aprovechara, para que las hiciera aflorar a la superficie. Pero ahora las veia con tan clara comprension que cobraban un poder y un significado que transcendia toda experiencia anterior. Vio recuerdos de transacciones comerciales que habia observado. Vio obras dramaticas y satiras que habia presenciado. Conversaciones callejeras. Una mujer sagrada violada por una pandilla de adoradores borrachos. Las maquinaciones de hombres que procuraban obtener un contrato matrimonial con una mujer relevante. La crueldad desdenosa de mujeres que sembraban la rivalidad entre sus pretendientes. Incluso el modo en que Elemak y Mebbekew habian tratado a Nafai, y el modo en que el los habia tratado a ellos. Todo hablaba del afan de las personas de herirsemutuamente, la ardiente pasion de controlar lo que pensaban y hacian los demas. Muchos se valian de subterfugios para destruir a otros, y no solo a sus enemigos, sino tambien a sus amigos. Destruirlos por el placer de saber que tenian poder para infligir dolor. Y muy pocos consagraban la vida a reforzar el vigor y la confianza de los demas. Muy pocos eran verdaderos maestros, genuinos esposos.
Eso son Padre y Madre, penso Nafai. No permanecen juntos para obtener un provecho, sino para dar. Padre no se queda con Madre porque ella sea buena para el, sino porque juntos pueden ser buenos para nosotros y muchos otros. Padre participa en la politica de Basilica desde hace pocas semanas, no porque ansie sacar provecho, como Gaballufix, sino porque francamente le interesa mas el bien de Basilica que su propia fortuna, su propia vida. Podria desprenderse de su fortuna sin titubear. Y para Madre la vida es aquello que forja en la mente de sus estudiantes. A traves de sus jovenes procura crear la Basilica del manana. Cada palabra que pronuncia en la escuela esta destinada a resguardar la ciudad de la decadencia.
Sin embargo, estan perdiendo. Se les escapa de las manos. El Alma Suprema los ayudaria si pudiera, pero no tiene el poder ni la influencia de antano; ademas, no tiene la libertad para insuflar benevolencia, solo para poner coto a la maldad. El despecho y la malicia son hoy la sangre de Basilica, Gaballufix es solo el hombre que mejor expresa el ponzonoso corazon de la ciudad. Incluso quienes le odian y luchan contra el no lo hacen porque ellos sean buenos y el sea malo, sino porque se oponen a su predominio, ya que ellos codician ese lugar.
Yo ayudaria, dijo la silenciosa voz del Alma Suprema en la mente de Nafai. Ayudaria a las gentes buenas de Basilica. Pero no hay suficientes. La ciudad anhela destruccion. ?Como puedo pues impedir que sea destruida? Si Gaballufix fracasa con sus planes, otro hombre surgira para ayudar a la ciudad a suicidarse. El fuego llegara porque la ciudad lo ansia. Son pocos los que aman la ciudad viviente en vez de tratar de alimentarse de su cadaver.
Asomaron lagrimas a los ojos de Nafai. Yo no comprendia. Nunca habia visto la ciudad de esta manera.
Porque eres hijo de tu madre y heredero de tu padre. Como todos los seres humanos, supones que detras de la mascara de su rostro los demas son esencialmente como tu. Pero no siempre es asi. Algunos no pueden ver la dicha de otros sin el deseo de destruirla, no pueden ver los vinculos del amor entre amigos o esposos sin el deseo de quebrantarlos. Y muchos otros, que no son malos en si mismos, se transforman en sus herramientas con la esperanza de obtener ganancias. La gente ha perdido la vision. Y yo no tengo el poder de restaurarla. Lo unico que resta, Nafai, es mi memoria de la Tierra.
—Hablame de la Tierra —susurro Nafai.
Una nueva ventana se abrio en su mente, aunque esta vez no eran recuerdos personales. Veia cosas que le resultaban nuevas. Era abrumador, casi incomprensible. Brillantes cascos de vidrio y metal deslizandose por grises autopistas. Macizas casas de metal que se elevaban al cielo sobre esbeltas y fragiles cunas de acero pintado. Altos edificios poliedricos con paredes de espejo, reflejandose mutuamente, reflejando la amarilla luz del sol. Y entre ellos, chabolas de papel y metal de desecho, donde los bebes perecian con el vientre hinchado. Gente arrojandose bolas de fuego, o grandes llamaradas que brotaban de mangueras. Y cosas totalmente inexplicables: una casa volante pasando sobre una ciudad y arrojando algo que parecia insignificante como excremento de pajaro, aunque de pronto estallaba en una llamarada brillante como el sol, y la ciudad entera se aplanaba, y las ruinas ardian. Una familia sentada ante una gran mesa rebosante de manjares, comiendo con voracidad, y luego inclinandose para vomitar sobre mendigos harapientos que aferraban desesperadamente las patas de las sillas. ?Sin duda esa vision no era literal, sino figurada! ?Sin duda nadie llegaria a la degeneracion moral de comer mas de lo necesario mientras otros morian de hambre ante sus ojos! Alguien que podia inventar un modo de lograr que el cielo ardiera en llamas tan potentes como para arrasar una ciudad de golpe sin duda se mataria antes de permitir que otros conocieran el terrible secreto de esa arma.
—?Esto es la Tierra? —le susurro al Alma Suprema—. ?Tan bella y monstruosa? ?Esto eramos?
Si, fue la respuesta. Es lo que erais, y es lo que sereis si no encuentro el modo de que el mundo vuelva a escucharme. En Basilica hay muchos que comen mas de la cuenta, aun sabiendo que muchos padecen necesidad. Hay una hambruna solo trescientos kilometros al norte.
—Podriamos usar los carros para llevar comida alli —apunto Nafai.
Los gorayni tienen esos carros. Tambien llevan comida, pero es comida para los soldados que han ido a conquistar esa tierra devastada por el hambre. Solo llevaron la comida despues de subyugar al pueblo y destruir su gobierno. Eran las sobras que un porquerizo arroja a sus cerdos. Los alimentas ahora para asarlos despues.
Las visiones continuaron durante lo que parecieron horas, aunque luego Nafai comprendio que solo podian haber sido unos minutos. Mas y mas recuerdos de la Tierra, con conductas cada vez mas perturbadoras, maquinas cada vez mas extranas. Luego la gran conflagracion, y las naves elevandose desde el humo, el hielo y las cenizas.
—Huyeron porque habian destruido su mundo.
No, dijo el Alma Suprema. Huyeron porque ansiaban comenzar de nuevo. Quienes viajaron a Armonia no pensaban que la Tierra ya no fuera apta para ellos, sino que ellos ya no eran aptos para la Tierra. Miles de millones habian perecido, pero en la Tierra aun quedaba combustible y vida para que sobrevivieran unos cientos de miles de humanos. Sin embargo, no soportaban vivir en el mundo que habian destruido. Nos iremos, se dijeron, mientras este mundo sana. Durante nuestro exilio, tambien aprenderemos a sanar, y cuando regresemos seremos aptos para heredar el suelo donde nacimos y para cuidarlo.
Asi crearon el Alma Suprema, y la llevaron consigo a Armonia, y le dieron cientos de satelites para que fueran sus ojos y su voz; alteraron sus genes para poder recibir la voz del Alma Suprema en la mente; llenaron el Alma Suprema con recuerdos de la Tierra y dejaron que velara por sus hijos durante veinte millones de anos.
En ese tiempo, se dijeron, nuestros hijos habran aprendido a convivir en armonia. Lograran que el nombre del planeta concuerde con sus vidas. Y al final de ese tiempo, el Alma Suprema sabra como llevarlos a casa, donde los aguarda el Guardian de la Tierra.
—Pero no estamos preparados —objeto Nafai—. Despues del doble de ese tiempo, somos tan malos como antes, solo que tu nos has impedido desarrollar el poder para transformar toda la vida de este planeta en hielo y cenizas.
El Alma Suprema puso este pensamiento en la mente de Nafai: a estas alturas el Guardian ya ha cumplido su parte. La Tierra esta lista para nuestro regreso. Pero la gente de Armonia aun no esta preparada para volver. He conservado todo el conocimiento de la Tierra durante todos estos anos, aguardando para ensenaros a construir las casas que vuelan, las naves estelares que os devolveran a vuestro hogar; pero no me atrevo a ensenaros, porque usariais el conocimiento para oprimir y en ultimo extremo para exterminaros.
—Entonces, ?que haces? —pregunto Nafai—. ?Cual es tu plan? ?Por que nos has traido aqui?
Aun no puedo decirtelo, respondio el Alma Suprema. Aun no estoy segura de ti. Pero te he dicho lo que necesitabas. Te he revelado mi proposito. Te he contado lo que hice y lo que aun ha de hacerse. Yo no he cambiado. Hoy soy la misma que cuando tus antepasados me pusieron aqui para cuidar de vosotros. Mis planes estan destinados a preparar a la humanidad para que retorne adonde aguarda el Guardian de la Tierra. Solo vivo para eso, para preparar a la humanidad para el regreso al hogar. Soy la memoria de la Tierra, y si me ayudas, Nafai, participaras en el cumplimiento de ese plan, siempre que pueda cumplirse.
Siempre que pueda cumplirse.
La abrumadora presencia del Alma Suprema desaparecio de golpe, como si una gran hoguera se hubiera extinguido subitamente, como si un caudaloso rio de vida se hubiera secado en el interior de Nafai. Se quedo sentado a orillas del arroyo, agotado, exhausto, vacio, con ese angustioso pensamiento en el corazon:
Tenia la boca seca. Se arrodillo junto al agua, hundio las manos y se las llevo a los labios para beber. No le