habia dicho cuando no encajaba.

– Tengo un mensaje para Margaret -dijo Brent Mackenzie, y abrio los ojos y escudrino la sala.

Una mujer bastante menuda de unos treinta y ocho anos, en quien Grace no se habia fijado antes, levanto la mano.

– ?Te dice algo el nombre de Ivy, cielo?

La mujer nego con la cabeza.

– Vale. ?E Irlanda? ?Te dice algo Irlanda?

Volvio a negar con la cabeza.

– Los espiritus dicen categoricamente que se trata de Irlanda. Creo que iras muy pronto, aunque ahora no seas consciente de ello. Dicen que iras a Cork. En Cork hay alguien que cambiara tu vida.

La mujer parecia perpleja.

– Volvere contigo, Margaret -dijo el clarividente-. Me estan interrumpiendo, a veces los espiritus son muy maleducados. Se impacientan cuando tienen un mensaje para alguien. Me esta llegando un mensaje para Roy.

Grace se sobresalto como si hubiera metido el dedo en un enchufe. Brent Mackenzie estaba acercandose a el, mirandolo fijamente. Sintio que le ardia la cara y que perdia toda la serenidad; se quedo mirando al medium, que ahora estaba mucho mas alto que el, sintiendose confuso, indefenso.

– Tengo a un caballero conmigo, creo que podria ser tu padre. Me esta ensenando una insignia que solia llevar puesta. ?Te dice algo?

Quiza, penso Grace, pero no voy a darte ninguna pista. Te pago para que «TU» me digas cosas. Grace lo miro imperterrito.

– Me dice que esta muy orgulloso de ti, pero ahora estas pasando un momento dificil. Alguien bloquea tu carrera. Me ensena a una mujer, ?rubia? ?Se llama Vespa, como la moto?

Ahora Grace se quedo boquiabierto. ?Alison Vosper? Se moria por hablarle, por decirle el nombre de Sandy, pero habia perdido el valor. Y no queria guiarle. ?Iba a hablarle Brent Mackenzie de Sandy? ?Un mensaje de su padre sobre ella?

– Tu padre me esta ensenando algo, Roy. Es un pequeno insecto. Parece un escarabajo. Esta bastante nervioso con este escarabajo. No es muy preciso… -El clarividente se sostuvo la cabeza con las manos, se giro una vez, luego otra-. Lo siento, le estoy perdiendo. Ha dicho que podia salvar algo.

Grace, mirandolo, encontro de repente el valor para hablar.

– ?Que podia salvar exactamente?

– Lo siento, Roy, le he perdido. -El medium miro a otra persona-. Tengo un mensaje para Bernie.

Grace apenas presto atencion. Estaba pensando. El hombre habia acertado dos veces. Con su padre y con el escarabajo. «Ha dicho que podia salvar algo.»

Iria a ver al clarividente al final de la sesion, por muy cansado que estuviera, y le sacaria mas.

?Que habia querido decir ese hombre? ?Que diablos podia salvar? ?Su carrera? ?Otra vida?

No tuvo que preocuparse de ir a buscar a Brent Mackenzie cuando acabo la sesion. El clarividente, con un anorak largo sobre la camiseta, le esperaba al pie de las escaleras.

– Roy, ?verdad? -dijo.

Grace asintio.

– No hago esto normalmente, pero ?podemos hablar en privado?

– Si, claro.

Grace lo siguio a un minusculo consultorio con una mesa, un par de sillas y varias docenas de velas blancas, y el clarividente cerro la puerta tras ellos. En esta habitacion, parecia mayor, mas alto que Grace.

– Mira, lo siento -dijo Mackenzie sin sentarse-. No hemos tenido una sesion muy satisfactoria. No he querido decir mucho ahi dentro, delante de todo el mundo, ya sabes. Algunas cosas son privadas. No me pasa a menudo, pero he percibido sensaciones muy malas sobre ti. Me refiero a este escarabajo que he visto. No puedo quitarmelo de la cabeza. Era como esos que se ven en los jeroglificos del antiguo Egipto.

– ?Un escarabajo pelotero? -dijo Grace ladeando la cabeza hacia arriba.

– Si, exacto. Un escarabajo pelotero.

Grace asintio.

– Si, tiene sentido.

El medium lo miro de forma extrana.

– ?Tiene sentido?

– Tiene que ver con el trabajo. La verdad es que no puedo hablar de ello.

– Es policia, ?verdad?

– ?Tanto se nota?

El clarividente sonrio.

– Yo tambien fui policia, diez anos. En el Departamento de Investigacion Criminal de Manchester.

– ?Si?

– Si, bueno. Es una larga historia. Otro dia te la cuento. El tema es que me han dicho que corres peligro, colega. Tiene que ver con este escarabajo pelotero. Tienes que tener cuidado.

Capitulo 33

Cuando Tom entendio como encender la barbacoa, ya habia pasado la hora de acostar a los ninos. Y cuando por fin cocino las salchichas y las hamburguesas, Jessica estaba profundamente dormida y Max estaba lloriqueando.

Habia bebido demasiado vino rosado y tenia que terminar el presupuesto de veinticinco Rolex Oyster grabados con un logotipo de un micropunto, y mandarselo a Ron Spacks por correo electronico. El gigante de la distribucion de DVD habia confirmado que se tomaba muy en serio el pedido; Tom le habia prometido que tendria el presupuesto esta noche sin falta. Habia encontrado un proveedor legitimo que ofreceria a Spacks una ganga, y haria que Tom se embolsara cerca de 35.000 libras de beneficio con el contrato. No era solo un negocio muy bueno, sino que seria una ayuda enorme para su empresa -y su vida- en estos momentos.

Miro con carino a Kellie, que estaba tumbada delante del televisor, viendo la entrevista de Jonathan Ross a un cantante de rock del que Tom nunca habia oido hablar. Lady, como siempre, estaba sentada junto a la puerta con la correa en la boca.

Subio las escaleras, agarrandose a la barandilla con todas sus fuerzas, como si estuviera escalando el Everest por la vertiente dificil.

Tom abrio la puerta del cuarto de Jessica. La luz del rellano lo invadio, arrojando sombras alrededor. Estaba como un tronco, la cara girada hacia el, el brazo rodeando su oso de peluche grande y suave, respirando, un silbido regular largo y lento, luego expulsando el aire con un brusco «puf».

Algo le agarro el pecho con fuerza, y el corazon. Se quedo inmovil, como si todo el tiempo del universo se hubiera detenido. Ahi estaba su hija. Su nina. Su criatura a la que habia traido al mundo. Su personita. Jessica.

Dios santo, la queria con locura. La gente decia que los padres tenian preferidos, pero el no, el podia afirmarlo con total sinceridad.

Le lanzo un beso a Max, cerro la puerta y con el corazon compungido entro en su estudio para terminar los numeros de Ron Spacks.

Cuando hubo comprobado, vuelto a comprobar y enviado el e-mail, bajo otra vez. En la television, Jonathan Ross hablaba del tamano del pene. Kellie se habia quedado dormida; a su lado, una copa de vino vacia en el suelo y una caja medio vacia de Milk Tray sobre el sofa.

Despues de acostar a los ninos, le habia hablado de la pagina web y del e-mail posterior y, luego, de la fotografia de Janie Stretton en el periodico de la tarde.

Habian mirado juntos las noticias de las diez y habian visto a la pobre joven junto a imagenes del rastreo de la policia en Peacehaven; aparecio un tal comisario Roy Grace del Departamento de Investigacion Criminal de Brighton, que suplicaba informacion para avanzar.

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