– Mis disculpas si todo esto le resulta inesperado…-comenzo a hablar la secretaria
– Lo que no me parece es profesional.-Aimee se levanto, se ajusto el panuelo de seda y se dirigio a la puerta-.Necesito una explicacion
La secretaria le obstruyo el paso, pero evadio su mirada
– Monsieur Barrault esta reunido con un vicepresidente del Banco de Francia. Le llamara en cuanto acabe y se lo explicara
Aimee estuvo a punto de montar una escena y empujar las altas puertas de roble, pero se detuvo. Se le encendio la luz de por que un testamento necesitaba validarse.
– Mi tio ha muerto, ?verdad?
Loa ojos de la mujer iban de un lado a otro nerviosos y luego asintio
– Lo siento, monsieur Rambuteau ha sufrido un infarto despues del funeral. Ahora se bloquea la lectura del testamento hasta que las propiedades de su tio sean sometidas a un procedimiento sucesorio
Aimee volvio a sentarse, conmocionada
– Siento que se haya enterado por mi.-La secretaria se inclino y le acaricio el brazo. Tenia una mirada amable-. Lo siento de veras.-La mujer interpreto que la sorpresa de Aimee se debia al dolor
– ?Un infarto?-Aimee movio la cabeza de un lado a otro
– Justo despues del funeral, cuando volvia a casa. ?Y justo acaba usted de verlo en el cementerio! ?Menudo susto!
– Y mi pobre primo, Thierry… ?Tengo que ir con el!-Ahora mas que nunca, tenia que descubrir la identidad de Thierry
La secretaria elevo las manos
– Por favor, no deje que monsieur Barrault se entere de que se lo he dicho. Mi trabajo…
– Por supuesto.-Aimee asintio y se incorporo-. Encontrare a mi primo. Esto quedara entre nosotras
Al entrar en su oficina, Aimee se alarmo instantaneamente al ver la expresion en el rostro de Rene. El evito mirarla a los ojos y se concentro en la pantalla del ordenador
– ?Que ha ocurrido, Rene?
El aguanto la respiracion, al tiempo que inclinaba la cabeza y senalaba el fax
Miles Davis correteo ruidosamente a sus brazos cuando ella se agacho para cogerlo. La lamio y la olisqueo con su humedo hocico
Habia llegado un extenso fax de Martine, y se enrollaba hasta llegar al suelo. En la parte superior, Martine habia garabateado: “He perdido el apetito… vayamos a cenar en otro momento”
Aumentadas a partir de archivos microfilmados habia notas de una pagina de extension con el titulo, toscamente impreso: Citoyen (ciudadano). Plagados de articulos vengativos y acusaciones sobre los colaboracionistas, una Francia muerta de hambre y viuda descargaba su rencor. Cada uno de los articulos estaba encabezado por un “J?accuse”.
Habia fotografias de colaboradores que colgaban ahorcados en las farolas, con esvasticas pintadas sobre sus grotescas figuras; plazas de pueblo llenas de cuerpos distorsionados fusilado por pelotones de vigilancia, y grupos de mujeres con las cabezas afeitadas lapidadas por la multitud. No era de extranar que Martine se sintiera mal.
Aimee miro con tristeza las fotos de esas mujeres, conducidas como ovejas ante un tribunal popular en el momento de la liberacion. Justo lo que habia dicho Claude Rambuteau. La leyenda bajo una de las fotos decia:
No solo las putas francesas se llevaron la comida de los
Alemanes mientras sus vecinos se morian de hambre, sino que las
Judias se acostaban con los nazis mientras sus familias eran
Quemadas por ordenes de la Gestapo.
Dentro de un grupo de mujeres vestidas de manera variopinta y con el craneo afeitado, una de ellas llevaba un bebe. Parecia joven, inexpresiva y con la cabeza alta. Aimee saco una lupa del cajon para ver los detalles con mayor claridad.
La escena captada por el fotografo preservaba para siempre la horrible realidad. Sobre su frente habia sido grabada una esvastica. La joven madre se habia desplomado en el suelo por el dolor, sosteniendo aun al bebe y manteniendolo alejado de la multitud. ?Seria Thierry el que estaba en los brazos de la mujer? ?Seria esta la judia que se acostaba con un nazi?
Entre la multitud se veia una joven adolescente de mirada maliciosa. De su cuello colgaba una cadena de oro con extranos simbolos. Observando con mas atencion a traves de la lente, recordo haber visto esos mismo simbolos antes, entrelazados con las marcas de una cuerda. Reconocio esa cara. De pie entre la multitud estaba una joven Lili Stein.
– Me gusta tu teoria-dijo Rene. Sus dedos volaban sobre el ordenador portatil-. Les Blancs Nationaux funcionaban como un frente, financian las patrullas arias, y operan con dinero de la DFU a traves de la cuenta conjunta de los Rambuteau
– Tiene sentido-dijo Aimee-. Los fondos alemanes proporcionan la cobertura perfecta para la solucion final en la que Thierry cree seriamente. Ahora lo unico que tenemos que hacer es demostrarlo.
Rene ya habia comenzado a acceder desde su ordenador a la cuenta bancaria de Rambuteau.
– Seria capaz Thierry de matar a Soli Hecht por ser un cazador de nazis que se inmiscuia y a Lili Stein, como rito de iniciacion-dijo
Aimee abrio la ventana ovalada que daba a la rue du Louvre. El frio de noviembre no conseguia ocultar las cuatro manos de pintura que habian sido necesarias para cubrir la esvastica. Puede que fuera su imaginacion, pero todavia podia distinguir los bordes curvados.
– Mira esto-dijo entregando a Rene el sobre azul- Lo he robado del testamento de Nathalie Rambuteau. Aqui esta la confirmacion hecha por su verdadera madre.
– ?Su verdadera madre?-dijo Rene. Pulso “Guardar” en el portatil-. ?Quien es?
– Una mujer llamada Sarah. La ironia esta en que el es medio judio-dijo-. Lo mismo que dicen de Hitler
Haria que saltara la verdad de boca de Thierry. No solo mostraria su cuenta bancaria incriminatoria, sino que le mostraria el contenido del sobre
– Entonces, ?quien es su padre?-dijo Rene despues de leer la carta-. ?Tienes idea?
– Un oficial de la Si-Po que deportaba a judios del Marais-dijo ella-. Pero solo hay una forma de averiguarlo con toda seguridad. Y Thierry me ayudara a hacerlo.
Miercoles por la noche
Aimee rodeo con sus dedos el frio plastico de su Glock de 9 mm y llamo a la puerta con la mano enguantada. Aparecio un palido Thierry Rambuteau. Se la quedo mirando fijamente. Un debil rayo de reconocimiento surco su rostro.
– ?Usted! ?Que quiere?-dijo
– Tenemos que hablar-dijo ella
– ?Quien es usted?-No parecia querer saber la respuesta porque comenzo a cerrar la puerta
Ella bloqueo la puerta con la bota, con la mano en el bolsillo sobre la pistola.
– Tengo algo que quiero que vea.
El nego con la cabeza
– Y no voy a marcharme
– Ya que insiste…-dijo el haciendose a un lado
Ella avanzo por el pasillo. El cuarto de estar, anteriormente claro y meticulosamente ordenado, aparecia ahora apagado y sombrio. Habia papeles dispersos por encima del sofa. La foto enmarcada de Nathalie Rambuteau la contemplaba desde la chimenea.
– Digame por que ha intentado matarme-dijo Aimee en un tono inexpresivo, con los dedos sobre el gatillo en el interior del bolsillo
