Pensandolo bien, seria bueno vivir en un apart asi, y en un piso bien alto, cerca de la pileta. Por suerte, a la hora de almorzar, cuando los viejos despertasen, irian al country de otro escribano que tenia una pileta enorme, trampolin y una cascada con tobogan de agua.

En el country, cerca de la casa del escribano, habia un estanque donde permitian pescar. Tenia que pedirle al padre que pasaran por una farmacia para que le comprasen crema protectora: a la hora de pescar, el reflejo del sol en el estanque producia manchas en la cara. Ya le habian encontrado unas pequitas marrones alrededor de la nariz y quedaban muy mal.

4

A veces conviene ponerle pecas en la mejilla a un personaje y sugerir un vinculo entre pez, peca, pescar y pecado, solo para que el texto encuadre mejor o cierre justo en el limite inferior de la pagina.

Otras veces se impone determinar la hora. A las doce quedaron a cargo del vestuario las mismas promotoras que habian estado recibiendo a los primeros invitados en planta baja. Ahora, a los que llegaban los conducian al gimnasio del ultimo piso, donde tenian habilitado un guardarropas. A quienes lo aceptaran les regalaban una bolsa con un toallon, un kimono de toalla y unas sandalias de caucho de colores fluo. Para las mujeres habia unas mallas de gimnasia y un gorro de bano. Para los hombres un short a rayas.

Alguien calculo que ese obsequio debio costar mas de cien dolares por invitado. Las promotoras tenian un stock de variedades de tamanos de shorts, sandalias y mallas con el nombre del Karina Apart bordado bajo el isotipo de la marca Nike, de modo que habrian comprado una reserva de talles y tamanos bastante mayor que el maximo de concurrentes esperado.

Al gerente le habia parecido una promocion riesgosa. Era su primer empleo de responsabilidad, e independientemente de la fortuna que los socios hubiesen invertido en el apart, estaba seguro de que el seria el mas perjudicado por un fracaso. Los duenos tomaban demasiados riesgos. Formado en el Sheraton donde habia llegado a segundo de relaciones publicas del hotel de Argentina, hubiese preferido un lanzamiento mas conservador. ?Que pasaria si un periodista se ofendia con el obsequio veraniego? ?Que haria la gente gorda vergonzosa de cambiarse? ?Y si aparecian tipos con traje o sacos sport y mujeres maquilladas y con peinados de fiesta? ?Y si venia tormenta, o hacia frio, o si alguien se descomponia en el agua?

Todo es imponderable y el gerente no estaba preparado para eso. Tenia bastante con ese fondo de ventanas oscurecidas y con los trapos y serpentinas negras que pendian de algunos balcones de la vecindad. La fecha, cinco de enero, era otra amenaza: ?Quienes se quedarian un fin de semana en la ciudad, y cuantos de ellos estarian dispuestos a perder medio domingo en una reunion, en una terraza?

Para peor habia viento. El gerente penso en su mujer y en su madre: ninguna de ellas toleraba el viento, enemigo natural de los peinados. ?Estarian comodas las mujeres, con ese viento norte arrachado? 'Viento norte duro pampero seguro', le habia oido decir al encargado de cocina, que habia estado en la flota de mar. El hombre se jactaba de conocer el clima del Rio de la Plata y pronostico que antes de media tarde calmaria el viento, el calor seria sofocante y que rato despues se desataria una tormenta de verano.

Por momentos preferiria que todo fracasara. Sentia un odio creciente hacia el Mecanico y sus socios que se dejaban manejar por su despreocupado aventurerismo. Y ni queria recordar a cual de su objeciones habia sido, si al costo del servicio de almuerzo, si a la eleccion de los shows musicales o a la idea de disfrazar a los concurrentes de banistas para que todos probaran la corriente de hidromasaje que instalaron en la piscina y, de paso, que la mayoria dejase sus celulares en el vestuario, pero jamas olvidaria la ofensa y el lenguaje con que le respondieron:

– Nunca conoci a un empleado tan cagon como usted…! Habia dicho el Mecanico y le parecio que los otros socios asentian.

Pero si algo fracasaba seria tambien su fracaso. Solo un imbecil renuncia a una carrera de siete anos en Sheraton para meterse con estos aventureros. Pensaba eso y recordaba la palabra 'cagon'.

Seguia llegando gente. La mayoria en pareja pero tambien entraban grupos de hombres los mas jovenes debian ser periodistas y algunas muchachas solas que parecian modelos. Algunos venian con sus bolsos: alguien les habria advertido que inaugurarian la piscina y el hidro.

La mayoria de los otros acepto cambiarse y dejar sus telefonos y efectos personales en las gavetas del vestuario.

Algunos se habian zambullido, nadaron unas brazadas, se entretuvieron un rato en el angulo del hidro, haciendo bromas y gritando ante cada reflujo del chorro de agua a presion y terminaron por tenderse a descansar en los tablones de teca del borde la parte profunda.

El gerente miraba con preocupacion los kimonos abandonados en la proximidad de las duchas y el trampolin. En un rato, -temia-, nadie va a ser capaz de reconocer el suyo, de modo que terminaran sentandose a la mesa descalzos y con el torso y las espaldas descubiertas.

No podia calcularlo: si estuviese su mujer la consultaria y ella le daria un opinion mas acertada, pero apostaria que todas las mujeres de bikini tenian protesis de siliconas en los pechos. Los hombres que seguian el agua ni las miraban. En cambio, dos que habian decidido no cambiarse y ya habian bebido tragos largos de jugos con gin no las perdian de vista y hablaban acaloradamente, con toda probabilidad, acerca de ellas. No eran modelos conocidas, tal vez fueran plantel de alguno de los servicios de acompanantes que el Mecanico se jactaba de contratar y disponer a su antojo y -segun decia- a credito.

Un grupo de hombres, al que poco despues se agrego una pareja, habia tomado posicion en la parte baja de la pileta. Dos de ellos se habian sentado en el fondo y permanecian sumergidos hasta el cuello. Los otros se acodaban en el borde y hacian senas a los mozos para que se acercaran a servirlos.

Si algo faltaba para arruinar definitivamente la escena era que se pusiesen a comer en el agua. Y, en efecto, por las senas que hacia uno que estaba bebiendo un largo vaso de jugo de tomate, el gerente interpreto que reclamaba a un mozo platos de algo trozado: formaba un circulo con los indices y los pulgares de ambas manos y representaba la senal de cortar algo golpeando con el canto de la derecha su palma izquierda que haria las veces de una pieza de fiambre, un pan o un queso.

Reconocio al tipo, mas por su categoria que por los rasgos de su cara insignificante. Era uno de la financiera de Quilmes que no estaba en la sociedad del Karina, pero compartia varios negocios con el Mecanico. El contador le habia dicho que era miembro de la mafia de los remates y que hasta hacia poco la financiera era parte del poderoso aparato economico del partido comunista.

En un tiempo, cuando todavia trabajaba en Sheraton, habia oido hablar de la mafia de los remates. La gente de negocios la llamaba 'los de la liga', refiriendo siempre el enigma del poder que esta gente, en su mayoria

Вы читаете Urbana
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату