veas.
—Lo intentare —dijo Elemak, aunque desde luego ambos sabian que no lo haria.
—?Que quiere el Wetchik? ?Ha enviado algun mensaje para mi?
—No esperaba que te viera. Me envio por una vision del Alma Suprema. Hemos venido los cuatro…
—?Tambien Issib? ?Aqui!
—No, los deje fuera de la ciudad, en un lugar seguro. Solo vosotras dos sabeis que estan aqui. Con suerte, conseguire el indice y me marchare de la ciudad antes del anochecer, e ignoro cuando regresare.
—El indice —jadeo Rasa—. Entonces el nunca regresara. Elemak se inquieto al oir esas palabras.
—?Por que? ?Que es?
—Nada. Mejor dicho, no lo se. Solo que… digamos que si los Palwashantu saben que ha desaparecido…
—?Como puede ser tan importante? Nunca lo oi nombrar hasta que Padre nos mando buscarlo.
—No, nadie suele mencionarlo. Supongo que no hubo mucha necesidad. Quizas el Alma Suprema no queria que se conociera.
—?Por que? Hay muchisimos indices en todas las bibliotecas del mundo, cientos tan solo en Basilica. ?Por que es este
—No lo se, de verdad. Solo se que es el unico objeto del culto de los hombres que tambien se menciona en las tradiciones de las mujeres.
—?Culto? ?Como se usa?
—No lo se. Nunca se ha usado, que yo sepa. Nunca lo he visto. Ni siquiera se que aspecto tiene.
—Vaya, magnifica noticia. Supuse que seria como cualquier otro indice, y ahora me dices que Gaballufix podria darme cualquier cosa diciendo que es el indice y yo ni siquiera sabria que me engana.
Rasa sonrio.
—Elemak, debes comprender. A menos que desee perder el liderazgo de los Palwashantu, jamas te dara el indice.
Elemak estaba preocupado, pero no desesperado. Sin duda Rasa hablaba en serio, pero eso no significaba que necesariamente tuviera
Y cuanto mas comprendia la importancia de ese misterioso indice, mas lo codiciaba, no solo para complacer a Padre, no solo como parte de esa partida donde apostaba su futuro, sino por la posesion en si misma. Si el poseedor gozaba de tanto poder, ?por que no podia ser de Elemak?
—Elemak —dijo Rasa—, si de algun modo consigues el indice, debes comprender que Gaballufix no te permitira conservarlo. Lo recobrara de algun modo. Correras un inmenso peligro. Te estoy diciendo que si tu o tus hermanos debeis defenderos de Gabya, no confieis en ningun hombre. ?Entiendes? No confies en ningun hombre.
Elemak no supo que responder. El era un hombre. ?Como podia seguir semejante consejo?
—Hay pocas mujeres en esta ciudad —dijo Rasa— que no se regocijarian al ver a Gabya privado de su poder y prestigio.
Con sumo gusto ayudarian al que cogiera el indice a escapar de las garras de Gaballufix… aunque lo hubiera obtenido por medios que comunmente se considerarian…
—Delictivos —completo Elemak.
—Odio la sola idea. Pero tu padre tiene razon al pensar que perder el indice seria un duro golpe para Gaballufix.
—No fue idea de Padre, a decir verdad. Dijo que se le ocurrio en un sueno. Del Alma Suprema.
—Entonces podria suceder. Podria, quien sabe… Tal vez el Alma Suprema aun ejerce influencia suficiente sobre Gaballufix para… idiotizarlo momentaneamente.
—?Tanto como para que me lo entregue?
—Y tanto como para que no te encuentre ni te destruya una vez que lo hayas conseguido.
Elemak sintio el contacto de la mano de Eiadh, la tibieza de su cuerpo. He venido aqui en busca de refugio, y por deseo de ti, Eiadh, pero en realidad necesitaba la ayuda de Rasa. ?Pensar que pude haber ido a casa de Gabya sin comprender la importancia de ese indice!
—Rasa, ?como puedo agradecer todo lo que has hecho por mi?
—Me temo que te he alentado a arriesgar la vida en una empresa imposible. Me duele pensar que Gaballufix podria causarte dano, pero las apuestas son muy altas en esta partida. Esta en juego el futuro de Basilica… aunque me temo que ganar la apuesta cause tanto dano a la ciudad que la partida no valga la pena.
—De un modo u otro, ten la certeza de que regresare por Eiadh si puedo, y si ella me acepta.
—?Aunque seas un paria o un criminal? ?Esperas que aun asi ella te siga?
—?Sobre todo en ese caso! —exclamo Eiadh—. No amo a Elya por su dinero ni su prestigio, sino por si mismo.
—Querida mia —dijo Rasa—, nunca lo has conocido sin su dinero ni su prestigio. ?Como sabes quien sera cuando ya no los tenga?
Era una frase cruel. Elemak no podia creer que se hubiera atrevido a pensarla y mucho menos a decirla.
—Si Eiadh fuera la clase de mujer cuyo corazon se guia por la codicia, Rasa, entonces no seria la mujer que amo, ni siquiera confiaria en ella. Pero si la quiero y ninguna mujer es mas digna de mi confianza.
Rasa sonrio.
—Oh, Eiadh, tu pretendiente tiene una esplendida vision de ti. Procura ser digna de ella.
—Por el modo en que habla mi Tia Rasa, cualquiera diria que trata de evitar que me quieras —dijo Eiadh—. Tal vez este un poquitin celosa de que un hombre tan cabal me corteje.
—Olvidas que ya tengo al padre —observo Rasa—. ?Para que quiero al hijo?
Fue un momento de tension. Esas cosas no debian decirse en compania de gente discreta. A menos que fuera una broma.
Al fin Rasa se echo a reir. Al fin. Ambos rieron aliviados.
—Que el Alma Suprema te acompane —deseo Rasa.
—Regresa pronto —dijo Eiadh.
Lo abrazo con tal fuerza que Elemak sintio el contacto de cada parte de su cuerpo, como si ella le estuviera dejando su impronta en la carne. O quiza marcando en su propia carne la impronta del cuerpo de Elemak. El tambien la abrazo, para no dejar dudas sobre su deseo ni su devocion.
Por la tarde Elemak llego a casa de Gaballufix. Por habito casi cogio el callejon que conducia a la entrada lateral, pero recordo que su relacion con Gaballufix habia cambiado de modo imprevisible. Si Gaballufix lo consideraba un traidor, una llegada furtiva daria a Gabya una perfecta oportunidad para librarse de el sin que nadie se enterase. Ademas, entrar por el flanco implicaba que Elemak era de rango inferior a Gaballufix. Ya estaba harto de eso. Entraria abiertamente, a la vista de todos, por la entrada principal, como un hombre encumbrado de la ciudad, un huesped de honor, con muchos testigos.
Afortunadamente, los criados de Gaballufix fueron respetuosos y lo condujeron al interior de inmediato, y pronto Elemak fue introducido en la biblioteca, donde siempre se habia reunido con Gaballufix. Nada parecia haber cambiado. Gabya se levanto para abrazarlo. Hablaron como hermanos, chismorreando unos minutos acerca de personas que ambos conocian en el circulo de amigos y seguidores de Gaballufix. El unico indicio de tension fue el modo en que Gabya se refirio al «intempestivo viaje nocturno» de Elemak.
—No fue idea mia —aseguro Elemak—. No se cual de tus hombres hablo, pero Padre nos desperto horas antes del alba y nos internamos en el desierto antes de la reunion.
—No me gusto que me tomaran por sorpresa —dijo Gaballufix—. Pero se que a veces estas cosas no pueden remediarse.
Gabya parecia dispuesto a comprender. Aliviado, Elemak se reclino en la silla.
—Ya imaginaras mi preocupacion. No podia escabullirme para avisarte de lo que sucedia… Padre nos estaba encima continuamente, por no mencionar a mis hermanitos.
—?Mebbekew?