Nafai procuro recordar los ultimos momentos de su conversacion con Issib. Acerca de Klati. Viajar de una ciudad a otra en pocas horas. Otras ciudades se fijarian en el, naturalmente… pero luego Issib dijo que si miles de personas… estuvieran… volando.
La imagen que Nafai vio con la mente era ridicula. Imaginar gentes en el aire, como pajaros, remontandose, aleteando. Resultaba comico… y sin embargo se le formaba un nudo en la garganta. Sentia una cerrazon en la cabeza. En el cuello le nacia un dolor agudo que le acuchillaba la nuca. Pero podia pensar en ello: gente volando. Y a partir de este punto pudo redondear el pensamiento de Issib. Gente volando de ciudad en ciudad, miles de personas, de modo que las autoridades de cada ciudad no tendrian modo de rastrear a una persona.
—Klati pudo haber matado una vez en cada ciudad y nadie lo habria descubierto —dijo Nafai.
Issib se le acerco y le apoyo la mano en el hombro.
—Si —dijo.
—?Pero que significaria ser ciudadano de un lugar? —pregunto Nafai—. Si mil personas… volaran aqui… a Basilica… hoy…
—Esta bien. No tienes por que decirlo.
—Si, debo hacerlo. Puedo pensar cualquier cosa. No puede detenerme.
—Yo solo trataba de explicarte que el Alma Suprema no detiene el mal en el mundo, solo impide que se descontrole. Pone coto al dano. Pero las cosas buenas… piensalo, Nafai… Damos nuestro arte, nuestra musica y nuestros relatos al Alma Suprema, y los ofrece a todas las demas naciones. Las cosas buenas se propagan. Asi que hace del mundo un lugar mejor.
—No —dijo Nafai—. Mejor en algunos sentidos, si, ?pero como evitar que sea bueno vivir en un mundo donde la gente… donde nosotros… pudieramos… volar?
La palabra lo asfixiaba, pero la pronuncio, y aunque apenas soportaba quedarse en el mismo sitio, pues el aire era irrespirable, logro permanecer ahi.
—Eres bueno —dijo Issib—. Me impresionas. Pero Nafai no sentia ganas de impresionar. Sentia asco y rabia, se sentia traicionado.
—El Alma Suprema no tiene ningun derecho a privarnos de todo esto —jadeo.
—?Que? ?Ejercitos que aparecerian de improviso a nuestras puertas? Me alegro de que nos prive de eso. Nafai sacudio la cabeza.
—Esta decidiendo lo que puedo pensar.
—Nyef, conozco la sensacion. Pase por todo esto hace meses, y se que enfurece y asusta. Pero tambien se que puedes superarlo. Ayer, cuando Madre hablo de su vision… Un planeta en llamas. Hay una palabra para… bien, se que no podrias oirla ahora… Pero el Alma Suprema nos ha protegido de eso. Durante treinta o cuarenta millones de anos… ?Comprendes que es mucho tiempo? Mas historia de la que podemos imaginar. Esta almacenada en alguna parte, pero a lo sumo podemos vislumbrar esquematicamente lo que acontecio en el mundo en los ultimos diez millones de anos… y se requieren anos de estudio para abarcar ese periodo. Hay reinos e idiomas de los que nunca hemos oido hablar ni siquiera en el ultimo millon de anos, y sin embargo nada esta perdido del todo. Cuando me puse a investigar en la biblioteca encontre referencias a obras de otras bibliotecas y logre abrirme paso hasta leer una tosca traduccion de un libro escrito hace treinta y dos millones de anos. ?Y sabes que decia? Incluso entonces el autor afirmaba que la historia ya era demasiado larga, demasiado rica para que la mente humana la captara. Que si toda la historia humana se condensara en un volumen de mil paginas, la historia de la humanidad en la Tierra seria de una sola pagina. Y eso sucedio hace treinta y dos millones de anos.
—Conque hemos estado aqui largo tiempo.
—Si tomo literalmente las cuentas de ese autor, significaria que la historia humana en la Tierra duro solo ocho mil anos. Hasta que el planeta… ardio.
Nafai comprendio. El Alma Suprema habia impedido que los seres humanos aumentaran la magnitud de la destruccion, y asi la humanidad habia durado cinco mil veces mas en el planeta Armonia que en la Tierra.
—?Y por que el Alma Suprema no impidio que la Tierra fuera destruida?
—No lo se —dijo Issib—. Pero tengo una sospecha.
—?Y cual es?
—No se si te permitira pensar en el o.
—Probemos.
—El Alma Suprema se fabrico despues de que la gente llegara a Armonia. El nombre del planeta significa lo mismo en todos los idiomas. Sklad. Endrakt. Soglassye. Tal vez cuando llegaron aqui, tras dejar las cenizas de la Tierra, decidieron no permitir que sucediera de nuevo. Tal vez fue entonces cuando se activo el Alma Suprema… para impedir que alguna vez tuvieramos un poder tan tremendo.
—Entonces el Alma Suprema seria… un artefacto.
—Si —convino Issib—. ?Te cuesta pensar en esto?
—No. Es facil. No es un pensamiento tan inusitado. La gente ya ha dicho otras veces que el Alma Suprema es una maquina.
—A mi me resulto dificil, quiza porque llegue a esta idea por otro camino. A traves de un par de sendas impensables. Alteracion genetica del cerebro humano para que pudiera recibir y transmitir pensamientos de satelites de comunicaciones en orbita planetaria.
Nafai oyo las palabras, pero no significaban nada para el.
—No has entendido eso, ?verdad? —pregunto Issib.
—No.
—Lo imaginaba.
—Issya, ?que nos hace el Alma Suprema?
—He estado trabajando en eso. Tratando de examinar las palabras perdidas, hallar el patron, averiguar por que Padre recibio esa vision de un mundo en llamas. Y Madre. Y el suelo de sangre y cenizas de Luet.
—Significa que somos titeres.
—No, Nafai. No te dejes llevar por el odio al Alma Suprema. Eso no servira de nada… ahora lo se. Tenemos que comprender lo que esta haciendo. Porque el mundo corre mucho peligro si el Alma Suprema esta perdiendo el control. Y lo esta perdiendo. Ha permitido descubrir los carros de guerra… ?Que vendra a continuacion? ?Que imperio sera el siguiente en irsele de las manos ? ? Cual descubrira el
—Basta, por favor —susurro Nafai. No soportaba el panico que sentia al oir esas palabras.
—El Alma Suprema no es nuestro enemigo. En realidad, creo que recurrio a Padre porque necesita ayuda.
—?Por que nunca has dicho nada acerca de esto?
—Intente hablar con Padre, con Madre, con algunas maestras, con otros estudiantes, con otros sabios. Incluso escribi un articulo, pero nadie recuerda haberlo recibido, nunca lo encuentran. Llegue a enviarlo cuatro veces a la misma persona. Al final desisti.
—Pero me lo has contado a mi.
—Entraste en la biblioteca —dijo Issib—. Pense… ?por que no?
—
—No puedo creer que recuerdes las palabras.
—Una maquina. La gente no solo… vuela. Usa una maquina.
—No insistas. Te marearas. Ya te duele la cabeza, ?verdad?
—Pero tengo razon, ?no?
—Sospecho que era una maquina hueca, como una casa, y la gente se metia dentro para volar. Como un barco, pero surcaba el aire. Con alas. Y creo que las tuvimos aqui. ?Conoces el barrio de los Campos Negros?
—Claro, al oeste del mercado.
—El nombre antiguo era Puerto del Cielo. El nombre duro hasta hace veinte millones de anos. Puerto del Cielo. Cuando lo alteraron, nadie recordaba que significaba.
—No puedo pensar mas en esto —suspiro Nafai.