Martine se detuvo a pensar

– ?De que va todo esto, Aimee?

– Un caso

– Aimee, los tipos que creen en la supremacia de la raza aria no siguen las reglas del juego. Esta cumbre europea de comercio esta haciendo que muchas de esas ratas salgan a la superficie. Solo te digo que tengas cuidado

– Merci. Una cosa mas. Mira a ver que encuentras sobre un asesinato a una persona que no era judia en 1943 en la rue des Rosiers, fuera o no denunciado. Y ya que estas en ello, sobre los colaboracionistas en al Marais.

– ?Te refieres a los colaboracionistas nazis?-dijo Martine-. ?Una materia muy delicada! A nadie le gusta hablar de ellos. Husmeare por ahi si me prometes tener cuidado

– Tanto como los piojos que se quedan atontados mirando la locion insecticida-dijo Aimee

– Manten esa ingeniosa boquita a raya. Se que durante la ocupacion se confiscaron todos los periodicos, que se convirtieron fundamentalmente en propaganda alemana. Algunos distritos publicaron sus propias notas ilegales de una sola pagina con informacion local tal como nacimientos, defunciones y las tasas de electricidad. Pero lo comprobare y te llamo. Una cosa mas.

– Te escucho, Martine.

– Reserva para tres, por si mi novio quiere venir

Aimee solto un grunido. De verdad que esto le iba a salir caro

– Monsieur Javel, se acuerda de mi, ?verdad?-Aimee mostro al zapatero la mejor de sus sonrisas-. ?Le apetece algo de beber? Hablemos de nuestros intereses comunes.- Le mostro una botella verde de Pernod.

– Esto… ?de que se trata?- Felix emitio un grunido balanceando sus arqueadas piernas.

– El asesinato de Arlette-repuso ella-. Puede que si compartimos informacion, las cosas resulten beneficiosas para ambos.

Antes de que el pudiera dudarlo, ella se abrio paso entre el y la puerta que llevaba a la trastienda. Estaba determinada a averiguar lo que realmente vio en 1943. A pesar del genio galo para la evasion, contaba con el Pernod para aflojarle la lengua.

El se encogio de hombros

– Como quiera. No tengo mucho que decir.-Se froto la nuca con un trapo de franela grisacea mientras la conducia a traves del estrecho distribuidor, un pasillo iluminado por una bombilla amarilla. Se quito los zapatos y le indico que hiciera lo propio antes de entrar en una salita de estar. La habitacion, en la que hacia un calor sofocante debido a un moderno radiador de aceite, olia a arena usada para gatos. Una mecedora de estilo victoriano con ajados cojines de chintz estaba situada frente a un televisor verdoso de los sesenta. Sobre el se encontraba una antena con los cuernos doblados. Filas de cuentas de cristal azul en cascada formaban una cortina opaca que colgaba desde el marco de la puerta hasta el suelo y separaba asi la pequena zona de la cocina. Javel regreso de la cocina haciendo equilibrios con una bandeja en la que sostenia dos copas y una jarra de agua. Aimee se tuvo que contener para no levantarse y ayudarle, mientras laboriosamente dispuso la bandeja sobre una pulida mesa de roble. Junto con la botella, saco una pequena lata de pate y la mirada de el se ilumino.

– Tengo justo algo que le va perfectamente-dijo

Volvio a traspasar las sonoras cuentas a un desportillado cuenco de porcelana de Sevres lleno de rancias galletitas saladas. Aimee lo observo mientras extendia unas servilletas bordadas con el borde de encaje y cogio una.

– Son casi demasiado bonitas para usarlas-dijo, al tiempo que se fijaba en las decoradas letras A y F entrelazadas.

– Las hizo Arlette. Todo el juego sigue guardado en el armario de nuestro ajuar. No tengo muchos invitados, y he pensado que podia utilizarlas.

– Usted conocia a Lili Stein-dijo ella-. ?Por que lo mantuvo en secreto?

El mezclo despacio el agua con el Pernod hasta que se torno lo suficientemente lechoso. Extendio un poco de pate sobre una galletita.

– ?Por que anda fisgando?-dijo.

– Hago mi trabajo.- Se acerco con su silla-. El asesinato de Lili tiene relacion con el de Arlette

El se rio y se sirvio mas Pernod

– la absenta de Pernod de antes de la guerra se hacia con ajenjo y te consumia el cerebro

– ?Quien mato a Arlette?-dijo ella

El bebio la copa y se sirvio otra

– ?No es usted la detective?-dijo

– Pero usted tiene su propia teoria-repuso ella-. ?Algo que usted vio y los flics no?

Un breve asomo de sorpresa cruzo su rostro

– ?Que vio usted?-dijo ella animada por la expresion de su mirada

Un eructo largo y sonoro emergio de las profundidades de su estomago

– Hijos de puta-dijo-. Me machacaron

– ?Por que? ?Por que le agredieron, Javel?

El entrecerro los ojos

– Usted es judia, ?no?

Aimee nego con la cabeza

– ?Y que si lo fuera?

– No me gustan las de su tipo-dijo el-. Cualquiera que sea

– Entonces no me vote en la pasarela de miss Mundo-dijo ella

El extendio pate sobre mas galletitas rancias y las empujo hasta colocarlas sobre el plato

Tenia que haber una manera de llegar hasta este hombrecillo de cabeza dura como el cemento.

– ?No tiene usted miedo, Javel? Es decir, usted menciono ataques y violencia gratuita de los neonazis en el Marais. Pero a mi no me parece que este usted muy nervioso.

– ?Por que iba a estarlo?-espeto. Se sirvio otra copa.

– Exacto. Especialmente si supiera que el asesinato de Lili tuviera algo que ver con el pasado

– Dejeme en paz-dijo el-. Vayase.- Se dio la vuelta y torcio el morro

– Digame lo que vio.

El agito el puno en el aire, pero seguia sin mirarla

En ese momento ella hubiera querido sacudirlo para que lo soltara

– Mire, se que no le gusto, pero ?guardarselo! ?No va a hacer que Arlette vuelva! Usted quiere justicia, yo tambien. Y los dos sabemos que la tenemos que encontrar nosotros mismos. ?No es asi? ?Hicieron los flics otra cosa que golpearle?

No podia ver su rostro. Finalmente el hablo, aun dandole la espalda

– Todo empezo con ese maldito salmon en conserva

– ?Que quiere decir?-pregunto sorprendida

– Estaba metido en el armario de su ropa. Por todos los sitios-dijo el

– ?Mercado negro?

Javel se volvio y alcanzo su copa. Ella le sirvio otra despacio. Las palabras de Rachel Blum daban vueltas en su cabeza

– Arlette vendia comida del mercado negro. Era una BOF, ?verdad?-dijo

El levanto la mirada aturdido

– Hace anos que no oigo esa palabra- suspiro-. Paso gasolina, relojes, hasta medias de seda. Yo le dijo a Arlette que era demasiado peligroso

– ?Le ayudaba Lili?-dijo ella

La saliva formaba burbujas en las comisuras de sus labios

– ?Donde estaba Lili? ?La vio usted?

– Intente disculparme-dijo encogiendose de hombros-, pero habia tantas huellas de sangre… Por todos los sitios

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