se oyo un chirrido metalico y hubo una lluvia de chispas. El helicoptero dio un bandazo.
Entonces penso que, al fin y al cabo, habia fracasado, porque el aparato se levanto bruscamente varios metros en el aire, antes de comenzar a girar, de repente, sobre su propio eje. Grace vio que el rotor de cola habia desaparecido.
El helicoptero giro una vez, dos y, luego, vertiginosamente, una tercera. Viro directamente hacia el, el motor chillando, y tuvo que pegarse al suelo para evitar que los patines de aterrizaje le golpearan. El viento amenazaba con arrancarle la chaqueta de la espalda y el pelo de la cabeza. Grace oyo un estrepito fortisimo y, al momento siguiente, le llovieron trozos de metal y mamposteria cuando el helicoptero choco contra el lateral de la caja del ascensor. Como un escarabajo enorme enloquecido por un insecticida, el aparato se inclino, casi de lado, y parte de una de las principales palas del rotor repiqueteo a unos centimetros de Grace, que rodo sobre si mismo hacia un lado para quitarse de en medio.
Alcanzo a ver a Venner con su camisa morada en los controles, vio el miedo en su rostro mientras maniobraba, vio la cara de Luvic, palido y paralizado por el horror.
El helicoptero cayo de lado y realizo un giro completo, seguido de otro, en direccion al borde del tejado. A Grace le recordo uno de esos juguetes baratos que vendian los vendedores ambulantes de Brighton con un peso dentro y que giraban una y otra vez, propulsados por su propio impulso.
Y, de repente, percibio un olor a carburante de aviacion en el aire.
El aparato siniestrado se estrello contra la caja del ascensor por segunda vez, volco, el motor seguia funcionando, hasta que la cabina quedo colgando del borde del tejado. Lo unico que impidio que cayera al vacio