no podia. El agua seguia subiendo, le cubria las piernas y parte del pecho. Con una mano, tenia que sostener el walkie-talkie en el espacio que quedaba entre el pecho y la tapa para evitar que se sumergiera.
La desesperacion, como el agua, seguia envolviendole. Las palabras de Davey no dejaban de repetirse una y otra vez en su cabeza.
«Habia un tipo atravesado en el parabrisas, perdio media cabeza. Buff, vi el cerebro desparramado. Supe al momento que estaba muerto. Solo hubo un superviviente, pero tambien ha muerto.»
Una furgoneta Transit implicada en un accidente a una hora y un lugar que encajaban. Pete, Luke, Josh, Robbo. ?Podia ser que estuvieran muertos de verdad y que esa fuera la razon por la que nadie hubiera ido a buscarle? Sin embargo, Mark tenia que saber que habian planeado. ?Era su padrino, por el amor de Dios! Seguro que Mark andaba por ahi fuera, liderando un equipo que estaba buscandole. A menos, penso sombriamente, que tambien le hubiera ocurrido algo a el. ?Quiza se habia encontrado con ellos en el siguiente pub y tambien iba en la furgoneta?
Eran las cuatro y diez, viernes por la tarde. Intento imaginar que estaria pasando en aquellos momentos. ?Que estaria haciendo Ashley? ?Y su madre? ?Seguiria todo en pie para manana tal como estaba planeado?
Levanto la cabeza, para acercar la boca a la tapa unos centimetros preciosos, y grito, como hacia de forma regular.
– ?Socorro! ?Ayuda! ?Socorro!
Nada, excepto un silencio soporifero.
«Tengo que salir.»
Oyo un silbido, luego un crujido y, por un momento, Michael penso que era la madera que se astillaba, hasta que oyo el pitido conocido de las interferencias. Luego, un acento sureno incorporeo.
– ?Iba en serio lo que dijiste sobre salir en television?
– ?Davey?
– Eh, colega, acabamos de volver. ?Menudo accidente, tio! No te gustaria estar en ese coche, te lo digo yo. Han tardado dos horas en sacar al conductor, estaba bastante mal. Aunque mejor que la mujer del otro coche, ?sabes lo que te digo?
– Si -dijo Michael, intentando la tactica de seguirle la corriente.
– No estoy seguro. Digo que esta muerta. ?Entiendes?
– ?Muerta? Si, lo entiendo.
– Se nota, ?sabes? Solo viendolos, quienes estan muertos y quienes van a sobrevivir. No siempre. Pero guau, ?te lo digo yo!
– Davey, ese accidente al que fuiste el martes por la noche, ?recuerdas cuantos jovenes iban en la furgoneta?
– Estaba contando las ambulancias -dijo Davey tras unos momentos de silencio-. En los accidentes graves, hay una ambulancia por persona. Cuando llegamos, una se iba y otra aun estaba alli.
– Davey, ?no sabras por casualidad los nombres de las victimas?
Casi al instante, para sorpresa de Michael, Davey se los recito:
– Josh Walker, Luke Gearing, Peter Waring, Robert Houlihan.
– Tienes buena memoria, Davey -dijo Michael, intentando animarle-. ?Habia alguien mas? ?Habia alguien llamado Mark Warren tambien en ese accidente?
Davey se rio.
– Nunca se me olvida ningun nombre. Si Mark Warren hubiera estado en ese accidente, lo sabria. Recuerdo todos los nombres que oigo, recuerdo donde los oigo y cuando. Nunca me ha servido para una mierda.
– Se te daria bien la historia en el colegio.
– Quiza -dijo sin comprometerse.
Michael resistio la tentacion de gritarle de pura frustracion. Asi que tuvo paciencia y le pregunto:
– ?Sabes donde tuvo lugar el accidente?
– En la A 26. A tres coma ocho kilometros al sur de Crowborough.
Michael sintio que un rayo de esperanza se iluminaba dentro de el.
– Creo que no estoy muy lejos de alli. ?Conduces, Davey?
– ?Un automovil, quieres decir?
– Si, eso quiero decir exactamente.
– Supongo que eso depende de como definas «conducir».
Michael cerro los ojos unos momentos. Tenia que haber algun modo de conectar como es debido con este tipo, ?Como?
– Davey, necesito ayuda, desesperadamente. ?Te gustan los juegos?
– ?Los juegos de ordenador, quieres decir? ?Si! ?Tienes la Play Station 2?
– No, aqui no, conmigo no.
– ?Quiza podriamos conectarnos por Internet?
A Michael le entro agua en la boca. La escupio, aterrorizado. Dios santo, que deprisa subia ahora.
– Davey, si te doy un numero de telefono, ?llamarias por mi? Necesito que le digas a alguien donde estoy. ?Podrias llamar a alguien por telefono mientras hablas conmigo?
– Houston, tenemos un problema.
– ?Me lo cuentas?
– Veras, el telefono esta en casa de mi padre. El no sabe que tengo el walkie-talkie. No deberia tenerlo. Es nuestro secreto.
– Tranquilo, se guardar secretos.
– Mi padre se enfadaria mucho conmigo.
– ?No crees que se enfadaria aun mas si supiera que me podrias haber salvado la vida y que me dejaste morir? Creo que podrias ser la unica persona del mundo que sabe donde estoy.
– Tranquilo, no se lo dire a nadie.
A Michael le entro mas agua en la boca; agua sucia, turbia, salobre. La escupio, le dolian los brazos, los hombros, los musculos del cuello de tener que mantener la cabeza por encima del nivel creciente del agua.
– Davey, voy a morir si no me ayudas. Podrias ser un heroe. ?Quieres ser un heroe?
– Voy a tener que marcharme -dijo Davey-. Veo a mi padre fuera, me necesita.
Michael perdio los nervios.
– ?No! ?Davey, no te vas a marchar a ningun lado, joder! -grito-. Tienes que ayudarme. ?Tienes que ayudarme, joder!
Hubo otro silencio, uno muy largo esta vez, y a Michael le preocupo haberse pasado.
– ?Davey? -dijo, con mas delicadeza-. ?Sigues ahi, Davey?
– Sigo aqui.
La voz del chico habia cambiado. De repente, sonaba sumisa, escarmentada. Parecia un nino pequeno arrepentido.
– Davey, voy a darte un numero de telefono. ?Lo anotaras y haras la llamada? ?Les diras que tienen que hablar conmigo por tu walkie-talkie? Y que es muy, muy urgente. ?Lo haras?
– Vale. Les dire que es muy, muy urgente.
Michael le dio el numero. Davey le dijo que iria a llamar y que volveria a comunicarse con el.
Al cabo de cinco minutos agonicamente largos, la voz de Davey volvio a sonar en el walkie-talkie.
– Me ha salido el contestador -dijo.
Michael junto las manos con frustracion.
– ?Has dejado un mensaje?
– No. No me has dicho que lo hiciera.
Capitulo 32
La duena del Friars, en Uckfield, era una mujer alta, con pinta de ordinaria, de casi cincuenta anos y pelo rubio de punta, que parecia saber mucho de la vida. Recibio a Grace y a Branson con una sonrisa cordial y