– No lo es. No te lo he contado todo.

Apuro la cerveza y miro a su alrededor, preguntandose si el vino estaba de camino. Luego, le conto la llamada que habia recibido de Vic y los gritos de Michael.

Ashley lo escucho en silencio.

– Dios santo, pobre Michael… El… -Se mordio el labio y una lagrima resbalo por su mejilla-. Quiero decir… Mierda, mierda. -Cerro los ojos unos momentos, luego volvio a abrirlos y miro fijamente a Mark-. ?Como…, como cono…, como ha encontrado ese hombre a Michael?

Mark decidio no mencionar la visita de Grace en este punto. Ashley ya estaba muy abatida.

– Lo unico que se me ocurre es que tropezara con la tumba por casualidad. No es que estuviera muy bien oculta precisamente. Joder, los chicos solo pensaban estar fuera una hora o dos como maximo. Yo la camufle un poco, pero no habria sido dificil… Un excursionista podria haberla visto sin muchos problemas.

– Un excursionista es una cosa -dijo Ashley sombriamente-. Este tipo no es un excursionista.

– Quiza sea un oportunista. Encuentra a Michael, se imagina por toda la cobertura informativa que es el tipo rico al que esta buscando todo el mundo… Es la oportunidad de su vida. Se lo lleva a otro sitio y nos manda una nota exigiendo un rescate; ademas de una prueba de que tiene a Michael.

– ?Como…, como… sabes…, sabemos…, quiero decir…, como sabemos que es el dedo de Michael? -dijo Ashley titubeando.

– Hara unas tres semanas, Michael y yo estuvimos en el barco, haciendo trabajos de mantenimiento, un sabado por la tarde. ?Te acuerdas?

– Vagamente.

– La puerta del lavabo se cerro y Michael se pillo el dedo indice. Empezo a pegar botes y soltar tacos. Lo puso debajo de un chorro de agua fria. Unos dias despues me lo enseno y tenia una mancha negra en la una. -Hizo una pausa-. El dedo que llego tiene una mancha negra. ?De acuerdo?

Llego un plato abundante de aguacate, mozarela y tomates para Ashley; Mark recibio un enorme cuenco de minestrone.

– ?Quieres llamar a la policia, Mark? ?Contarselo a ese comisario? -dijo Ashley cuando el camarero volvio a marcharse.

Mark le dio vueltas a aquello y dejo que la sopa se enfriara mientras Ashley comenzaba a comer. Si se lo contaban a la policia y el hombre cumplia con su amenaza de matar a Michael, seria una salida elegante a la situacion. Excepto que el grito de dolor de su socio le habia dejado afectado. Antes, nada de aquello parecia del todo real. Los chicos muertos en el accidente. Ir a la tumba y sacar el tubo para respirar. Ni siquiera oir a Michael gritar desde dentro del ataud le habia afectado, en realidad no. No del mismo modo en el que le estaba afectando su grito de dolor.

– Michael debe de tener su Palm encima. Si sale con vida de esta, va a saber que yo sabia donde iban a enterrarlo.

– Desde que ocurrio el accidente, no nos hemos planteado ni una sola vez que saliera vivo -dijo ella. Luego, tras dudar un momento, anadio irritada-: ?Verdad?

Mark se quedo callado. En estos momentos, tenia la cabeza, normalmente tan bien amueblada y centrada, hecha un lio. Nunca habian tenido la intencion de hacer dano a Michael con la broma de la despedida de soltero; solo era una venganza por todas sus jugarretas. En el plan original que habia urdido con Ashley tampoco habia entrado nunca hacer dano a Michael, ?no? Ashley iba a casarse con el y quedarse con la mitad de sus acciones en Inmobiliaria Doble M. Cuando la tinta de los certificados estuviera seca, Mark y ella tendrian entre los dos los votos suficientes para asumir el control de la empresa. Echarian a Michael del consejo de administracion y este pasaria a ser solo un accionista minoritario, con lo cual no le quedaria mas remedio que aceptar que le compraran sus acciones a bajo precio.

?Por que cono se habia quedado callado la noche que llego a casa de Leeds y se entero del accidente? ?Por que? ?Por que?

Pero si conocia el verdadero motivo, por supuesto. Por puros celos. Porque nunca habia soportado la idea de que Ashley se fuera de luna de miel con Michael… y la solucion le habia caido del cielo.

– ?Verdad, Mark? -La voz insistente de Ashley interrumpio sus pensamientos.

– ?Verdad, que?

– ?Eh! ?Hola! ?Alguna vez nos hemos planteado que saliera vivo de esta?

– No, claro que no.

Ashley lo miro, fijamente, con firmeza.

El le devolvio la mirada, reproduciendo una y otra vez los horribles gritos de dolor en su cabeza, mientras pensaba: «Ashley, tu no los has escuchado».

Capitulo 72

Michael estaba tumbado en una oscuridad negra como el carbon; el corazon le palpitaba con fuerza, la cabeza le estallaba, el dedo indice le latia y picos de un dolor atroz le salian disparados desde los testiculos hasta la barriga. Habia pasado no sabia cuanto tiempo: quizas una hora, quiza mas, quiza menos, desde que ese cabron encapuchado le habia enganchado unos electrodos a las pelotas y aplicado descargas electricas.

De todos modos, el dolor no era nada comparado con el miedo oscuro, frio, que asediaba su mente. Recordaba la pelicula El silencio de los corderos, que habia visto hacia algunos anos y vuelto a ver hacia poco en la tele con Ashley. Un asesino en serie que despelleja a sus victimas retiene a una chica, la hija de una senadora, en un pozo. No pudo evitarlo, estaba temblando, intentando concentrarse, decidido a sobrevivir como fuera.

Regresar con Ashley. Llevarla al altar. Era lo unico que queria.

?Dios mio, cuanto la echaba de menos!

No podia mover los brazos ni las piernas. Despues de darle de comer estofado de lata y pan, su captor le habia tapado la boca de nuevo con cinta adhesiva y tenia que respirar solo por la nariz, que tenia medio taponada. Inhalo, de repente aterrorizado de que se le hubiera taponado del todo. Volvio a inhalar, mas fuerte, mas hondo, inhalaciones rapidas, lo cual hizo que se le acelerara el corazon.

Intento imaginar donde podria estar. El lugar olia a moho y a humedad y percibia un ligero hedor a aceite de motor. Estaba tumbado sobre una superficie dura y algo afilado se le clavaba en la base de la columna vertebral y le dolia muchisimo, a cada minuto mas.

Se sentia mas fuerte, a pesar del dolor, mucho mas fuerte que antes. La comida tenia su efecto. «No voy a morirme aqui, joder. No he hecho todo lo que he hecho en la vida para acabar aqui. De ningun modo. No, me niego, me niego. No, no, no, me niego.»

Lucho por desatarse. Respiro hondo, intentando encoger su cuerpo, y luego solto el aire, intentando expandirlo. Y noto que algo cedia. La cuerda se aflojo un poquitin. Volvio a respirar hondo, pego los brazos al cuerpo con fuerza, con fuerza, con fuerza, y espiro, inspiro, espiro. Dios bendito, podia mover el brazo derecho. Solo un poquitin, pero ?podia moverlo! Volvio a empujar la cuerda hacia fuera y se encogio, empujo y se encogio. Mas espacio para su brazo derecho.

?Luego mas aun!

Rodo hacia un lado, luego sobre su estomago. Ahora se le lleno la nariz de hedor a aceite de motor; estaba boca abajo sobre la sustancia viscosa, pero no le importaba porque al menos ya no sentia el dolor en la base de la columna vertebral.

Movio la mano hacia la espalda, mas, y luego toco algo. «?Dios mio!»

?Estaba tocando la parte de arriba de su movil Ericsson!

Puso la mano encima, tiro de el y lo saco del bolsillo trasero de los pantalones.

El corazon se le acelero. Lo habia tenido en el ataud, bajo el agua. Aunque se suponia que era sumergible, dudaba de que funcionara. De todos modos, paso los dedos por encima de la superficie como si acariciara al mejor amigo que hubiera tenido en la vida. Encontro el boton de encendido en la parte superior y lo pulso. Escucho.

Oyo un pitido apenas perceptible. Luego vio un resplandor debil, aunque suficiente para distinguir unas paredes inclinadas a cada lado. Estaba en un espacio de unos dos metros de ancho y tal vez uno y medio de alto,

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