Titubeando ante la puerta, Elemak comprendio que estaba haciendo exactamente lo que habia prohibido a sus hermanos: dedicarse a un asunto personal en vez de cumplir con el encargo de Padre. Pero pronto abandono sus titubeos. No solo cortejaba a Eiadh en busca de una union ventajosa. En los ultimos meses se habia enamorado de ella; la deseaba mas de lo que jamas habia deseado a una mujer. Su voz era musica, su cuerpo una escultura infinitamente variable que lo sorprendia con cada movimiento. Pero al crecer su devocion por ella, temia cada vez mas que ella no le correspondiera de igual forma. Por lo que sabia, ella solo lo deseaba como heredero del gran Wetchik, quien podria brindarle enorme fortuna y prestigio. Y si eso era todo lo que veia en el, todo lo que sentia por el, los hechos recientes la volverian en contra de Elemak. Ahora no le convendria casarse con el heredero del Wetchik, con tantas actividades interrumpidas y tantos bienes vendidos. ?Como le responderia ahora?

Tiro del cordel de la campanilla. Era una campanilla anticuada, un gong resonante en vez del tintineo musical por entonces en boga. Para su sorpresa, quien atendio fue nada menos que Rasa.

—Un hombre viene a mi puerta —dijo ella—. Un joven vigoroso, con la suciedad y el sudor del desierto en el rostro. ?Como debo recibirte? ?Me traes noticias de mi companero? ?Me traes mas amenazas de Gaballufix? ?Estas aqui para llevarte a mi sobrina Eiadh? ?O has regresado, con temor en el corazon, a la casa donde estudiaste cuando nino, ansiando un bano y una comida y cuatro solidas paredes para resguardarte?

Habia tanto humor en esas palabras que los temores de Elemak se disiparon. Era agradable que Rasa le hablara como a un igual, y con genuino afecto.

—Padre esta bien —respondio—. No he visto a Gabya desde que regrese a la ciudad. Desearia ver a Eiadh, pero aun no planeo secuestrarla, y en cuanto al bano y la comida, aceptaria con gratitud tanta hospitalidad, aunque jamas la habria solicitado.

—Estoy segura de ello. Habrias irrumpido como un energumeno esperando que Eiadh te abrazara de buen grado cuando hueles como un camello y dejas mugre por donde pisas. Entra, Elemak.

Mientras disfrutaba del bano volvio a sentirse culpable, pensando que sus hermanos lo aguardaban en las rocas soportando la canicula. Aun asi, banarse y acicalarse antes de ver a Gaballufix era muy sensato. Ofreceria un aspecto menos desesperado y comunicaria el claro mensaje de que tenia amigos en la ciudad, una posicion mas fuerte para negociar. A menos que Gaballufix lo viera como nueva prueba de que Elemak era desleal. No importaba. Su ropa, lavada y oreada, estaba tendida en el secador, y se la puso con gratitud cuando se levanto de la banera, dejando que el secador lo secara mientras se vestia. Desdenaba los unguentos para el cabello. La falta de aceite en el cabello era uno de los modos en que se identificaban los partidarios de Potokgavan, quienes rehusaban parecerse a los cabezas mojadas en ningun detalle.

Eiadh lo recibio en el salon de Rasa. Parecia timida, pero eso era buena senal: al menos no se mostraba altanera ni furiosa. Aun asi, ?se atreveria a tomarse las libertades que ella le habia permitido en su ultima cita? ?O eso seria demasiado presuntuoso, considerando cuanto habian cambiado las circunstancias? Se le acerco, pero en vez de sentarse junto a ella en el divan, se hinco sobre una rodilla y le cogio la mano. Ella se la cedio, y luego tendio la otra mano para tocarle la mejilla.

—?Ahora somos extranos? —pregunto—. ?No deseas sentarte junto a mi?

Habia comprendido su vacilacion y le brindaba el aliento necesario. Elemak se sento junto a ella, la beso, le rodeo la cintura con la mano y sintio su apasionada respiracion, su avida entrega. Al principio dijeron poco, al menos en palabras; en actos ella le revelo que sus sentimientos por el no habian cambiado.

—Pense que te habias alejado para siempre —susurro al cabo de un largo silencio.

—No de ti. Pero no se que me depara el futuro. Las turbulencias de la ciudad, el exilio de Padre…

—Algunos dicen que tu hermano tramaba matar a tu padre…

—Jamas.

—Y otros afirman que tu padre tramaba matar a tu hermano…

—Tonterias. Ridiculo. Ambos son hombres empecinados, eso es todo.

—Eso no es todo. Tu padre nunca vino aqui con soldados, amenazando que podria entrar cuando quisiera, como hizo Gaballufix.

—?El vino aqui? —exclamo Elemak, furioso—. ?A que?

—Recordaras que en un tiempo fue companero de Rasa… tienen dos hijas…

—Si, creo que las conozco.

—Claro —rio Eiadh—. Son tus sobrinas, lo se. Y son las hermanas de Nyef e Issya, ademas… Las familias son complicadas. Pero quise decir que lo extrano no fue la visita de Gaballufix, sino el modo en que vino, con esos soldados vestidos con sus horribles trajes. Parecen inhumanos.

—He oido decir que era una holografia.

—Un antiquisimo dispositivo teatral. Ahora que lo he visto, me alegra que nuestros actores usaran pintura y mascaras. Los hologramas resultan perturbadores. Antinaturales. —Le metio la mano dentro de la camisa, le acaricio la piel. Elemak sintio un cosquilleo, un hormigueo—. ?Ves? ?Como podria un holograma dar esa sensacion? ?Como alguien soporta ser tan irreal?

—Siguen siendo reales debajo del holograma y pueden hacerte muecas de burla sin que te des cuenta. Eiadh rio.

—Pero imaginate, ser actor con esa cosa… ?Como conocerian los demas tus expresiones faciales ?

—Tal vez solo las usaban para los personajes mudos, de modo que los mismos actores pudieran desempenar muchos papeles cambiando instantaneamente de traje.

Eiadh abrio mucho los ojos.

—Ignoraba que supieras tanto de teatro.

—Una vez corteje a una actriz —comento Elemak. Lo hizo adrede, sabiendo que a la mayoria de las mujeres les molestaba oir hablar de viejos amores—. Entonces me parecia bella, pues nunca te habia visto a ti. Ahora me pregunto si era algo mas que un holograma.

Ella le dio un beso, como recompensa por el bonito cumplido.

Entonces se abrio la puerta y entro Rasa. Les habia concedido los quince minutos que permitia la etiqueta, quizas un poco mas.

—Es muy grato que nos visites, Elemak. Gracias, Eiadh, por agasajar a nuestro huesped mientras yo estaba ocupada.

Era la delicada farsa del cortejo, la costumbre de actuar como si el pretendiente visitara a la dama de la casa, mientras la joven cortejada solo ayudaba a la dama a agasajar al huesped.

—Estoy inefablemente agradecido por tu hospitalidad —dijo Elemak—. Has rescatado a un viajero fatigado, Rasa. No sabia lo cerca de la muerte que estaba hasta que tu amabilidad me devolvio la vida.

Rasa se volvio hacia Eiadh.

—Es un experto en cumplidos, ?verdad? Eiadh sonrio dulcemente.

—Rasa —dijo Elemak—, ignoro que me depara el futuro. Hoy debo reunirme con Gaballufix y no se que resultara de ello.

—Entonces no te reunas con el —replico Rasa con toda seriedad—. Se ha vuelto muy peligroso. Roptat esta convencido de que habia una conspiracion para matarlo en esa reunion del cobertizo refrigerado, el dia en que Wetchik se marcho. Si Wetchik hubiera estado alli, como habian convenido, Roptat habria caido en una trampa. Le creo… creo que Gaballufix lleva la muerte en el corazon.

Elemak sabia que era cierto, pero ignoraba que sucederia si confirmaba las sospechas de Rasa. Por lo pronto, Rasa y Eiadh se preguntarian como conocia el complot, y en tal caso, por que no habia prevenido a Roptat. Las mujeres no comprendian que, a veces, para evitar las miles de victimas de una guerra sanguinaria era mas prudente impedir el conflicto con una sola muerte oportuna. Los inexpertos a menudo confundian la estrategia con el homicidio.

—Quiza —dijo Elemak—. Pero ?se puede conocer el corazon de otro?

—Yo conozco el corazon de alguien —dijo Eiadh—. Y el mio no le guarda secretos.

—Si no te refieres a Elemak —senalo Rasa—, quizas el pobre comience a pensar tambien en un impulsivo delito pasional.

—Me refiero a Elya, por supuesto —asintio Eiadh. Le cogio la mano y se la apoyo en el regazo.

—Rasa, no me reunire con Gaballufix sin ningun motivo. Padre me ha enviado. Necesita algo que solo Gaballufix puede darle.

—Todos necesitamos algo que solo Gaballufix puede darnos, y es la paz. Se lo puedes mencionar cuando lo

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