Branson lo miro, la expresion de su rostro era de profunda inquietud.

Capitulo 46

Jessica, con su bata rosa, se puso en cuclillas en el suelo de la cocina para acariciar a una Lady muy adormilada. Max, que estaba de pie junto a su hermana -con una camiseta de Harry Potter del reves- dijo muy serio, como si fuera una autoridad destacada en la materia:

– Es domingo. ?Creo que esta tomandose su descanso dominical!

Luego, durante unos momentos, dirigio su atencion a los dibujos animados de la tele.

– No va a morirse, ?verdad, papa? -pregunto Jessica.

Tom, que no habia pegado ojo en toda la noche -sin afeitar, despeinado, descalzo y con vaqueros y una camiseta- se arrodillo y rodeo con el brazo a su hija.

– No, cielo -dijo el, la voz temblorosa-. Solo esta un poco enferma. Tiene un virus o algo. Veremos como esta dentro de una hora o dos. Si no esta mejor, llamaremos al veterinario.

Habia llamado a los padres de Kellie, a todos sus mejores amigos y a todos los de el, por si habia ido a casa de alguno a pasar la noche. Incluso habia llamado a su hermana Martha, que vivia en Escocia. Nadie la habia visto o hablado con ella. No sabia a quien mas llamar o que hacer.

Jessica apoyo la cara en la de Lady y le dio un beso.

– Te quiero, Lady. Vamos a curarte.

El perro no reacciono.

Max tambien se arrodillo y apoyo la cara en la tripa del pastor aleman.

– Todos te queremos, Lady. ?Tendras que levantarte pronto o te perderas el desayuno!

Tom se dio cuenta de repente de que ninguno habia desayunado. Eran las nueve y media.

– Cuando mama vuelva, sabra como curarla -declaro Jessica.

– Si, claro que si -dijo Tom cansinamente-. Debeis de tener hambre, chicos. ?Que quereis? ?Torrijas?

Los domingos Kellie siempre preparaba torrijas para los ninos.

– A ti no te salen muy bien -dijo Max-. Siempre se te queman. -Se puso de pie, cogio el mando y comenzo a hacer zapping.

– Podria intentar no quemarlas.

– ?Por que no puede hacerlas mama?

– Las hara -dijo Tom con gran esfuerzo-, pero yo podria preparar unas cuantas, para que vayais comiendo hasta que llegue, ?no?

– No tengo hambre -gruno Max.

– ?Quieres cereales?

– ?Siempre se te queman, papa! -dijo Jessica, imitando a su hermano.

– ?Podemos ir hoy a la playa, papa? -pregunto Max-. Mama dijo que si hacia buen tiempo podriamos ir. Y yo creo que hace buen tiempo, ?no?

Tom miro por la ventana, abatido. Hacia un dia esplendido: cielo azul, la promesa de un agradable dia de principios de verano.

– Ya veremos.

Max puso cara larga.

– Noooo. ?Lo prometio!

– ?Si?

– Si.

– Bueno, cuando vuelva a casa le preguntaremos que le gustaria hacer hoy, ?vale?

– Seguramente solo querra beber vodka -dijo Jessica sin alzar la vista.

Tom no estaba seguro de haber escuchado bien.

– ?Que has dicho, cielo?

Jessica siguio acariciando al perro.

– Jessica, ?que has dicho?

– La vi.

– ?Viste a mama haciendo que?

– Prometi que no lo contaria.

Tom fruncio el ceno.

– ?Que no contarias que?

– Nada -dijo la nina con dulzura.

Sono el timbre de la puerta.

Max corrio al recibidor, gritando emocionado:

– ?Mami! ?Mami! ?Ha llegado mama!

Jessica se puso de pie de un salto y siguio a su hermano. Tom salio detras de ellos.

Max abrio la puerta, luego se quedo mirando hacia arriba con cara de sorpresa triste al hombre negro y alto con chaqueta de piel brillante y pantalones azules que tenia enfrente. Jessica se paro en seco.

A Tom no le gusto nada la expresion en el rostro del detective.

Glenn Branson se agacho para quedar a la altura de Jessica.

– Hola -le dijo.

La nina volvio corriendo a la cocina. Max se mantuvo firme, mirando fijamente al hombre.

– Sargento Branson -dijo Tom, un poco sorprendido de verlo.

– ?Podriamos hablar un momento?

– Si, por supuesto. -Tom le indico que pasara.

Branson miro a Max.

– ?Como estas?

– Lady no se despierta -dijo el nino.

– ?Lady?

– Nuestra perra -le explico a Tom-. Creo que tiene un virus.

– Vaya.

Max no se movio.

– ?Por que no coges unos cereales para ti y para Jessica? -sugirio Tom.

A reganadientes, Max se dio la vuelta y regreso a la cocina.

Tom cerro la puerta cuando el detective hubo entrado.

– ?Tiene noticias? -Aun estaba perplejo por el comentario de Jessica sobre el vodka. ?Que habia querido decir su hija?

– Hemos encontrado el Audi familiar que dijo que conducia su mujer -dijo Glenn Branson en voz baja-. Ardio, lo quemaron, seguramente fueron unos gamberros, en Ditchling Beacon esta pasada madrugada. Hemos comprobado el numero de chasis, esta registrado a su nombre.

Tom lo miro horrorizado y con la boca abierta.

– ?Quemado?

– Eso me temo.

– ?Y mi mujer? -Tom comenzo a temblar incontrolablemente.

– No habia nadie dentro. Los fines de semana siempre pasan cosas asi. Hay gamberros que roban coches y luego les prenden fuego, para divertirse o para borrar las huellas. Normalmente es por las dos cosas.

Tom tardo unos momentos en asimilar la informacion.

– Fue a llevar a la canguro a casa -dijo-. ?Como diablos pudieron robarlo unos gamberros?

El sargento no tenia respuesta.

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