la 'i' y una mezcla de sonidos 'is', 'os' y 'ues' que debian sonar como un llanto fingido.

Es facil fingir un llanto, pero no es posible que una simule tantas lagrimas como para mojarle totalmente la cara, el pelo y el cuello al tipo.

'Tus lagrimas! Tus lagrimas! ?Tus laaagrimas!' habia gritado el y esas frases y la manera de entornar los ojos mientras gritaba terminando, le daban el aspecto de un poeta loco.

?Como ser un poeta loco?, se preguntaba ella y darse cuenta de que habia llegado a pensar que el tipo se parecia a una imagen que era imposible definir, en lugar de causarle gracia le daba mas ganas de llorar, cuando ya sentia que eso habia terminado.

'Acabe mil veces…', dijo llorando y sintiendo ganas de reir. 'Pero mentira… Miento', repetia y aclaraba: 'mil veces no, pero diez por lo menos si… ?Nunca me paso asi!'.

El ni hablo. Seguia jadeando, pero se habia tendido hacia un lado como si quisiera dormir. Con los ojos cerrados y apoyando parte de su peso sobre el brazo que le cruzaba el pecho, le besaba la cara y le lamia los ojos y las lagrimas, exagerando el ruido que produciria al sorberselas.

Sentia la fuerza del codo del tipo apretando su pecho izquierdo y hasta dolor alli, pero no era un dolor malo y se mezclaba con la sensacion de llorar y con el asombro por todo lo que habia sentido.

'Nunca antes me habia sentido mujer…', dijo con voz ahogada y prefiriendo que el no terminase de oirla. Respiro, suspiro, volvio a sollozar o semillorar y despues, como para evitar que se durmiera, o como para anunciar que iniciaria una conversacion, le apreto el brazo diciendo 'Te debo resultar una boluda…'

El no respondio, volvio a besarle un parpado, la nariz y las mejillas y al fin apoyo los labios contra los suyos llenandole la boca con una saliva que, en efecto, tenia sabor a lagrimas. Quiso apretarle mas el brazo, y producirle un dolor como el que habia sentido en el pecho, pero era inutil: tocandolo, era imposible distinguir la materia de los musculos tensos de la dureza de sus largos huesos. Eso acentuo sus ganas de llorar y besarlo. Lo beso, y despues le hablo con los labios mojados contra una oreja. Le dijo 'largos huesos', y la sorprendio oirse diciendo primero 'largos', seguido de 'huesos', exactamente al reves de la manera debida, o, al menos, a la inversa de su manera natural de hablar.

Pero el, mientras entraban al departamento que habia alquilado para la tarde de aquel domingo, le habia dicho algo sobre su estatura. Era alto: muy alto, mas alto que ella, y para explicarle que saliendo de la pileta le habia encantado que fuese tan alta, le habia comentado algo sobre sus 'altos hombros'.

Por eso, al decirle 'largos huesos' se le ocurrio pensar que ese tipo tenia algo contagioso. No hacia dos horas que lo habia conocido y tenia la impresion de que estaba empezando a imitarle la manera de hablar. Hasta el acento y el tono de la voz se le empezaban a contagiar y se le notarian mas si no fuese por las lagrimas y por los sacudones que provocaba el llanto.

'Tenes acento uruguayo' le dijo, pero tentada de decirle que habia oido en su voz 'un uruguayo acento'. En realidad queria escucharlo repitiendo la frase sobre sus altos hombros, pero el tipo seguia sin hablar: la acariciaba. Es odioso el abandono de los hombres despues del sexo, pero este, que debia estar a punto de dormirse, habia puesto toda la lasitud en su voluntad de hablar, o en la obstinacion de no responder. En cambio la boca, que reiteraba breves besos afectuosos, y las manos que le acariciaban la cintura y las piernas, actuaban como las de quien intenta iniciar el amor con una mujer reticente que debe ser conquistada con mimos.

Sentia las caricias y recordaba las manos, que bajo el sol, o haciendo esfuerzos en el agua para desviar el chorro helado de los surtidores de la pileta, se destacaban por el contraste entre el blanco de hielo de las unas, y el broncineo de una piel tensa.

Desde el comienzo, en la terraza, habia pensado que las manos del tipo eran como fotos retocadas de manos, y que las unas no eran pintadas, sino como dibujadas e incrustadas de nacar. Sintiendose recorrida por esa materia mineral y humana a la vez, se represento las manos de su marido. Cuadradas, planas, de unas rosadas y chatas: por fortuna sus hijos no habian heredado esas manos. Tal vez, con la edad, el varon fuese adquiriendo la forma y la tonalidad de la piel de este tipo. Ojala, anhelo, sintiendo que empezaba a desear que volviera a penetrarla. 'Debes pensar que soy una boluda' dijo, y le volvio el sacudon de llanto. Por fin volvio a hablar el: le pregunto por que lloraba. 'Por que si', dijo ella y sintio que habia dejado de acariciarle la cadera, 'Se puede llorar por muchas cosas', agrego. 'Si' dijo el, 'pero yo nunca lloro'. 'Yo tampoco… Yo hacia un ano que no me acuerdo de haber llorado…' 'Yo creo que desde los doce… ?Cuantos tenes vos?' 'Adivina vos', le dijo segura de que acertaria, pero le dijo 'veintitres' y ella, aun llorando, sintio el impulso de reir mientras decia 'Cuatro mas: veintisiete', y aprovecho para decirle, repitiendo: 'veintisiete y dos hijos'. '?Hijos? -parecia sorprendido- ?Y yo cuando te vi en la terraza calcule que no tenias mas de veinte…!' Se habia arrodillado sobre la cama y decia que despues, cuando estaban acostados, habia calculado que podia tener algunos anos mas y que hasta podia ser casada: '?Casadita! ?Y con hijos!', dijo, riendose, y pregunto '?Y el padre?'. 'Salio con ellos, fueron a lo de mi suegra: no banco ir a lo de mis suegros…' de esa manera penso que no necesitaria aclararle que no era divorciada, ni separada. Acerto. El seguia preguntando: '?Y manana, seguro que le vas a contar todo lo de hoy… ?O no?' 'Quien sabe no', respondio. Habian pasado las ganas de llorar. 'Ahora tengo hambre…', dijo el y tomo el telefono.

Despues, desde el bano, oyo que gritaba: 'Me dio ganas de comer sushi… ?Te gusta la comida japonesa…?' Grito que si, aunque no sentia hambre. Escucho que hacia un pedido por telefono: le parecio extrano que un domingo de tanto calor un restaurant japones entregase comida a domicilio.

'Tenes acento uruguayo… Recien cuando te contestaba senti que me lo habias pegado.' 'Nunca me lo dijeron… Tengo acento de provincia porque en diciembre estuve en el sur, en Bahia. Cada vez que vuelvo, vuelvo con el acento… Despues, al tiempo, se me pasa. Pero… ?Por que llorabas…?'

Ella dudo, tentada de decirle que habia llorado de felicidad. Le parecia estupido, aunque por momentos, sentia que era verdad. 'Felicidad organica', estuvo a punto de decir, y tambien le resultaba estupido y, al mismo tiempo, o por eso mismo, verdadero. Pefirio decirle 'No se: fue algo que senti, algo muy lindo que senti…' '?Cuando?' preguntaba el y ella dijo: '?Como preguntas cuando, tonto…? ?Mientras me cojias sentia eso…! Era una sensacion. Algo adentro, algo que me tocaba, adentro, mientras…' 'El punto G. ?El famoso punto G.!', dijo el extendiendo el indice y el mayor de su derecha, como disponiendo la mano para realizar un examen ginecologico. Ella le tomo los dedos con la izquierda y los mantuvo apretados en el puno. Tambien alli, la piel y los musculos de la palma eran tensos, como compuestos por la materia osea de las falanges y la muneca. Le dijo: 'No, boludo, el punto G. es para delante, y yo sentia algo arriba, en el fondo, adentro…'

Despues penso que no debia haberlo dicho: este -imagino- se va a pensar que creo que la tiene muy larga. Pero es cierto: no es que la tenga mas grande o mas larga, es que te lo hace sentir, o te lo hace creer… Debe ser por el cuerpo tan duro. Practicara algun deporte, con bastante dedicacion. No parece la clase de tipo dispuesto a mirarse en los espejos de un gimnasio. Tendria que preguntarselo, pero no era el momento: si mostrara curiosidad por su cuerpo, el tipo se envaneceria aun mas. Le pregunto: '?De que trabajas?' Parecia bromear al responderle que era electricista. 'Soy electricista…', dijo, mostrando una sonrisa estupida. Tal vez fuera un poco estupido: hasta ese momento lo habia oido bromear y lo habia visto -y sentido- hacer cosas, pero no le habia escuchado ninguna frase inteligente. ?Seria electricista? 'No te lo creo', le dijo. 'Mejor', contesto el y estiro una

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