hombres, si vienen los cabeza mojada? ?Has pensado en ello? ?Han pensado en ello Roptat y tu amado Volemak? Los cabeza mojada no respetan la religion de las mujeres.
—?Aun menos que tu?
Gaballufix levanto la mirada al cielo para demostrar su desden por esa acusacion.
—Si Roptat y Volemak se salen con la suya, los cabeza mojada se aduenaran de esta ciudad, y para ellos el paisaje que se ve desde el portico no seria suelo sagrado. Seria propiedad de la ciudad, tierra desaprovechada, potenciales obras de construccion y cotos de caza, y un lago magnifico con agua fria y caliente para banarse en cualquier estacion.
Luet se asombro de que supiera tanto acerca del lago. ?Que mujer habia olvidado su posicion al extremo de describir el lugar sagrado?
Pero Tia Rasa no hizo comentarios sobre esas palabras indecorosas.
—Traer a los cabeza mojada es el plan de Roptat. Wetchik y yo solo hemos defendido la antigua neutralidad.
—?Neutralidad! Los tontos y los ninos creen en eso. No hay neutralidad cuando chocan grandes poderes.
—En el poder del Alma Suprema hay neutralidad y paz —replico Tia Rasa, arrostrando con calma la tormenta—. Ella tiene el poder para confundir a nuestros enemigos de tal modo que no nos vean.
—?Poder? Quizas el Alma Suprema tenga poder, pero no he visto pruebas de que salve de la destruccion a ciudades inocentes. ?Por que soy yo el unico paladin de Basilica, el unico que entiende que nos conviene aliarnos con Potokgavan?
—Ahorrate los discursos patrioticos para el consejo, Gabya. Ante mi no necesitas ocultarte detras de esa farsa. Los carros ofrecian una ganancia facil. Y en cuanto a la guerra, sabes tan poco acerca de ella que crees desearla. Crees que marcharas junto a los fuertes soldados de Potokgavan para expulsar a los cabeza mojada, y que tu nombre sera recordado para siempre. Pero yo te digo que cuando te enfrentes a tu enemigo, estaras solo. Ningun potoku te acompanara. Y cuando caigas, tu nombre quedara tan olvidado como las lluvias de la semana pasada.
—Esta tormenta, mi querida anuladora de contratos, tiene un nombre, y te aseguro que se recordara.
—Solo por el dano que has causado, Gabya. Cuando Basilica arda, cada llamarada sera bautizada Gaballufix, y la maldicion de cada ciudadano moribundo llevara tu nombre.
—Vaya, de forma que ahora eres profetisa. Ahorrate tus devaneos poeticos para quienes tiemblan al pensar en el Alma Suprema. Y en cuanto al destierro, da lo mismo que triunfes o fracases.
—?Quieres decir que no piensas obedecer?
—?Yo? ?Desobedecer al consejo? Impensable. Nadie me encontrara en la ciudad cuando me hayan desterrado, te lo aseguro.
Pero al decir esas palabras conecto el holotraje. De inmediato quedo ilusoriamente armado, con una anonima mascara de soldado en vez de rostro, como cualquiera de los cientos de hombres que habia equipado de ese modo. Luet comprendio que Gaballufix no tenia la menor intencion de obedecer una orden de destierro. Simplemente usaria su perfecto disfraz para que nadie pudiera identificarlo. Permaneceria en la ciudad actuando a su antojo, eludiendo impunemente los edictos del consejo. Entonces la unica esperanza de liberar a la ciudad de su dominio dejaria de ser politica. Seria la guerra civil y las calles se anegarian de sangre.
Tia Rasa habia entendido todo esto. Miro con firmeza los ojos vacios que la escrutaban desde el holotraje de Gaballufix y guardo silencio cuando el dio media vuelta para marcharse; al fin Luet cogio la mano de Hushidh y ambas caminaron hacia el borde del portico para contemplar el Valle de las Mujeres.
—Ya no hay nada entre ellos —dijo Hushidh—. Vi caer el ultimo vinculo de amor, siquiera de compasion. Si el muriera esta noche, ella se alegraria.
Para Luet esto constituia una terrible tragedia. Una vez el amor, o algo parecido al amor, habia unido a esas dos personas; habian engendrado dos hijas, y solo quince anos despues se rompia hasta el ultimo lazo. Todo muerto, perdido. Nada duraba, nada. Incluso aquel mundo de cuarenta millones de anos, que el Alma Suprema habia preservado como en hielo, incluso aquel mundo se derretiria en el fuego. La permanencia era una ilusion, y el amor era solo el disfraz con que los amantes ocultaban la inminente muerte de su union.
10. TIENDAS
Wetchik habia levantado sus tiendas lejos de todos los caminos, en un estrecho valle cerca de la costa del mar del Rumen. Habian llegado alli al atardecer, cuando una manada de mandriles abandonaba el sitio donde comia, cerca de la desembocadura del rio, para ir a dormir a sus reductos en el penasco mas empinado y escabroso de la pared del valle. Los gritos y chacharees de los mandriles los habian guiado durante el ultimo tramo de la travesia; Elemak los condujo a buena distancia rio arriba.
—?Para no molestar a los mandriles? —pregunto Issib.
—Para que no nos ensucien el agua ni nos roben la comida —replico Elemak.
Antes de permitirles descargar y abrevar los camellos, antes de que ellos mismos comieran ni bebieran nada, Padre se irguio en el camello y senalo el rio.
—Mirad… estamos a finales de la estacion seca, pero aun tiene agua. A partir de ahora este lugar se llamara Elemak. Le pongo tu nombre, mi hijo mayor. Se como el rio, para que el proposito de tu vida sea fluir eternamente hacia el gran oceano del Alma Suprema.
Nafai miro de soslayo a Elemak y vio que tomaba la perorata con dignidad.
El bautismo de un lugar era un momento dificil, y aunque Padre no se perdiera la oportunidad de soltar un sermon, Elemak comprendio que era un honor, un indicio de que Padre lo reconocia.
—Y en cuanto a este verde valle —dijo Padre—, lo llamo Mebbekew, nombre de mi segundo hijo. Se como este valle, Mebbekew, un cauce firme por donde puedan correr las aguas de la vida, y donde la vida pueda echar raices para medrar.
Mebbekew asintio gracilmente.
Nada se bautizo con los nombres de Issib y Nafai. Al cabo de un silencio, Padre gruno mientras el camello se hincaba de rodillas para permitirle desmontar. Ya habia oscurecido cuando terminaron de preparar las tiendas, ahuyentar los escorpiones e instalar los repelentes. Tres tiendas: la mayor para Padre, aunque dormiria solo; la mediana para Elya y Meb, y la mas pequena para Issib y Nafai, aunque la silla de Issib ocupaba muchisimo espacio.
Nafai no pudo pasar por alto las desigualdades. Cuando Issib, en la oscuridad de la tienda, le pregunto en que pensaba, Nafai no callo su resentimiento.
—Bautiza con sus nombres el rio y el valle, cuando Elemak era quien trabajaba con Gaballufix, y Mebbekew quien le dijo esas cosas terribles y se marcho de la casa.
—?Y? —pregunto Issib, siempre alerta.
—Y aqui estamos, en la tienda mas pequena. Tenemos otras dos, aun embaladas, y ambas son mayores que esta.
Despues de desnudarse, Nafai ayudo a Issib a quitarse la ropa. Ahora, sin los flotadores, le resultaria dificil.
—Padre esta comunicando un mensaje —dijo Issib.
—Si, lo oigo muy bien, y no me gusta. Esta diciendo: Issib y Nafai, no sois nada.
—?Que quieres que haga? ?Bautizar una nube con nuestro nombre? —Issib callo un instante mientras Nafai le quitaba la camisa—. ?O querias que le pusiera tu nombre a un arbusto?
—No me importan los nombres. Me importa la justicia.
—Trata de entender, Nafai. Padre no escoge a sus hijos segun quien sea mas obediente, colaborador o cortes hora tras hora. Hay una clara jerarquia en la asignacion de las tiendas.
—Nafai recosto a su hermano en la estera, lejos de la entrada—. No ha dado a Elya una tienda para el solo, sino que debe compartirla con Meb. Asi lo pone en su lugar, recordandole que no es el Wetchik, solo el hijo del Wetchik. Pero al ponernos en una tienda pequena indica a Elya y Meb que los valora y honra como hijos mayores. Los reprende al tiempo que los alienta. Creo que ha sido muy habil.