Esa noche se produjo otra redada en el Marais. El ruido de los autobuses de color verde botella con la parte trasera descubriera, llenos de judios que se agarraban a bebes llorando y a sus maletas, retumbaba por las oscuras calles. Lili y ella se pusieron nerviosas. Cada dia era mas peligroso andar por la calle con una estrella amarilla.

Recordaba que el cielo estaba pintado por la inusual luz de un atardecer naranja, a finales de octubre. Una tarde, despues de despedirse de Lili, Sarah regreso a la catacumba. Siempre le gusto regresar a aquella seguridad fria y oscura. Incluso habia descubierto otra salida a la plaza Georges-Cain y unos cuantos bustos de marmol de gran tamano que sobresalian de entre la porqueria. Uno era como la imagen de Cesar Augusto que madame Pagnol habia senalado en el libro de historia. Como el busto que habian visto en el parque en una excursion con la clase el dia en el que madame hizo la foto.

Escucho un ruido detras de un poste de madera y levanto la vista. Ahi estaba Lili, escondida en un nicho de huesos de femur.

– ?Sobre quien pasas informacion?-dijo como si la cosa no fuera con ella, con la boca llena de turron

Sarah se incorporo de golpe, sorprendida, y al hacerlo se golpeo la cabeza con el techo de tierra

– ?Como has entrado?

Lili ignoro la pregunta

– Tienes que ser una confidente para conseguir toda esta comida. Vamos, no dire nada.-Hizo una pausa-. Sere mejor que tengas cuidado: ya no estas tan delgada

– Me has seguido… ?Por que? Lili, no seas avariciosa. Yo comparto con otros. Tu ya tienes suficiente-anadio entonces Sarah

– Mi portera es avariciosa. Se ha mudado otra familia a mi apartamento-dijo Lili jugueteando con las piedras incrustadas en la pared-. Si no le doy mas, no podre quedarme

Sarah se fijo en las oscuras sombras bajos los ojos de Lili, en sus mejillas hundidas y las remendadas suelas de sus zapatos

– Intentare conseguir mas. Pronto funcionaran de nuevo los trenes. ?Nos escaparemos!

Lili la miro fijamente

– ?Sobre quien informas?

– ?Sobre nadie! Un soldado es el que comercia conmigo-dijo Sarah a la defensiva

– ?Que tipo de soldado? ?Que es lo que haces para el?

– ?A ti que te importa, Lili? Comes gracias a mi.- Intento no sentirse avergonzada-. Dejalo estar

Se cayeron algunos terrones de tierra. Muerta de miedo, vio que Helmut descendia y bloqueaba la debil luz al hacerlo. Lili comenzo a chillar y se apoyo contra la pared. Un Helmut vestido con uniforme negro sonrio interrogante mirandolas a ambas. Entonces puso suavemente la mano sobre la boca de Lili, hizo que se sentara y le hizo un gesto a Sarah para que se acercara.

– No pasa nada, Lili. No te hara nada-balbuceo

La expresion aterrorizada de Lili alternaba miradas acusadoras ante la aplastante realidad de que un nazi visitaba a Sarah. Helmut saco del bolsillo salmon envasado en una bonita lata y lo puso en las manos de Lili.

– Ja, ja, cogelo, s?il te plait-dijo posando un dedo sobre sus labios-. Ssss… ?Ca va?

Achico los ojos. El rojo rostro abotargado de Lili mostraba a un tiempo hambre y miedo. Abrio los punos y con mucho cuidado cogio las latas de salmon sin tocarle los dedos. Helmut se encogio de hombros

– Sarah-dijo, rodeandole la cintura con el brazo-, ja, tu invitada no tiene buena educacion.

Ella notaba fuego en sus mejillas. Lili los miraba celosa. Se dio cuenta de que Lili los veia como amantes

– Dale las gracias y vete sin hacer ruido-dijo Sarah, evitando mirar a Lili a la cara

– Merci-fue lo que salio de la boca de Lili en forma de un agudo chillido. Rapidamente subio con dificultad escalera arriba

– ?Quien es?-pregunto Helmut

Sarah puso los ojos en blanco

– Una companera de clase, tonta, estupida. Lleva una estrella amarilla. No te preocupes.- Intento expulsar de su mente la expresion de Lili

Helmut miro el reloj

– Solo he venido a decirte que tengo que coger una cosa y volvere luego.-Habia cambiado el turno porque odiaba dejarla sola por la noche.

Saco una grasienta salchicha de la bolsa del uniforme de las SS y le guino un ojo

.La contribucion al esfuerzo de la guerra de algun carnicero de Hannover. Mas tarde volvio con terrina de pato recubierta de hierbas y gelatina. Comieron mientras la cera de las velas goteaba perezosa sobre la caja de te. Despues de comer, ella le enseno frances, como hacia siempre. Su amplio jersey de lana le resbalaba de los hombros cuando le corregia las conjugaciones verbales con un grueso lapicero.

– Tres bien, Helmut. Buen trabajo.-Sonrio-.Bravo.

Poso el cuaderno y la atrajo hacia el. Con una mano se desabrocho el uniforme y extendio la chaqueta formando una almohada sobre la tierra. Ella se alarmo y hundio sus dedos en la mugre del suelo. No tenia hermanos, y ni siquiera habia visto nunca a su propio padre sin camisa. Helmut mostraba tensos musculos sobre su pecho carente de grasa y su piel relucia.

Dividida entre el miedo y la gratitud, se sintio paralizada. ?No buscaba a sus padres? ?No le daba comida? Los nazis que habian supervisado las redadas policiales en su vecindad no eran como el. Helmut siempre era divertido y generoso con la comida. A la oscilante luz de la vela, el hizo que se acostara y su negro cabello se enredo con la insignia de guardia de asalto que destellaba en su guerrera. Se puso rigida.

– Non, Helmut-dijo negando con la cabeza

El recorrio su rostro con el dedo al tiempo que se lo sostenia con la otra mano. Sarah hizo un gesto de dolor cuando el abrio la boca para hablar. Queria que se detuviera

– No te preocupes, Sarah. No te hare d-dano.-Se acerco mas y le acaricio la nacarada mejilla con la suya

Ella inhalo su aroma a humo mientras el posaba la cabeza en su cuello. Le rozo suavemente el costado del cuello con los labios y sus besos descendieron por la garganta

Se le llenaron los ojos de lagrimas. ?Por que lo hacia? Sus labios recorrian el camino hacia su ombligo y ella sintio oleadas de calor que la recorrian. La beso bajo el pezon y en el costado del pecho, sin dejar de acariciarle el rostro. Durante largo tiempo, acaricio sus hundidas mejillas y la beso detras de las orejas y en los ojos, solo abrazandola. Ella gimio. Ahora no queria que se detuviera. Finalmente, sus sombras se entrelazaron y oscilaron hacia adelante y hacia atras en los muros de la caverna de la vieja catacumba romana

De camino a la escuela a la manana siguiente, penso que todo el mundo se fijaria en las manchas de su uniforme. Demasiada comida. Pero solo se fijaron en la estrella. Entro en la “sinagoga”, el ultimo vagon del metro y el unico en el que se permitia subir a los judios. Se sentia agotada. No se habia quedado dormida hasta el amanecer, cuando Helmut se marcho. En su clase habia una nueva profesora y tambien un pupitre vacio. Madame Pagnol se habia ido. Lili tambien.

MARTES

Martes por la manana

Aimee se desperto y se puso una camiseta con el aroma a almizcle de Yves. El se habia marchado. Una parte de ella se sentia enfadada consigo misma por haberse lanzado a su cama la noche anterior. Y otra parte de ella ronroneaba satisfecha. Habia pasado un ano desde que Bertrand, su novio pirata informatico, despues de un monton de palabreria sobre su compromiso, se mudara a Silicon Valley

Ella e Yves habian pasado una vez mas mucho tiempo en la banera. Las cosas no habian hecho mas que mejorar. Un buen termino para describir su relacion parecia ser el de relation fluide.

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