18

Padre descubrio el relato. Me propino duro castigo por haber escrito una historia inventada.

– ?Esa herejia sacrilega, falsificando las Sagradas Escrituras! -bramo rojo de ira-. ?Esto es intolerable!

Quemo el borrador y arrojo al rio mi farol de luciernagas. Fue lo que mas me dolio.

Me ato con un lazo al porton para que me comieran los mosquitos gigantes que subian del rio.

Dijo que me castigaba con todo rigor para impedir que ninos rebeldes como yo se convirtieran mas tarde en supremos dictadores de la Republica.

– Los Libros Santos -sentencio mientras me ataba al porton- han sido dictados por Dios y escritos por los pueblos para que los particulares lean. De otra manera, la palabra escrita por los particulares es siempre palabra robada.

El rigor de mi padre, que era un justo, fue injusto.

?Por que un castigo tan furioso por haber escrito yo una historia fingida, aun cuando fuese sacada de la Sagrada Escritura?

Ya entonces me pregunte: Y los libros que los particulares escriben a su sola inspiracion, ?que pueblos los leeran?

Las bisagras del porton rechinaron.

– La palabra escrita es siempre robada, ha dicho tu padre. Y eso es una verdad grande como un templo… -chirrio profesoral el porton sin otorgarme el mas minimo obolo de consuelo ni de justificacion.

Me sorbi los mocos sanguinolentos.

19

Padre debia de tener razon. Ahora le comprendo.

Mi primer fracaso con la literatura lo experimente en el primer relato que escribi, a la temprana edad de los cien mil anos de escritura y a los siete de mi edad.

Un relato que tenia las pretensiones de enmendar nada menos que la plana al Genesis corrigiendo, es decir, destruyendo, una de las primeras historias biblicas.

En Lucha hasta el alba yo no me habia liberado del siniestro hermano Esau.

El machetazo que trozo nuestros calcanares, la cadena de sangre y de hueso que nos condenaba a una union perpetua contra natura, no logro sino algo peor.

El machetazo escriptural reboto y me partio el alma. Me puso en su lugar el alma negra de Esau. Esau se encarno en mi. Quiero decir, yo le encarne en mi. Esau tenia todos los dientes podridos. Su aliento se asemejaba al vaho de las letrinas. Yo empece a respirar ese aliento pestifero que impregno y contagio las letras.

Deje de ser Jacob para convertirme, con rasgos aun mas sombrios, en el retorcido Esau. Me miraba en el espejo y veia el rostro malvado de Esau.

Con la palabra robada de la Escritura no habia hecho sino apropiarme del alma de Esau y sustituirla a la mia.

«No escribas, hijo mio, sobre la desgracia ajena…», oia resonar la sentencia de padre.

?Y cual desgracia mas intimamente propia que la de llevar adentro al hermano que nos odia mas alla de toda ley humana y divina?

20

Mi padre habia cursado el seminario hasta las ordenes menores. Era muy riguroso en la observancia de nuestra santa religion y en el respeto de los Libros Sagrados.

Castigo justamente mi desproposito.

Yo queria ser librepensador y anarquista como mi abuelo portugues.

Don Carlos solo me hablaba de hombres y mujeres libres en una sociedad igualitaria de hermandad y reciprocidad donde cada uno es diferente y solidario del otro, de acuerdo a su modo de ser, a sus suenos, a sus aspiraciones.

Mi abuelo era un hombre manso y enorme. Yo lo veia avanzar en la oscuridad como un barco en medio de la tempestad.

Su pesado baston de caoba se le adelantaba como el baupres del navio. Cuando lo levantaba sobre su cabeza era el asta de la bandera de todos los acratas del mundo.

Una bandera que todavia no tenia color ni escudo pero que era ya la insignia del futuro.

Mi abuelo profetizaba que el mundo seria anarquista si estaba destinado a sobrevivir en la hermandad, en la concordia y en la reciprocidad. De lo contrario seria destruido por los poderes del egoismo, de la avaricia, de la discordia, de la violencia. El poder no puede estar fundado en lo peor que tiene la raza humana, decia. Sino en la hermandad de todos los hombres.

Antes de emigrar a America, a finales del siglo pasado, era maestro de la logia lisboeta El Mandil.

En Asuncion, a los pocos anos de llegado, habia fundado ya la logia de los hermanos masones.

Conocio a Rafael Barrett. Quedo fascinado por ese hombre que ardia en su propio fuego, comido por la tuberculosis, devorado por el dolor de un noble pueblo condenado a la bajeza, a la depravacion.

– ?Este es el hombre que necesita el Paraguay!… -exclamo mientras un sincope lo desmoronaba lentamente en medio del mitin multitudinaria de obreros y campesinos que la presencia de Rafael Barrett habia convocado.

21

Inspirado en los pies de doble talon del personaje mitico llamado Pytayovai, encontre la manera de escribir relatos hacia atras y hacia adelante, para que padre no pudiera descifrar mis manuscritos, ni seguir las huellas de los personajes, ni entender sus historias.

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