campesino del interior y se llamaba Trepp. Gulian, el ultimo de la fila, se rio de el.
– ?Pronto te encomiendas a los santos, Trepp!…
– No te encomiendes y veras…
– ?Silencio! -ordeno el cabo Ross.
La escuadra camino un trecho por el sendero sin que nada mas que el roce de las pesadas botas contra el suelo de tierra rompiera el silencio. Aunque hablar de silencio era en esos instantes una pura entelequia. Los estallidos de las granadas sonaban cada vez mas cerca. Ross llego a pensar, por un instante, que el teniente les habia dado la orden de marcha con un poco de anticipacion. Dentro de cinco minutos, a mucho tardar, estarian en el lado batido de la colina y, para entonces…
Alrededor de ellos, el paisaje comenzo a hacerse extrano. El bombardeo habia arrancado arboles de cuajo y habia removido la tierra y esparcido las plantas silvestres. Un olor acre a atmosfera saturada de dinamita comenzo a envolverles.
Y, cada vez mas cercanas, las explosiones.
Gulian toco levemente en el hombro a Goy, el estudiante.
– ?Te has dado cuenta, tu?…
– ?De que?
– No se… Sera mi oido, pero me parece como si los pepinazos se oyeran a traves de un cristal…
Goy atendio un instante.
– Si, parece… Raro, ?no?…
– ?Silencio! -se oyo de nuevo la voz de Ross. Los dos hombres se miraron y encogieron los hombros en silencio.
Y, de pronto, fue el desastre.
Una granada de gran calibre se oyo silbar sobre sus cabezas y el horrendo estallido se produjo casi entre las mismas filas. Por un instante, el polvo y el fuego y los cascotes cego a los hombres. Ross, como por instinto, se echo a tierra de bruces. Apenas comenzo a disiparse el humo, levanto la cabeza y miro. Habia cinco cuerpos echados en tierra. Penso por un instante: “Estan todos muertos. Me he salvado de chiripa”. Pero, al incorporarse, se dio cuenta de que tambien los cinco hombres comenzaban a ponerse de pie.
– ?Vaya, menos mal!… ?Algun herido?
Los hombres se miraron unos a otros. No, no habia ningun herido. Trepp se persigno de nuevo.
– Milagro, seguro…
Pero no pudo seguir. Un nuevo proyectil se acercaba silbando. Ross se echo a tierra, gritando:
– ?Al suelo!… ?Buscar refugio!…
Entonces comenzo el infierno. Durante diez minutos, el terreno que habian estado pisando fue machacado, sin que un solo centimetro cuadrado pareciera librarse de la metralla. Ross, metido en un agujero causado por alguna bomba caida anteriormente, trato de comunicar por radiotelefono con la unidad. Pero el telefono no funciono. “Bien, penso, se acabo mi carrera militar”, y trato de recordar, por si las moscas, alguna de las oraciones que le habia ensenado su madre en la infancia. Pero fue imposible.
Trepp apreto convulsamente el rosario que siempre llevaba metido en el bolsillo y sollozaba. A pocos pasos, casi totalmente cubierto de tierra, con las manos cubriendo el casco, estaba Daniev, casi un chiquillo, agitando con su temblequera la tierra que le habia caido encima. No lograba ver mas alla, porque el polvo lo cubria todo.
“?Maldito sea Trepp!”, susurro Gulian para sus adentros, acurrucado bajo el tronco arrancado de un arbol. “Seguro que se salva con sus rezos, y nosotros a pudrir tierra. De esta no salgo”…
Su bota tropezo con algo blando, se volvio y vio junto a el a Flesher. Palido, con los ojos fuertemente cerrados, seguramente estaba ya muerto.
“Como yo, dentro de un rato. Como todos. No vamos a salir ni uno vivo. Bueno, tal vez Trepp, que tiene influencia en el cielo.”
Goy, el estudiante, entretuvo sus ultimos minutos en analizar aquella extrana sensacion de estar rodeado por una bovedilla de cristal transparente. Los estallidos sonaban cercanos, casi sobre su cabeza, pero llegaban a sus oidos con el ligero tamiz de un muro invisible. “Debe ser la muerte, debo estar herido, tan grave que ya no siento nada.” Un obus estallo a medio metro de el y le cego. Abrio la boca cuanto pudo, para evitar, al menos, que le saltaran los timpanos.
Luego, con la misma violencia de muerte que habia surgido, el bombardeo ceso. Ross se dio cuenta de ello al volver lentamente el silencio y disiparse el humo. Las explosiones se alejaban y, poco a poco, como fantasmas, seis hombres surgieron de entre la nube de polvo acre que les rodeaba. Daniev habia vomitado su propia muerte y Gulian se palpaba todo el cuerpo, buscandose la herida mortal. Trepp temblaba de pies a cabeza y Goy miraba en torno suyo, sintiendo que aquella extrana sensacion de estar bajo una boveda desaparecia lentamente. Flesher, de rodillas, lloraba como un chiquillo. Ross le dio una patada:
– ?Arriba, imbecil!… Vamos, a formar, seguimos camino…
Los seis hombres echaron a andar. Ross volvio a sumirse en sus pensamiento a la cabeza de la columna de resucitados. Si, ahora era un heroe. Habia resistido con sus hombres un bombardeo espantoso y no habian echado a correr. Los jefes se darian cuenta de su espiritu. Dentro de unos dias le esperaban los nuevos galones.
– Cota 32, cota 32, cota 32, y a la cota 32 se llega por este caminillo de mierda que hace que las narices se llenen de polvo. ?Quien me meteria a mi a decir que sabia manejar una motocicleta? Podria haberme quedado en servicios auxiliares, o en cualquier otra cosa y ahora estaria tranquilamente pegando tiros o en el fondo de una lancha de desembarco o cualquier otro sitio, y no subido en este chisme y dedicado a ir de la Ceca a la Meca llevando papelitos que no lee nadie. ?Enlace! Y pensar que me sono a bonito, cuando me lo dijeron… Un casco, unas gafas polarizadas, una guerrera de cuero y un saco para la correspodencia… ?Bueno, la verdad es que no puedo quejarme!… Unas maniobras duran dos dias, o tres. ?O una semana!… Pero el resto del tiempo, uno tiene su motocicleta y puede ir por ahi, o dedicarse a limpiarla y asi librarse de cualquier otro servicio. Pero estos dias… Por cierto, ?cuando me licencian?… A ver, me incorpore en febrero, estamos a julio, ?calor!, suda uno debajo de esta chaqueta de cuero. Si estuvieramos en el frente de verdad, me la podria quitar, porque alli todo marcha manga por hombro y cada uno hace de su capa un sayo. Pero ahora… Julio, si, cuatro meses, hasta dieciocho, van… Si el coronel se llega a dar cuenta de lo que tardo en echar una resta, me manda a la escuela como primera providencia y luego, ?a saber!… Catorce, eso es, catorce meses mas y… ?hala, a casita! Buena falta esta haciendo que se acabe todo esto. Padre no puede llevar el solo el taller y Bet es demasiado pequena para echarle una mano… Y el caso es que yo deberia haberlo alegado, cuando me hicieron aquellas preguntas. Solo que entonces yo estaba demasiado harto de casa para… ?Que ruido es ese? ?Tendria gracia que hubiera algun movimiento de tropas por este sector! Bien, si lo hay, apretare el acelerador, y a ver que capitan es capaz de detenerme. ?Un momento, que soy el enlace y tengo que!… No, no es gente, debe de ser un coche, un jeep o algo… Si es eso, tendre que apartarme yo, aunque con estos taludes vamos a tener que hacer maniobra; un poco dificil lo veo… ?Jo!… Vaya ruido para ser un jeep! A la vuelta de la esquina lo ve… ?Dios!… ?Un carro! ?Un carro de combate y a ciegas y sin poderle decir que se pare ni poderme volver yo para alejarme!…
?Ay, madre, papa, que me pilla, que no puedo subir la cuesta, que me resbalo y no voy a!… Soy enlace, y tendria que terminar el servicio… ?Catorce meses!… Me aplasta, me aplasta, me aplasta, ?Dios!…
No…
No puede ser…
Ha pasado por ?encima! de mi sin rozarme… Tendria que haberme dejado hecho un sello de correos. ?No!… He vomitado de miedo, la moto esta destrozada… No puede ser. Ha aplastado la moto y luego se ha elevado sobre el suelo el espacio suficiente para no hacerme una papilla… No hay duda, las huellas se elevan por el aire, justo encima de mi cuerpo y… Seguro. Seguro que madre estaba rezando por mi…
Desde arriba, parece siempre que haya paz en la tierra. Desde arriba, las nubeculas de las explosiones son como flores en el paisaje arido y las balas trazadoras son puntos luminosos de unos fuegos de artificio