Toda mi vida odie el nombre que me pusieron.

Decidi no tener ningun nombre. Me hubiera gustado llamarme Juan Evangelista. Escribir como el, algun dia, el libro de la Revelacion, llamado tambien el Apocalipsis.

Yo lo leia una y otra vez, sin cansarme, porque era como ver el pasado convertido en futuro.

8

Queria escribir la historia mas hermosa del mundo. No la historia del fin del mundo, sino la ultima historia escrita antes del fin del mundo por un sobreviviente, que ya nadie podria leer ni contar.

Escribir esa historia fue mi obsesion durante mucho tiempo.

Le decia a mi madre en voz baja, para que padre no nos oyera: «No quisiera morirme sin haber escrito esa historia de fin de mundo…»

Mi madre me alentaba: «La escribiras, hijo. Todos, de alguna manera, sonamos con esa historia ultima que nadie podra leer…»

9

A los cuarenta anos escribi La caspa, en la carcel.

Un hombre desnudo, ciego, calvo, camina entre grandes fumarolas que brotan de la tierra calcinada.

Grita de tanto en tanto, llamando a alguien. Nadie le responde. No hay ecos. No queda nadie mas que el.

Al principio una joven de extrana hermosura camina a su lado.

Luego desaparece.

10

Los huesos de la mujer jalonan la tierra humeante, como roidos por fieras que ya no existen. Se puede suponer que el hombre ultimo la ha devorado por celos, cuando ya esos celos no podian ser sino la locura final del hombre solo.

?La ha devorado para preservarla dentro de si?

La teoria de los celos no explica todo. No explica nada.

Lo unico que conserva de ella es una larga cabellera rubia, que lleva anudada al antebrazo izquierdo.

De tanto en tanto, hunde el rostro en la mata de pelo dorado y undoso, aspirando el olor de su propia desesperacion.

El hombre solo no se ha acostumbrado aun a su soledad.

El hombre ultimo trata de despegar con las unas una costrita de la base del craneo.

Creo que en esa minuscula capa seborreica se han refugiado el lenguaje, el tiempo, el sexo, los mas leves signos vivientes de una realidad que se ha esfumado por completo, que parece no haber existido nunca.

Extirpa por fin la pequena costra. Un golpe de viento se la arranca de las unas ensangrentadas.

El hombre se desmorona en un monticulo de ceniza fosil.

11

Invente una escritura criptica, acaso un nuevo idioma, para burlar el escrutinio diario que los carceleros hacian de los papeles, efectos y hasta de los trozos de diarios viejos que usabamos en el excusado los reclusos de maxima peligrosidad hacinados en la celda Valle-i.

Yo podia escribir a condicion de que cada dia leyera lo escrito a los guardianes de turno. Leia para su esparcimiento los pasajes pornograficos mas groseros, que esas mentes rudimentarias celebraban con alegria bestial, puesto que estaban escritos para su gusto y regocijo. Era la pequena revancha que yo me tomaba sobre la realidad del poder a traves de la irrealidad de la escritura.

Los guardianes de la policia politica disfrutaban con aquellas «tertulias literarias».

Eran los muchachos de oro de la Tecnica.

12

Al final es cuando acontece la gran revelacion.

La tache cuidadosamente. En el papel. En mi mente. La olvide. El olvido puede tambien olvidar que olvida. Las torturas no pudieron arrancarme ese secreto. Simplemente yo no lo sabia.

13

Una novela muda. Ni nombres, ni pronombres, ni verbos, ni adjetivos, ni preposiciones, ni conjunciones adversativas ni copulativas, ni recursos de exposicion, nudo y desenlace.

La narracion central se va desenvolviendo sobre el escenario irreal de un tren liliputiense, que hace de hilo conductor. La narracion, saturada, constelada, de historias paralelas, se bifurca y prolifera al infinito. El ultimo circulo se cierra, desaparece, muere, en el claustro matricial.

Escritura seca, rapida, vertiginosa. Enganosa transparencia. Abstracta, inmaterial. Crea una atmosfera de total opacidad semejante a la noche.

Detras del vidrio, en la tiniebla, pululan ectoplasmas de vagas y monstruosas figuras humanas. Luego todo se esfuma y desaparece, sin dejar rastros.

Le puse como titulo el nombre de la costrita seborreica, a cuya naturaleza ha quedado reducida la condicion del hombre ultimo.

En esa narracion laconica, escueta, catartica, el tema central es el

Вы читаете Contravida
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×