El sonrio.

—Sigo queriendo llegar al otro lado de la Muralla esta noche.

—Si Bult nos deja cruzar la Lengua.

—?Por que no iba a hacerlo? Ya ha conseguido reunirse con Wulfmeier.

—Tal vez —dije yo, pero no habiamos recorrido ni medio klom cuando Bult nos permitio cruzar con los ponis, y ni una palabra de tssi mitss, e o lo que fuera, lo que echo por tierra mi teoria.

—?Sabe lo mejor de esa escena con Wulfmeier? —dijo Ev mientras chapoteabamos al cruzar y volviamos a dirigirnos al sur—. La forma en que Carson y usted colaboraron. Es aun mejor que en los saltones.

Yo habia visto aquel salton la noche anterior. Habiamos capturado a Wulfmeier amenazando a Acordeon y acabamos dando punetazos y patadas, con disparos de laser.

—Ni siquiera tienen que decir nada, siempre saben lo que esta pensando el otro. —Ev hizo un amplio gesto—. En los saltones los muestran trabajando juntos, pero esto fue como si se leyeran el pensamiento. Siempre hacen lo que el otro quiere sin necesidad de mediar palabra. Debe de ser magnifico tener un companero asi.

—Fin, ?donde crees que vas? —dijo Carson. Se habia bajado del poni y estaba desatando las camaras—. Deja de parlotear sobre costumbres de apareamiento y ven a ayudarme. Acamparemos aqui.

No era un mal sitio para acampar, y Bult volvia a multarnos, o al menos a mi, por cada paso que daba, pero yo seguia preocupada. Los binos de Carson volvieron a desaparecer, y Bult camino de un lado a otro entre nosotros tres mientras emplazabamos el campamento y cenabamos, dirigiendome miradas asesinas. Despues de la cena, desaparecio.

—?Donde esta Bult? —le pregunte a Carson, buscando su paraguas en la oscuridad.

—Probablemente buscando tubos de diamante —dijo Carson, acurrucado junto a la linterna. Hacia frio de nuevo y unos grandes nubarrones se cernian sobre las Ponicacas.

Yo seguia pensando en Bult.

—Ev —pregunte—, ?alguna de esas especies suyas se vuelve violenta como parte de sus ritos de cortejo?

—?Violenta? ?Quiere decir hacia su pareja? En ocasiones los toros zoes matan a veces accidentalmente a sus companeras durante la danza nupcial, y las hembras de algunas aranas y de las mantis religiosas se comen vivo al macho.

—Como C.J. —dijo Carson.

—Esta pensando mas bien en violencia orientada hacia otro objetivo para impresionar a la hembra — senale.

—Los depredadores a veces matan a sus presas para presentarselas a las hembras como regalo —apunto Ev—, si considera a eso violencia.

Lo consideraba, sobre todo si eso significaba que Bult nos estaba dirigiendo hacia una guarida de mordisqueadores o a un acantilado para poder lanzar nuestros cadaveres a los pies de su amiguita.

—Ljosssh —dijo Bult, surgiendo de la oscuridad. Dejo caer un monton enorme de lena a nuestros pies—. Ljosssh —le dijo a Carson, y se agacho para encenderla con un prendedor quimico. En cuanto ardio, volvio a desaparecer.

—La rivalidad entre los machos es comun en casi todos los mamiferos —explico Ev—, focas, primates…

—Homo sap —dijo Carson.

Homo sapiens —puntualizo Ev, imperterrito—, alces, gatos monteses. En unos pocos casos llegan a luchar a muerte, pero en general se trata de un combate simbolico, destinado a mostrar a la hembra quien es mas fuerte, mas potente, mas joven…

Carson se levanto.

—?Adonde vas?

—A ver las meteorologicas. No me gusta el aspecto de esas nubes sobre las Ponicacas.

Estaba tan oscuro que no se distinguia nube alguna y ya habia visto las meteorologicas. Lo habia observado mientras emplazabamos el campamento. Me pregunte si estaba preocupado por Bult y habia ido a echarle un vistazo, pero Bult estaba a nuestro lado con otro punado de lena.

—Gracias, Bult —dije. Miro a Ev, luego a mi y finalmente se marcho, cargado con la lena.

Me levante.

—?Adonde va? —dijo Ev.

—A pedir un paradero sobre Wulfmeier. Quiero asegurarme de que ha llegado a la Puerta de Salida. — Saque el salton de mi bota y se lo lance—. Tenga. Pantalones Cenidos y Bigote Atildado le haran compania.

Me dirigi al equipo.

Ni rastro de Carson. Saques el diario y sume las multas de Bult.

—Totales por dia —dije—. Totales secundarios por persona.

Lo observe durante un rato, pensando en Bult y los binos y en las costumbres de apareamiento de Ev.

Cuando regrese junto al fuego, Ev estaba sentado delante de una oficina con un punado de terminales, lo que no parecia una aventura de Findriddy y Carson.

—?Que es eso? —pregunte, sentandome a su lado.

—El Episodio Uno. Esa es usted. —Senalo una de las mujeres.

En este yo no llevaba pantalones cenidos. Llevaba una faldita minuscula y una de las camisas de C.J., con luces de aterrizaje y todo, y hablaba a una pantalla que mostraba una geologica.

Carson entro en la oficina con su chaleco de equipaje, pantalones a rayas, y un par de botas que los mordisqueadores ni siquiera habrian tenido que masticar. Su bigote estaba todo atildadito y curvado hacia arriba, y las mujeres le sonrieron como si fuera un ciervo con una imponente cornamenta.

—Estoy buscando a una persona que me acompane a un nuevo planeta —dijo, y sus ojos barrieron la sala y se posaron sobre Faldita Minuscula. Empezo a sonar una musica de alguna parte bajo los terminales, y todo se volvio rosa. Carson se acerco a la mesa, y se planto ante la chica y se quedo contemplando su blusa.

Tras un rato, anadio:

—Estoy buscando a una persona que ansie la aventura, que no tema al peligro. —Extendio la mano y la musica se hizo mas fuerte—. Venga conmigo —dijo.

—?Fue asi? —pregunto Ev.

Bueno, mierda, claro que no. Entro tambaleandose, se sento ante mi mesa y apoyo las botas sucias sobre el tablero.

—?Que estas haciendo aqui? —gruni—. ?Has acumulado demasiadas multas otra vez?

—No —contesto, cogiendome la mano—. Pero no me importaria sumar unas cuantas mas confraternizando con los seres inteligentes. ?Que te parece?

Libere la mano.

—Venga ya. ?Que estas haciendo aqui?

—Busco una companera. Planeta nuevo. Exploracion de superficie y nomenclaturas. ?Que te parece? — sonrio—. Hay muchas oportunidades.

—Si, seguro —dije—. Polvo, serpientes, comida deshidratada, y ningun cuarto de bano.

—Y yo —dijo, con aquella sonrisita complaciente—. El Jardin del Eden. ?Te vienes?

—Si —conteste, viendo como el salton se volvia rosa—. Asi fue.

—Venga conmigo —le repitio Carson a Faldita Minuscula, y ella se levanto y le dio la mano. Una corriente de aire surgida de alguna parte le hizo revolotear el pelo y la falda.

—Sera territorio inexplorado —dijo, mirandola a los ojos.

—No tengo miedo mientras este con usted —dijo ella.

—?Que demonios se supone que es eso? —pregunto Carson, cojeando.

—La forma en que Fin y usted se conocieron.

—?Y esas luces de aterrizaje se supone que son de Fin?

—?Ya has terminado las meteorologicas? —corte, antes de que se le ocurriera decir que la mitad de las veces a duras penas lograba identificarme como mujer.

—Si —contesto, calentandose las manos sobre el fuego—. Parece que va a llover en las Ponicacas. Menos

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