credenciales antes de dejarme pasar, aunque conocia un poco al tipo. Y todavia mas: cuando por fin llegue a la zona del laboratorio, descubri que Vince Masuoka habia comprado una bolsa de croissants.

—Santo cielo —dije, mientras contemplaba las migas que cubrian la pechera de Vince—. Solo estaba bromeando, Vince.

—Lo se —contesto—. Pero me parecio muy elegante, asi que… —Se encogio de hombros, lo cual provoco que una lluvia de migas de croissant cayera al suelo—. Los hacen rellenos de chocolate —explico—. Y tambien de jamon y queso.

—Creo que en Paris no los aprobarian —le solte.

—?Donde cono estabas? —rugio Deborah a mis espaldas, y se apodero de un croissant de jamon y queso.

—A algunos nos gusta dormir de vez en cuando —conteste.

—Algunos no conseguimos dormir —refunfuno—. Porque algunos hemos estado intentando trabajar, rodeados de equipos de television del puto Brasil y quien sabe de donde mas. —Dio un salvaje mordisco al croissant y, con la boca llena, miro el resto que sostenia en la mano—. Hostia puta, ?que es esto?

—Es un donut frances.

Debs tiro el resto a una papelera cercana y fallo por un metro y medio.

—Sabe a mierda.

—?Quieres probar un poco de mi brazo de gitano? —pregunto Vince.

Debs ni siquiera pestaneo.

—Lo siento, necesitaria como minimo un bocado, y no te queda —dijo, y me agarro del brazo—. Vamos.

Mi hermana me condujo por el pasillo hasta su cubiculo y se dejo caer sobre la silla del escritorio. Yo me sente en una plegable y espere la descarga emocional que tal vez me tenia preparada.

Llego en forma de pila de periodicos y revistas que empezo a arrojarme.

L. A. Times. Chicago Sun-Times. New York Times de los Cojones. Der Spiegel. Toronto Star —iba diciendo mientras tanto.

Justo antes de desaparecer por completo bajo la montana de diarios y quedar sin conocimiento, asi su brazo e impedi que me lanzara el Karachi Observer.

—Debs, los vere mejor si no me los hundes en los ojos.

—Esto es una tormenta de mierda, la peor tormenta de mierda que has visto en tu vida.

La verdad era que no habia visto muchas tormentas de mierda, aunque una vez, en el colegio, Randy Schwartz lanzo un petardo en el lavabo de los chicos, lo cual obligo al senor O'Brien a volver a casa temprano para cambiarse de ropa. Pero estaba claro que Debs no estaba de humor para tiernos recuerdos, aunque a ninguno de nosotros nos caia bien el senor O'Brien.

—Lo he deducido porque Matthews se ha vuelto invisible de repente —conteste.

Debs resoplo.

—Como si nunca hubiera existido.

—Jamas pense que veriamos un caso tan complicado que el capitan no quisiera salir en la tele — comente.

—Cuatro putos cadaveres en un puto dia —escupio—. Algo jamas visto, y aterriza sobre mi regazo.

—Rita dice que saliste muy bien en la tele —le comente para animarla, pero por algun motivo eso provoco que golpeara la pila de periodicos y varios cayeran al suelo.

—No quiero salir en la puta tele —rezongo—. El cabron de Matthews me ha lanzado a los leones, porque esta es la historia mas jodida de todo el puto mundo en este momento, y ni siquiera hemos publicado ninguna foto de los cuerpos, pero por lo que sea todo el mundo sabe que algo chungo esta pasando, y el alcalde ha sufrido un ataque de mierda, y el puto gobernador ha sufrido un ataque de mierda, y si no soluciono yo en persona este rollo para la hora de comer, todo el puto estado de Florida sera tragado por el mar y yo estare debajo cuando suceda. —Golpeo la pila de periodicos, y esta vez al menos la mitad cayo al suelo. Eso parecio vaciarla de furia, porque se derrumbo en la silla, con aspecto agotado y consumido—. Necesito ayuda, hermanito. Detesto tener que pedirtelo, pero… Si alguna vez has podido sacar algo en claro, este es el momento.

No estaba seguro que deducir del hecho de que, de pronto, detestara pedirme ayuda. Al fin y al cabo, ya lo habia hecho varias veces en el pasado, al parecer sin detestarlo. En los ultimos tiempos, daba la impresion de que se ponia rara e irritable sobre el tema de mis talentos especiales. Pero que cono. Si bien es cierto que carezco de sentimientos, no soy inmune a ser manipulado por ellos, y ver a mi hermana en la cuerda floja era mas de lo que podia eludir.

—Pues claro que te ayudare, Debs —dije—. Pero no se que puedo hacer.

—Bueno, joder, has de hacer algo —replico—. Nos estamos hundiendo.

Fue bonito que lo dijera en plural y me incluyera, aunque hasta aquel momento no me habia dado cuenta de que yo tambien me estaba hundiendo. De todos modos, la sensacion de inclusion no consiguio poner en accion mi gigantesco cerebro. De hecho, el enorme complejo craneal que es la Facultad Cerebral de Dexter guardaba un silencio anormal, al igual que habia sucedido en las escenas del crimen. No obstante, estaba claro que era preciso hacer gala de un buen espiritu de equipo, de modo que cerre los ojos e intente aparentar que me estaba devanando los sesos.

De acuerdo: si existian autenticas pistas materiales, los incansables y porfiados heroes del equipo forense las encontrarian. Lo que yo necesitaba era una especie de soplo de una fuente a la que mis companeros de trabajo no podian acceder: el Oscuro Pasajero. Sin embargo, el Pasajero guardaba un silencio inusual, salvo por aquellas leves carcajadas salvajes de cuyo significado no estaba seguro. En circunstancias normales, cualquier exhibicion de aptitudes depredadoras evocaria cierta admiracion que, con frecuencia, aportaba alguna idea sobre los asesinatos. Pero esta vez, tales comentarios brillaban por su ausencia. ?Por que?

Tal vez el Pasajero aun no se sentia a gusto despues de su reciente fuga. O quiza todavia se estaba recuperando del trauma, aunque esto no parecia muy probable, a juzgar por la creciente intensidad de mi Necesidad.

Entonces, ?a que venia aquella repentina timidez? Si algo malvado estaba teniendo lugar ante nuestras narices, habia llegado a esperar una reaccion que fuera algo mas que hilaridad. No habia llegado. Por consiguiente… ?No habia pasado nada malvado? Eso era todavia mas absurdo, pues estaba muy claro que teniamos cuatro cuerpos muy muertos.

Tambien significaba que, en apariencia, me encontraba solo, y alli estaba Deborah traspasandome con una mirada muy dura y expectante. De modo que da un paso adelante, oh, gran y sombrio genio. Habia algo diferente en estos crimenes, mas alla de la chillona presentacion de los cuerpos. Porque «presentacion» era la palabra exacta. Estaban exhibidos de una forma que aspiraba a obrar el impacto maximo.

Pero ?en quien? La sabiduria convencional de la comunidad de asesinos psicopatas diria que, cuanto mas caes en el exhibicionismo, mas deseas un publico que te adore. Pero tambien es de conocimiento publico que la policia procura mantener ocultas tales exhibiciones. Y aunque no lo hiciera, ningun medio publicaria fotos de cosas tan horribles. Creedme, lo he investigado.

Por lo tanto, ?a quien iban dirigidas tales presentaciones? ?A la policia? ?A los plastas de los forenses? ?A mi? Nada de esto era probable, y aparte de ellos y las tres o cuatro personas que habian descubierto los cuerpos, nadie habia dicho nada, y solo se habia producido el tremendo clamor de todo el estado de Florida, desesperado por salvar la industria del turismo.

Una idea abrio mis ojos de par en par, y Deborah me estaba mirando como un setter irlandes a punto de saltar.

—?Que?, maldita sea —dijo.

—?Y si es eso lo que quieren?

Me miro fijamente un momento, un poco como Cody y Astor cuando se acaban de despertar.

—?Que significa eso? —pregunto por fin.

—Lo primero que pense sobre los cuerpos era que lo esencial no habia sido el asesinato. Lo esencial habia sido jugar con ellos despues. Exhibirlos.

Debs resoplo.

—Me acuerdo. Sigue sin parecerme logico.

—Pero lo es —dije—. Si alguien esta intentando crear un efecto. Producir un impacto. De modo que

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