– A ver, a ver…
Apoyando los codos en la mesa, enterro la cara en las palmas de las manos como si rezara y comenzo a hablar entre dientes. Grace evito la mirada de Branson.
Entonces, se sento muy erguido, sostuvo la cuerda sobre el mapa entre el dedo indice y el pulgar y dejo que el plomo oscilara, como un pendulo. Luego, frunciendo la boca, concentrado, lo balanceo con energia formando un circulo pequeno y, sin parar, fue cubriendo el mapa centimetro a centimetro.
– ?Uckfield? -dijo-. ?Crowborough? ?Ashdown Forest?
Miro inquisitivamente a los dos hombres. Ellos asintieron.
Harry Frame nego con la cabeza.
– No, no veo nada en esta zona, lo siento. Lo intentare con otro mapa, de menor escala.
– Estamos bastantes seguros de que se trata de esta zona, Harry -dijo Roy Grace.
Frame nego con la cabeza rotundamente.
– No, el pendulo no me dice eso. Hay que ampliar la busqueda.
Grace sentia que el escepticismo de Branson ardia como un volcan. Mirando el mapa nuevo, que mostraba todo el este y el oeste de Sussex, vio que el pendulo oscilaba formando un arco pequeno sobre Brighton.
– Esta aqui -murmuro Frame.
– ?En Brighton? Creo que no -respondio Grace.
Frame saco un mapa a gran escala de las calles de Brighton y balanceo el pendulo por encima del mismo. Al cabo de unos momentos, comenzo a describir un pequeno circulo sobre Kemp Town.
– Si -dijo-. Si, esta aqui.
Ahora Grace miro a Branson, como si compartiera sus pensamientos con el.
– Te equivocas, Harry -le dijo.
– No, creo que no, Roy. Vuestro hombre esta aqui.
Grace nego con la cabeza.
– Acabamos de estar en Kemp Town. Hemos ido a hablar con su socio. ?Estas seguro de que no es eso lo que ves?
Harry Frame cogio el brazalete de cobre.
– ?Este brazalete es suyo? ?De Michael Harrison?
– Si.
– Entonces, esta aqui. Mi pendulo no se equivoca nunca.
– ?Puedes darnos una direccion? -pregunto Branson.
– No, una direccion no; hay demasiadas casas, pero es donde debeis mirar. Ahi es donde le encontrareis.
Capitulo 38
– Puto bicho raro -le dijo Branson a Grace mientras se alejaban con el coche de casa de Harry Frame.
Grace, absorto en sus pensamientos, estuvo un rato sin decir nada. Durante la ultima hora, por fin habia dejado de llover, y algunos rayos de sol tardio atravesaban el tul de nubes grises que se habia posado sobre el mar.
– Supongamos por un momento que tiene razon.
– Vamos a comer y a beber algo -dijo Branson-. Me muero de hambre; estoy a punto de desmayarme.
El reloj marcaba las 20.31.
– Buena idea.
Glenn llamo a su mujer desde el movil. Grace escucho la conversacion de Branson. Parecia bastante encendida y su amigo acabo colgando a media llamada.
– Esta cabreadisima.
Grace le ofrecio una sonrisa comprensiva. No era tan tonto como para comentar la situacion domestica de otra persona sin conocerla.
Unos minutos despues, en la barra de un pub situado en lo alto de un acantilado que se llamaba Badger's Rest, Grace sostenia un Glenfiddich largo con hielo y se fijo en que su companero estaba apurando la pinta de cerveza, a pesar de que tenia que conducir.
– Entre en la policia -dijo Branson- para tener una profesion de la que mis hijos pudieran estar orgullosos. Mierda. Al menos cuando era guardaespaldas, tenia vida propia. Podia banar a mi Sammy y acostarle y tenia tiempo para leerle un cuento antes de irme a trabajar. ?Sabes lo que acaba de decirme Ari?
– ?Que? -dijo Grace, que miro los platos especiales de la pizarra.
– Me ha dicho que Sammy y Remi estan llorando porque les habia prometido que esta noche estaria en casa y les leeria cuentos.
– Pues vete a casa -le dijo Grace con delicadeza, y lo decia en serio.
Branson se acabo la cerveza y pidio otra.
– No puedo, sabes que no puedo. No tengo un trabajo de nueve a cinco, joder. No puedo marcharme del despacho tranquilamente como un funcionario gilipollas y decir: «A la mierda, me voy temprano que manana es sabado». Se lo debo a Ashley Harper y a Michael Harrison. ?No?
– Debes aprender a distanciarte -le dijo Grace.
– ?En serio? ?Y cuanto exactamente me distancio?
Grace se acabo el whisky. Le gusto. Primero la sensacion ardiente en la garganta, luego en el estomago. Levanto el vaso hacia el camarero, pidio otro doble, puso un billete de veinte libras en la barra y pidio cambio para la maquina de tabaco. Hacia varios dias que no furriaba, pero esta noche, las ganas de fumarse un cigarrillo eran demasiado fuertes.
El paquete de Silk Cut cayo en la bandeja de la maquina. Rompio el celofan y le pidio cerillas al camarero. Luego, encendio un cigarrillo e inhalo el humo, agradecido, hasta los pulmones. El sabor era mas que exquisito.
– Creia que lo habias dejado -dijo Branson.
– Y asi es.
Le sirvieron la segunda cerveza y Glenn y el entrechocaron los vasos.
– Tu no tienes vida propia y yo estoy destruyendo la mia. Bienvenido a la profesion de policia. -Branson meneo la cabeza-. Tu amigo Harry Frame es un tipo extrano. ?Menudo bicho raro!
– ?Te acuerdas de Abigail Matthews?
– ?Esa nina de hace un par de anos? Tenia ocho anos, ?verdad?
– Si.
– La secuestraron delante de la casa de sus padres. La encontraste dentro de una jaula en un hangar del aeropuerto de Gatwick.
– Nigerianos. La habian vendido a una red de explotacion sexual infantil de Holanda.
– Fue un trabajo de investigacion increible. ?No fue en parte por este caso por lo que te ascendieron tan deprisa?
– Si. Salvo que nunca le he dicho a nadie la verdad de como la encontre. -Era el whisky quien hablaba ahora, y no Roy Grace-. Nunca se lo he dicho a nadie porque…
– ?Por que?
– No fue un trabajo de investigacion increible, Glenn, por eso. Fue Harry Frame quien la encontro, con su pendulo. ?Vale?
Branson se quedo callado unos momentos.
– Y por eso crees en el.
– Tambien ha acertado en otros casos, pero no voy proclamandolo a los cuatro vientos. A Alison Vosper y sus amigos mandamases no les gusta nada que no encaje en los procedimientos habituales. Si quieres hacer carrera en la policia, tienen que ver que juegas segun las reglas. Tienen que verlo, ?vale? En realidad, no tienes que jugar