– Estoy seguro de que si sabes lo que haces, puedes esconder lo que quieras.

– Echemos un vistazo al archivo adjunto -dijo Grace senalandolo con la cabeza-. A ver que nos dice.

Miro fijamente la pantalla mientras Nick Nicholl movia el cursor hacia el documento y lo clicaba. Luego, al cabo de unos momentos, se encontro deseando no haber sugerido que lo abrieran.

Durante los siguientes cuatro minutos, los tres hombres observaron la pantalla, petrificados y en silencio.

Capitulo 71

A las seis y media de la manana, Roy Grace llamo a Dennis Ponds, el jefe de prensa, a su casa. Se disculpo por despertarle y le pidio que fuera a verle a las ocho y cuarto a su despacho temporal del centro de investigaciones.

Grace se las habia arreglado para dormir mal dos horas, tumbado en posicion vagamente horizontal, en dos sillones de la sala de interrogatorios, antes de dirigirse de nuevo a su mesa en el area de trabajo poco despues de las seis de la manana. Branson se lo habia montado mejor: habia ocupado el sofa del despacho del director. Nicholl se habia ido a casa un par de horas, preocupado por haber dejado demasiado tiempo sola a su mujer, que estaba en avanzado estado de gestacion.

A las siete y veinte, Grace estaba delante de la entrada del supermercado Asda que habia al otro lado de la carretera, y fue el primer cliente cuando abrio sus puertas, a las siete y media. Compro un paquete de maquinillas desechables, espuma de afeitar, una camisa blanca, dos cruasanes, seis latas de Red Bull y dos paquetes de ProPlus.

A las ocho llamo a Cleo, pero su llamada fue directamente al buzon de voz. Le dejo un mensaje breve: «Hola, soy Roy. Siento haber tenido que largarme asi. ?Eres increible! Llamame cuando puedas. Un abrazo enorme».

A las ocho y cuarto en punto, cuando Dennis Ponds entro en el pequeno y anodino despacho situado frente a la puerta del MIR Uno, Grace se sentia de maravilla. El aseo, el afeitado y el cambio de camisa le habian refrescado, y las dos latas de Red Bull y las cuatro ProPlus comenzaban a hacerle efecto. Lo unico que no tenia bien era la espalda, que le escocia. Cleo se la habia aranado. De pie en el servicio de caballeros, mirandose en el espejo, no podia creer en las lineas rojas y largas en carne viva que tenia en la espalda. Pero sonrio. Habia valido la pena. El escozor no era nada comparado con el ardor que notaba en la tripa al pensar en ella. Dios santo, era una tigresa en la cama.

– Buenos dias, Roy -dijo Ponds.

Ese dia, parecia mas que nunca un urbanita, con el pelo engominado hacia atras, un llamativo traje oscuro de raya diplomatica, camisa rosa sin cuello, y una corbata azul que parecia hecha de piel de serpiente.

Grace le estrecho la mano y los dos hombres se sentaron.

– Siento haberte llamado tan temprano.

– No pasa nada -dijo Ponds-. Siempre madrugo. Tengo dos ninos pequenos y tres perros. -Se encogio de hombros-. ?Y bien?

– Quiero que estes presente en nuestra reunion de las ocho y media. Hay unas imagenes que quiero que veas.

– Bueno, de acuerdo… -le dijo Ponds, que le miro con aire vacilante-. Tengo un horario bastante apretado esta manana. Tengo que organizar la rueda de prensa del caso de Janie Stretton…

– De eso se trata, Dennis -lo interrumpio Grace-. Pero tambien hay algo mas. Puede que aun no lo sepas, pero un vehiculo al que mi equipo perseguia anoche choco con un taxi, en Kemp Town.

Ponds puso cara larga.

– No, no lo sabia.

– Como consecuencia de intentar detener el vehiculo antes de que huyera, una de mis mejores agentes jovenes esta conectada a un respirador en el hospital del condado de Sussex. Acabo de llamar por telefono. Ha sobrevivido a una operacion de cinco horas, pero la cosa no pinta bien. Arriesgo su vida para detener a ese puto vehiculo, una Ford Transit. ?Lo entiendes? Arriesgo su puta vida, Dennis. Esta chica tiene veinticuatro anos. Es una de las agentes jovenes mas brillantes y valientes que he visto. Se agarro a la puerta del vehiculo para intentar detenerlo, y el hijo de puta que estaba al volante la aplasto contra un coche aparcado. Intentaba hacer su trabajo, hacer respetar la ley. ?Me sigues?

Vacilante, Ponds asintio con la cabeza.

– Tengo a una agente conectada a un respirador. Tengo a un sospechoso hijo de puta inconsciente. Tengo al pasajero inocente de un taxi con una pierna rota.

– No estoy muy seguro de adonde quieres llegar -dijo Ponds.

Grace se dio cuenta de que la cafeina tal vez le estaba poniendo un poco agresivo.

– Lo que quiero, Dennis, es que el director del Argus, y que los directores de los otros periodicos, informativos de radio y de television que puedan hacerse eco del suceso, aflojen un poco. No quiero tener que enfrentarme a una sala llena de buitres histericos interesados en otra historia barata para cargarse a la policia diciendo que somos unos imprudentes por poner en peligro la vida de los ciudadanos, cuando en realidad lo que intentamos es salvar vidas arriesgando las nuestras.

– Entiendo lo que dices -dijo Ponds-, pero no es facil.

– Por eso vas a venir a la reunion, Dennis. Voy a ensenarte algo que he visto esta manana. Luego te dare una copia. Creo que opinaras que facilitara muchisimo las cosas. -Ofrecio a Ponds una sonrisa casi diabolica.

Recorrieron unos metros del pasillo y entraron en la sala de reuniones, que se lleno rapidamente, con miembros del equipo de Grace y del nuevo equipo que habia creado a lo largo del dia de ayer el comisario Dave Gaylor para investigar el asesinato de Reggie D'Eath; era evidente que los dos casos tenian varios puntos en comun.

Para esta sesion, Grace habia decidido utilizar la sala de reuniones en lugar del MIR Uno, en parte porque era mas grande, pero sobre todo porque habia una gran pantalla de plasma en la pared, a la que el sargento Jon Rye, a quien Grace tambien habia convocado a la reunion, estaba conectando el ordenador que el detective Nicholl habia recuperado de la Ford Transit accidentada.

Sentado delante de la pantalla curvada, en estos momentos tenia la sensacion de que su equipo no podia parar ni a un maldito autobus, penso Grace, y recordo con pesimismo que hoy era el dia en que Cassian Pewe comenzaba a trabajar. Seria genial que lo trasladaran a Newcastle justo ahora que el y Cleo empezaban una relacion, penso. Vivirian en extremos opuestos del pais. A quinientos putos kilometros de distancia. ?Pues eso no iba a pasar, joder!

Ninguno de los presentes disfrutaria del espectaculo de cuatro minutos que Grace iba a mostrarles. Comenzar la semana con la peor pelicula de terror que la mayoria de ellos iban a ver en su vida no era plato de buen gusto para un lunes por la manana. Se trataba de una tactica de choque, lo sabia, y no iba a ganarse ningun amigo con ella. Pero, en este preciso momento, hacer amigos ocupaba el ultimo lugar en su lista de prioridades.

Comenzo la sesion como hacia siempre.

– Hora: ocho y media. Lunes, seis de junio -leyo-. Esta es la sexta reunion de la Operacion Ruisenor, la investigacion sobre el asesinato de Jane Susan Amanda Stretton, conocida como Janie Stretton, celebrada el quinto dia tras el descubrimiento de sus restos mortales. Ahora procedere a resumir los acontecimientos acaecidos tras el incidente.

Durante unos minutos, principalmente para los miembros recien incorporados del equipo del comisario Gaylor, repaso las circunstancias que habian rodeado la muerte de Janie Stretton, las investigaciones y acciones que se habian puesto en marcha despues y los acontecimientos clave. Los ordeno asi: el robo del CD que habia permitido a Tom Bryce, al parecer, ser testigo del asesinato de Janie Stretton; el descubrimiento de que Janie Stretton complementaba sus ingresos como abogada en practicas trabajando de prostituta; la relacion entre el ordenador de Tom Bryce y el ordenador de Reggie D'Eath; la desaparicion de Kellie Bryce; la desaparicion de su marido; y el hallazgo de un portatil en la furgoneta accidentada anoche, y de su contenido, que todos los presentes verian en breve.

Miro su reloj.

– Si alguno de vosotros tiene planes fuera del trabajo para las siguientes treinta y seis horas y cuarenta y

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