narices mientras que tus pies todavia estan en el aire. Su mirada se concentro un momento en la tripulacion de cuadrumanos, que acababan de conectar el tubo flexible a la escotilla de carga de la nave y que en ese momento estaban bajando la carga en el dique, con los manipuladores de potencia. La carga consistia en cilindros grises del tamano de un hombre. A primera vista, Leo no reconocio de que se trataba.

Pero la carga no tenia por que ser ?reconocible. Se suponia que era un stock masivo de repuestos de varillas de combustible para las naves de carga.

—Para desmantelar el Habitat —Leo habia dicho a Van Atta, cuando hacia hincapie en el pedido—. De manera que no tenga que parar y volver a pasar el pedido. Si hay excedente, puede ir a la Estacion de Transferencia con las naves remolcadoras cuando sean reubicadas. Seria un merito del rescate.

Perturbado, Leo se acerco a los trabajadores de carga.

—?Que es esto, muchachos?

—Oh, senor Graf, ?que tal? Bueno, no estoy muy seguro —dijo el muchacho cuadrumano de camiseta y shorts amarillos, que pertenecia a Mantenimiento de Sistemas Aereos, subdivision de Muelles y Cerraduras—. Nunca habia visto nada igual. De todas maneras, es imponente. —Hizo una pausa para desenganchar un panel de su manipulador y se lo entrego a Leo—. Aqui tiene el manifiesto de carga.

—Se suponia que eran varillas de combustible para las naves remolcadoras…

Los cilindros tenian el tamano adecuado. Seguramente no habrian podido redisenarlos. Leo observo el registro del manifiesto de carga. Partida: una serie de numeros codificados. Cantidad: astronomica.

—Hace ruido como de liquido —agrego solicitamente el cuadrumano de camiseta amarilla.

—?Liquido? —Leo observo el numero de codigo en el panel con mas detenimiento y volvio a mirar los cilindros. Coincidian. Sin embargo, podia reconocer el codigo de las varillas, ?o no? Introdujo «Varillas de combustible, Remolcador de Carga Orbital Tipo II, referencia, codigo de inventario». El panel centelleo y aparecio un numero. Si, era el mismo… ?No, por Dios! G77618PD en lugar del numero G77681PD que llevaban los cilindros. Rapidamente marco G77681PD. Hubo una larga pausa, no para el panel, sino para que el cerebro de Leo pudiera registrar.

—?Gasolina? —repitio Leo sin poderselo creer—. ?Gasolina? ?Estos idiotas realmente habian transportado cien toneladas de gasolina a una estacion espacial?

—?Que es? —pregunto el cuadrumano.

—Gasolina. Es un combustible de hidrocarburo que se utiliza en la Tierra para hacer funcionar automoviles. Un subproducto de los desperdicios petroquimicos. El oxigeno atmosferico proporciona el oxidante. Es un liquido pesado, toxico, volatil, inflamable, explosivo a temperatura ambiente. Por el amor de Dios, no permitais que se abra ninguno de esos barriles.

—Si, senor —prometio el cuadrumano, claramente impresionado por la lista de peligros que Leo acababa de mencionar.

El supervisor de las tripulaciones orbitales llegaba en ese momento al dique, seguido de una tropilla de cuadrumanos de su departamento.

—Hola, Graf. Mire, creo que fue un error dejarle que me convenciera de pedir este cargamento. Vamos a tener un problema de almacenaje…

—?Usted pidio esto? —pregunto Leo.

—?Que? —el supervisor pestaneo y luego echo una mirada a lo que tenia delante de el—. ?Que… donde estan mis varillas de combustible? Me dijeron que estaban aqui.

—?Usted mismo fue quien hizo el pedido? ?Con sus propios dedos?

—Si. Usted me pidio que lo hiciera. ?Recuerda?

—Bueno —Leo respiro profundamente y le entrego el panel—, cometio un error al teclear.

El supervisor echo un vistazo al panel y palidecio —?Oh, Dios!

—Y ellos lo han enviado —murmuro Leo, mientras se pasaba las manos por lo que le quedaba de cabello—. Llenaron la nave… No puedo creerlo. Cargaron todo esto en una nave sin ni siquiera preguntarse por que y enviaron cien toneladas de gasolina a una estacion espacial sin pensar en ningun momento en que era completamente absurdo…

—Yo puedo creerlo —suspiro el supervisor—. Oh Dios. Bien. Tendremos que enviarlo de vuelta y volver a pasar el pedido. Probablemente llevara alrededor de una semana. No es porque los stocks de varillas sean escasos, a pesar de la cantidad que usted ha estado utilizando para ese «proyecto especial» que mantiene tan en secreto.

No tengo una semana, penso Leo, con desesperacion. Solo tengo veinticuatro horas, tal vez.

—No tengo una semana —se dio cuenta de que lo decia en voz alta—. Las quiero ahora. Pongalo en un pedido urgente. —Bajo el tono de su voz al darse cuenta de que llamaba demasiado la atencion.

El supervisor estaba lo suficientemente ofendido como para superar su culpa.

—No hay necesidad de que grite, Graf. Fue error mio y probablemente tendre que pagar por el, pero es realmente estupido encargar a mi departamentos un viaje de urgencia tan seguido a este, cuando demos esperar perfectamente. Las cosas ya estan como estan —senalo la gasolina—. Eh, muchachos —agrego—, detened la descarga. Este pedido es error, tiene que volver abajo. El piloto de la nave estaba a punto de salir por la cotilla del personal cuando lo oyo. ?Que?

Se acerco a ellos y Leo dio una breve explicacion, pocas palabras, del error.

—Bien, no puede enviarla de vuelta en este viaje lijo el piloto con firmeza—. No tengo suficiente combustible como para una carga completa. Tendra que esperar. —Se alejo, para tomarse su recreo obligatorio en la cafeteria.

Los cuadrumanos tenian una actitud de reproche, la segunda vez que invertian la direccion de su abajo. Pero limitaron su critica a un quejido lastimoso.

—?Esta seguro esta vez, senor?

—Si —suspiro Leo—. Pero sera mejor que encenteis un lugar donde almacenar todo esto en un modulo aislado. No se puede dejar todo esto aqui.

—Si, senor.

Volvio a dirigirse al supervisor de la tripulacion de ; nave remolcadora.

—Sigo necesitando esas varillas de combustible.

—Bien, tendra que esperar, porque yo no lo hare. Van Atta ya me va a sacar un buena parte de mi sangre por esto.

—Lo puede poner en mi proyecto especial. Yo firmare.

El supervisor levanto las cejas, levemente aliviado. —Bien… lo intentare. Lo intentare. Pero, ?que me dice de su sangre?

Ya esta vendida, penso Leo.

—Eso es asunto mio. ?No le parece? El supervisor se encogio de hombros — Supongo que si murmuro, mientras se alejaba.

Uno de los cuadrumanos de la tripulacion de la nave remolcadora, que iba detras del supervisor, miro a Leo, quien le devolvio la mirada con un movimiento de cabeza, enfatizado por un gesto con el dedo indice que amenazaba con cortarle el cuello y que indicaba ?Silencio!

Se dio la vuelta y casi se llevo por delante a Pramod, que lo esperaba pacientemente detras.

—?No me andes espiando a escondidas! —grito Leo. Intento controlar sus nervios irritados—. Lo lamento. Me has asustado. ?Que sucede?

—Nos hemos metido en un problema, Leo.

—Por supuesto. ?Quien me va a seguir para darme buenas noticias? No importa. ?Que sucede?

—Las abrazaderas.

—?Las abrazaderas?

—Hay muchas conexiones ajustadas en el exterior. Estabamos revisando el plano del desmontaje del Habitat para manana…

—Ya lo se. Sigue.

—.Pensamos que un poco de practica podria acelerar las cosas.

—Si, muy bien…

—Casi ninguna de esas abrazaderas se puede desenganchar. Ni siquiera con herramientas mecanicas.

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