Puede que Lili no llevara nada mas en la bolsa… o que el asesino supiera lo que tenia que buscar y lo habia encontrado. Frustada ante una nueva situacion sin salida, se desplomo contar el armario. Las circunstancias del asesinato de Javel la dejaban perpleja.
Con toda probabilidad, el pasaba la mayor parte del tiempo en la tienda, asi que decidio seguir alli la busqueda. El aroma penetrante del cuero la asalto segun entro. Bajo la exposicion de plantillas, encontro su bandeja de trabajo abarrotada de cosas. Estaba colocada a presion contra la pared y necesito vario intentos antes de que se aflojara. Bajo los recortes de piel yacia un libro pequeno, muy usado. Aranas negras reptaban sobre la caligrafia de Lili. Con manos temblorosas Aimee levanto el diario y madejas de hilo multicolor rodaron por el suelo. Aparto las aranas de un manotazo y metio el diario bajo su chaqueta de diseno.
En el dormitorio de Javel, vertio comida para el gato en un recipiente. Cuando salia, se santiguo
De vuelta con Leah, Aimee se puso a leer una de las paginas arrancadas del diario de Lili:
Se que es el. Laurente, ese portento de ojos avariciosos que se sentaba
junto a mi y me copiaba las repuestas en los examenes de matematicas.
El que se reia de papa cuando trabajaba tras el mostrador, que nos llamaba
chupasangres judios a la cara y luego me retaba como si fuera duenos de
toda la manzana. PEOR que los nazis, se aseguro de que todos lo de la escuela
que de alguna manera le habiamos molestado, pagaramos por ello. El poder,
simple y llanamente. Los padres de Sarah fueron los primeros, hasta se jactaba
de ello. Ganaba cien francos por cada denuncia. Pero yo, yo mate a mis padre
el dia que me plante y no deje que me copiara. Mi elevado sentido de la moralidad
los mando a los hornos. Informaba sobre todo el mundo, judios o no. Arlette, tonta
y avariciosa, se reia de el. Ese fue su gran error. Y el va a hacerlo de nuevo.
La mano de Sarah temblaba cuando Aimee le paso el fragmento rasgado.
– ?Lo reconoceria usted despues de todos estos anos?
– Si Lili lo hizo…-Se froto las lagrimas de los ojos-. Tenia una marca de nacimiento en el cuello, como una mariposa marron
– Claro que podria haberla ocultado, haberse operado-dijo Aimee
– Siempre me pregunte quien denuncio a mis padres. Laurent era mayor, estaba en la clase de Lili. Yo nunca le hablaba mucho, trataba de evitarlo. Habia algo en el que no me gustaba
– Tiene que existir alguna prueba por escrito-dijo Aimee-. Por eso Lili contacto con Soli Hecht. Pero necesito documentos que lo prueben. ?Se acuerda de donde vivia, de ese edificio que menciona Lili?
– En la rue du Platre, a la vuelta de la escuela-contesto Sarah de inmediato-. Sus padres eran rentistas; es la calle bordeada por arboles mas bonita de todo el gueto judio.
– Quedese aqui, Sarah. No esta segura en la calle
Sarah se cruzo de brazos asustada
– Pero no puedo hacer eso. Tengo un trabajo. Albertine necesita muy ayuda, cuenta conmigo
– Llamela-dijo Aimee-. Encontrara a alguien de momento
– Pero esta noche hay una cena importante…-comenzo a decir Sarah.
– No es seguro ni para usted ni para nadie que este con usted. Los pondra usted en peligro. Quedese aqui, no salta. Albertine se las arreglara.-Aimee sabia que Sarah dudaba, aun sin convencerse-. Si Lili reconocio a Laurent y por eso la mataron-Aimee hizo una pausa y hablo despacio-. ?no se da cuenta de que usted es la siguiente?
Aimee entro en el patio del colegio en la animada
Cuando se acercaba, una profesora se fijo en ella y los amonesto sin tardar.
– Arretez!-Los abucheos decayeron
– ?Es usted una madre?
– Tengo algo que hacer en la secretaria
– ?Puede ensenarme su identificacion? Nos tomamos en serio las amenazas de bomba.-Parecia como si la profesora de rostro abotagado necesitara una noche mas de sueno reparador-. Edicto del Ministerio de Educacion
– Por supuesto-dijo Aimee mostrandole la documentacion
– Por ahi a la derecha.-Una pelea habia comenzado detras de la profesora y se marcho para separarlos
En el interior de las oficinas de la escuela una mujer rechoncha con el rostro del color del ebano entrecerraba los ojos mientras comprobaba algo en el ordenador
– Los informes estan en el sotano si es que los hemos guardado y no se los han comido los ratones-dijo
– Gracias, ?podria comprobarlo?
– ?Apellido?
– Su nombre es Laurent, y la familia vivia en la rue du Platre-dijo Aimee
La secretaria enarco la ceja
– ?Anos de asistencia?
– Entre 1941 y 1945. Durante la guerra
La secretaria levanto la vista inmediatamente y movio la cabeza
– Pasados diez anos, se envia todo al Ministerio de Educacion-dijo encogiendose de hombros-. Vuelva a pedirlo dentro de un par de semanas
– ?Pero lo necesito ahora!
– Todo el mundo lo necesita ahora. ?Sabe usted cuantos ninos asistian a la escuela en aquella epoca?-Miro a Aimee-. Francamente, le diria ue no perdiera el tiempo. No se puso nada en microfichas hasta los anos sesenta
– ?Hay algun profesor o algun bedel que fuera a la escuela en esa epoca?-dijo Aimee
– Antes que yo…-se detuvo-, Renata, una mujer de la cafeteria, lleva aqui trabajando desde siempre. Es todo lo que puedo sugerirle.
En la cafeteria de azulejos amarillos, Renata, una mujer con una gruesa trenza gris enrollada en la nuca, la miro con recelo con ojos entrecerrados
– ?Quien ha dicho usted que es? Pregunto
Aimee se lo dijo
Renata no hizo mas que mover la cabeza
Una de las camareras, una mujer de rostro arrugado como una pasa, se acerco a Aimee rozandola con el codo
– Se me olvida encender el audifono
Aimee le dio las gracias y senalo el oido de Renata. Lo unico que esta hizo fue fruncir el ceno
– Es bastante vanidosa. Piensa que ninguno lo sabemos-le confio la mujer cuya etiqueta con el nombre indicaba que se llamaba Sylvie Redonnet-. Bastante nos importa. La mitad del tiempo tenemos que estar gritandola, porque no oye
Renata revolvia con un cazo un humeante puchero de lentejas
Aimee se volvio a Sylvie, que sonreia
– Quiza pueda usted ayudarme.
Despues de que Aimee se lo explicara, la mujer asintio con la cabeza
– Lo crea o no, soy demasiado joven como para haber estado aqui en los cuarenta-dijo riendose-. Ahora bien, mi hermana Odile, que es unos anos mayor que yo, si que estaba. Vaya a preguntarle, le encanta hablar.
– Eso me seria de gran ayuda, gracias
– Usted sera un entretenimiento para Odile; ella si que oye.- Sylvie miro en la direccion de Renata-. Pero esta en silla de ruedas. Vive a la vuelta de la esquina, en el 19 de la rue du Platre.
Aimee sintio un rayo de esperanza al oir la direccion
