Dio un salto en la silla cuando el comunicador de muneca zumbo. Trago saliva y lo atendio.

—Vorkosigan.

—Hola, Miles. —Era la voz de Ekaterin; el ritmo del corazon de Miles se calmo—. ?Tienes un momento?

—No solo eso, tengo la comconsola de la Kestrel. Un momento de intimidad, si puedes creertelo.

—?Oh! Entonces espera un segundo… —El canal del comunicador de muneca se cerro. Un instante despues, la cara y el torso de Ekaterin aparecieron sobre la placa vid. Volvia a llevar puesto aquel favorecedor vestido azul pizarra—. ?Ah! —dijo ella feliz—. Ahi estas. Esto esta mejor.

—Bueno, no del todo. —El se llevo los dedos a los labios, y mando el simulacro de un beso a la imagen de la pantalla. Frio fantasma, ay, no carne calida—. ?Donde estas? —pregunto. Sola, esperaba.

—En mi camarote, a bordo de la Principe Xav. El almirante Vorpatril me ha dado uno muy agradable. Creo que ha echado de aqui a algun pobre oficial. ?Te encuentras bien? ?Has cenado?

—?Cenado?

—Oh, cielos, yo ya conozco esa expresion. Dile al teniente Smolyani que te abra por lo menos una lata antes de volver a ponerte en marcha.

—Si, amor —le sonrio—. ?Practicando maniobras maternales?

—Mas bien lo considero un servicio publico. ?Has descubierto algo interesante y util?

—Interesante es decir poco. Util… Bueno, no estoy seguro —contesto.

Describio su hallazgo en la Idris, aunque en terminos algo mas pintorescos que los que acababa de enviar a Gregor.

Ekaterin abrio mucho los ojos.

—?Santo Dios! ?Y yo que estaba tan contenta porque creia que te habia encontrado una buena pista! Me temo que lo mio es solo un chismorreo, en comparacion.

—A ver ese chismorreo, venga.

—Es algo que se comento en la cena con los oficiales de Vorpatril. He de decir que parecian un grupo bastante agradable.

Apuesto a que se esforzaron en serlo. Su invitada era hermosa, culta, un soplo del hogar, y la primera mujer con la que hablaban desde hacia semanas. Y estaba casada con el Auditor Imperial, ?ja! «Fastidiaos con jota.»

—Trate de hacerlos hablar sobre el teniente Solian, pero casi ninguno lo conocia. Excepto uno que recordo que Solian habia tenido que marcharse de una reunion semanal de oficiales de seguridad de la flota porque le sangraba la nariz. Supongo que Solian estaba mas cohibido y molesto que alarmado. Pero se me ocurrio que tal vez sea algo cronico suyo. A Nikki le paso durante algun tiempo, y a mi un par de anos cuando era nina, aunque a mi se me paso solo. Pero si Solian no acudio al tecnomed de su nave para curarselo, bueno, podria ser asi como alguien consiguio una muestra de tejidos para esa sangre artificial. —Hizo una pausa—. De hecho, ahora que lo pienso, no estoy segura de que esto sea una ayuda para ti. Alguien podria haber sacado la gasa manchada de sangre de la basura, o de donde la tirara. Aunque supongo que si le sangraba la nariz, tuvo que estar vivo en ese momento. Me parecio util, por lo menos. —Fruncio profundamente el ceno—. O tal vez no.

—Gracias —dijo Miles sinceramente—. No se si es util o no, pero me da otro motivo para ver a los tecnomeds a continuacion. ?Bien! —Le sonrio, y anadio—: Y si se te ocurre alguna idea sobre el cargamento, no dudes en compartirla conmigo. Aunque solo conmigo, por el momento.

—Comprendo. Es tremendamente extrano. Quiero decir, no es extrano que exista el cargamento. Si todos los ninos haut son concebidos y alterados geneticamente, como me describio tu amiga la haut Pel cuando vino como invitada a la boda de Gregor, las mujeres haut geneticistas tienen que estar exportando miles de embriones del Nido Estelar a menudo.

—A menudo no —la corrigio Miles—. Una vez al ano. Los envios anuales de ninos haut a las satrapias exteriores se hacen todos a la vez. Eso le da a las damas haut consortes planetarias como Pel, que tienen la mision de escoltarlos, la oportunidad de conocerse y consultar entre si. Entre otras cosas.

Ella asintio.

—Pero traer este cargamento hasta aqui… y con solo un cuidador… Si tu Dubauer, sea quien sea, tiene realmente un millar de bebes a su cargo, no me importa si son humanos normales o haut o ghem o que, yo tendria a varios centenares de amas de cria esperandolo en alguna parte.

—Cierto. —Miles se froto la frente, que volvia a dolerle, y no solo por la multitud de posibilidades. Ekaterin tenia razon en lo de la comida, como de costumbre. Si Solian hubiera dejado una muestra de sangre en alguna parte, en algun momento…

—?Oh, ja!

Rebusco en el bolsillo de su pantalon y saco su panuelo, olvidado desde aquella manana, y lo abrio por la gran mancha marron. Una muestra de sangre, desde luego. No tenia que esperar a que el Cuartel General de SegImp le enviara esa identificacion. Sin duda, Miles habria recordado aquella prueba accidental sin ayuda. Pero si lo habria hecho antes o despues de que el eficaz Roic hubiera lavado sus ropas y se las hubiera devuelto era harina de otro costal.

—Ekaterin, te quiero muchisimo. Y tengo que hablar con el cirujano jefe de la Principe Xav ahora mismo.

Hizo freneticos gestos como si la besara. Ella sonrio de aquella hermosa y enigmatica manera suya, y corto la comunicacion.

10

Miles hizo una llamada de urgencia a la Principe Xav; se produjo un breve retraso mientras Bel conseguia los permisos para la capsula de mensajes de la Kestrel. Media docena de naves armadas de la Milicia de la Union patrullaban el espacio entre la Estacion Graf y la flota de Vorpatril, que esperaba en frustrado exilio a varios kilometros de distancia. A Miles no le habria hecho gracia que algun miliciano cuadri con doble cuota de dedos de gatillo facil borrara la capsula del espacio, asi que no se relajo hasta que desde la Principe Xav le comunicaron que la capsula habia llegado sana y salva a bordo.

Finalmente se sento en la sala de reuniones de la Kestrel con Bel, Roic y algunas bandejas de raciones militares. Comio mecanicamente, sin apenas saborear la comida caliente no demasiado sabrosa, con un ojo puesto en la pantalla vid que todavia repasaba rapidamente los archivos de la Idris. Dubauer, si aparecia, no habia salido ni una vez de la nave para dar un paseo por la Estacion durante todo el tiempo que estuvo atracada, hasta que fue obligado a abandonarla junto con los demas pasajeros y llevado al hotel por los cuadris.

El teniente Solian habia salido cinco veces, cuatro de ellas en excursiones de rutina para comprobaciones de carga, la quinta, mas interesante, despues de su turno de trabajo del ultimo dia. El vid mostraba su cabeza desde atras, al partir, y una clara toma de su cara cuando regreso, unos cuarenta minutos mas tarde. A pesar de que congelo la imagen, Miles no pudo determinar con certeza que alguna de las manchas o sombras de la camisa verde oscura de Solian fuera producto de una hemorragia nasal, ni siquiera en primerisimo plano. La expresion de Solian era decidida y meditabunda mientras miraba el vid de seguridad, parte de su trabajo, despues de todo: tal vez comprobaba automaticamente su funcionamiento.

El joven no parecia relajado, ni feliz, ni a la espera de un permiso para liberarse, aunque debia de tocarle pronto. Parecia… concentrado en algo.

Era la ultima vez, documentada, que se habia visto a Solian con vida. No se habia encontrado ningun rastro de su cuerpo cuando los hombres de Brun registraron la Idris al dia siguiente, y registraron a conciencia, exigiendo que cada pasajero con cargamento, incluido Dubauer, abriera su cabina y bodega para inspeccionarlas. De ahi la teoria de Brun de que Solian tenia que haberse quitado de en medio sin ser detectado.

—?Entonces donde fue, durante esos cuarenta minutos en que estuvo fuera de la nave? —pregunto Miles,

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