Lili Stein. Escaneo la imagen completa en su ordenador, mejoro su calidad digitalmente e imprimio una copia.

Aimee coloco esta imagen entre las fotografias extendidas de la carpeta de la policia y de sus propios archivos. Luego, las clavo con chinchetas sobre la pared en orden cronologico y busco conexiones con la esvastica.

Las miro con atencion a traves de una lupa. Las fotografias en blanco y negro lo envolvian todo en un pasado intemporal. Cada instantanea mostraba una escena diferente, pero todas eran vistas del Marais. Reconocio el cafe, Ma Bourgoyne, al que acudia a menudo. Un grupo de nazis calzados con botas bebian sentados en una mesa en un rincon. Junto a ellos, mujeres con el cabello peinado a lo Pompadour y que llevaban calcetines blancos y zapatos Merceditas, formaban una fila con las cartillas de racionamiento en las manos.

Otra fotografia mostraba la Kommandatur local en la rue des Francs Bourgeois, con nazis armados montando guardia ante las pesadas puertas de madera de la entrada. casi se le cae la copa de Orangina.

Sobre las banderas que ondeaban en la Kommandatur, las esvasticas tenian los bordes redondeados, exactamente igual que la que habian grabado en la frente de Lili Stein.

Miles Davis gruno y alguien llamo con fuerza a la puerta de la oficina. ?Se le habrian olvidado las llaves a Rene? Cogio la Glock de 9 mm para la que carecia de permiso y la metio en el bolsillo trasero de sus vaqueros.

– ?Quien esta ahi?-dijo

Le llego el sonido amortiguado de una voz detras de la puerta

– herve Vitold, de la BII

– Muestreme su identificacion

Tras la mirilla pudo ver un carnet de identificacion con fotografia y plastificado, perteneciente a la Brigada de Investigacion e Intervencion.

– Un momento.- Junto las fotos de cualquier manera y las deslizo de nuevo dentro de un gran sobre en su cajon

Aimee nunca habia visto un traje de Saville Row, pero se imagino que el hombre con aspecto de nordico que tenia ante ella vestia uno. Probablemente tambien llevaba una camisa a medida de Turnbull and Asser

– Claro-dijo el. Su cabello rubio claro brillaba a la luz de la iluminacion del pasillo, pero sus rasgos permanecian ocultos-. ?Mademoiselle Leduc?

Aimee asintio sin dejar de apoyar la mano en el seguro de la pistola

– No tengo cita, pero me gustaria disponer de media hora de su tiempo. A cambio de una compensacion considerable, por supuesto-dijo el.

Aimee abrio la puerta y le dejo pasar. Trato de parecer lo mas profesional posible a pesar de sus vaqueros demasiado cenidos y su camiseta de Asterix contra los romanos. Le llego un tufillo a algo caro, trufado de lima.

– Entre y tome asiendo, por favor. Estare con usted enseguida- dijo

– Herve Vitold.- Le tendio la mano mientras ella le conducia al interior de su despacho-. Administrador de seguridad.-Tenia los ojos de un color verde dorado y un lujoso broceado para ser noviembre.

– Sientese, por favor-dijo ella, sorprendida al ver que no llevaba uniforme

El se inclino hacia adelante, saco una chequera de piel y le dedico una sonrisa resplandeciente

– Sus honorarios, por favor. Quiero ser el primero en tratar el asunto.

Aimee se pregunto por un momento por que un tipo recien salido de Gentlemen’s Quarterly y perteneciente a los federales del BII iba a entrar en su oficina e iba a querer pagar por hablar con ella

– Quinientos francos por media hora-dijo ella casi de inmediato

Pero como del dicho al hecho va un trecho, ahora se veria si ese hombre atractivo vestido con un traje caro iba en serio o bromeaba.

Acto seguido, el saco una pluma Montblanc, relleno la cantidad y lo deslizo por encima de la mesa, rozando por un instante la punta de sus dedos. Ella hubiera jurado que sus dedos carnosos de arregladas unas se detuvieron unos segundos mas de lo necesario. A pesar de encontrarse conmocionada por haber recibido semejante cheque, no reacciono. Su mente no se apartaba de sus rizadas pestanas rubias y del verde de sus ojos. Ignoro conscientemente una senal de peligro que destellaba en su cerebro: Demasiado bueno para ser cierto.

– ?En que puedo ayudarle?-dijo con una sonrisa

– En primer lugar, permitame decirle que le agradezco que me dedique su tiempo. En un negocio como el suyo…- En este momento abarco con un gesto la oficina, no exactamente un hervidero de actividad-. Y con una apretada agenda, seguro.-Esbozo una brillante sonrisa-. Pero ire al grano, ?le parece?

– De lo suyo gasta

– Mi departamento se ocupa de servicios preventivos, una especie de unidad de campo fuera de La Defense-dijo el

Adelante, chica, hazle la pregunta.

– Siento interrumpirle, pero no se mucho sobre seguridad gubernamental. ?No llevan uniforme?

Otra vez la sonrisa.

– Nada de uniforme. Existimos y no existimos, no se si me entiende. A ella le parecia que hablaban lenguas diferentes.

– La verdad es que no. Casi mejor que vaya al grano.

Un reflejo de diversion surco su rostro

Las sombras se alargaban sobre las paredes de su despacho y ella se levanto para encender la luz

– Mais bien sur-dijo el-. Un departamento especial en las afueras de Bourget y responsable de la lucha antiterrorista se ha hecho cargo del caso Stein. Nos ocupamos de todo lo relativo a los interrogatorios, la vigilancia y el seguimiento del caso.

Eso cuadraba con lo mencionado por Morbier

– ?Por que?

– Dada la situacion politica actual y lo sensible del asunto, el Grupo Especial de la Policia considera que este ha de ser majejado con especial cuidado.-Vitold se retrepo en el asiento y cruzo la pierna en un preciso angulo de noventa grados-. Este es un momento historico. Finalmente, por primera vez desde la ultima guerra, los delegados de la Union Europea se sentaran y firmaran un tratado que vincule a Europa. Nada debe hacer peligrar esto ni la operacion encubierta que hemos montado para echar el guante a los terroristas decididos a destruir el proceso.

Demasiado bueno para ser verdad, de acuerdo.

– ?Me esta diciendo, digamos, que me mantenga al margen?-dijo ella.

– Mademoiselle Leduc, se lo estoy pidiendo.-Sus ojos brillaban divertidos para luego endurecerse-. Se lo importante que es para su negocio en este momento conseguir una prorroga en la declaracion de los impuestos, y no quisiera que nada interfiriera en ese proceso.

– ?Es eso una amenaza velada?

El se levanto con una raya perfecta en la pernera del pantalon y una camisa que parecia aun sin una solo arruga.

– Vaya, vaya-cacareo condescendiente.

Ella tambien se levanto

– ?Entra usted aqui, me extiende un cheque y pretende que me retire de un caso que ya me han pagado, amenazando con interferir en mis impuestos? ?Quien se cree que es?

– Vitold, ya se lo he dicho, pero se me olvido mencionar que su licencia de detective esta a punto de caducar, ya que no la ha renovado.

– Mi licencia de detective es codigo naranja. Permanente y sin necesidad de renovacion-dijo ella.

– Ya no

– Amenace a otra.-Le lanzo una mirada que echaba chispas al tiempo que hacia mil pedazos el cheque

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