– ?Que supuestamente lo atropello un autobus, mademoiselle Leduc?- dijo Annick Sausotte
Aimee la miro directamente a sus perspicaces ojos negros
– Alguien lo empujo debajo del autobus-dijo-. Pero no puedo probarlo, mademoiselle Sausotte. ?No le extrana que cogiera un autobus cuando su artritis reumatoide era tan severa que necesitaba ayuda para bajar las escaleras y para ponerse el abrigo? ?Y despues de haberle dicho a Solange que cogeria un taxi?
– ?Que quiere de mi, mademoiselle Leduc?-dijo Annick
– Acceso a los ficheros informaticos en los que trabajaba Soli ese dia-dijo Aimee-. Encontre su nombre por casualidad entre las pertenencias de Lili. Creo que ella habia reconocido a un antiguo colaboracionista y le pidio ayuda a Soli para obtener pruebas.- Aimee hizo una pausa-. Por eso la mataron.
Annick Sausotte se inclino hacia adelante apoyando la barbilla en las manos y con el reflejo de sus codos sobre la reluciente mesa.
– Soli era el unico que podia autorizar el acceso a sus archivos, pero…- Hizo una pausa y una expresion de dolor cruzo su rostro-. Por supuesto, ahora eso es imposible. Solo la fundacion puede conceder ese permiso
– Se que lo asesinaron en el hospital. Pero tampoco puedo demostrarlo.- Aimee se levanto y acerco su rostro al de Annick-. Hay otra mujer en peligro, una superviviente cuya familia perecio en el Holocausto
– ?Es usted judia, mademoiselle Leduc?
– ?Es eso un requisito para poder trabajar? Porque tengo la sensacion de que para usted eso es mas importante que la vida de alguien.- Aimee se acerco a Annick, la cual se levanto-. ?A mi tambien me persiguen, pero a ellos no parece importarles mi religion!
– Se esta usted tomando las cosas como algo personal, mademoiselle Leduc. Por favor entienda…
Aimee la interrumpio
– Tiendo a tomarme las cosas como algo personal cuando mi vida esta en peligro. ?Va a ayudarme o no?
Annick Sausotte la acompano hasta la puerta
– Yo ni siquiera me ocupo de ese aspecto del trabajo del Centro. Dejeme que lo consulte con los responsables y con la fundacion de Soli. Llameme dentro de unos dias
Aimee movio la cabeza de un lado a otro
– No parece que entiende usted nada
– Es lo unico que puedo hacer-dijo Annick mientras metia los brazos en un abrigo demasiado grande que envolvia completamente su pequeno cuerpo-. Llameme, por favor, manana o pasado
Cuando Annick Sausotte salia a toda prisa de detras del mostrador de recepcion se escucho un zumbido. Aimee se detuvo en el mostrador y estudio con atencion el registro de visitantes
– Solange, alguien ha traido un paquete al area de recepcion-dijo Aimee-. Vete a recogerlo y ya pulso yo el abridor
Solange cogio su llavero mientras los pasos de Annick resonaban en el vestibulo de marmol
– Voy al servicio y luego saldre con la directora- dijo Aimee
Solange dudo un momento. Del interfono les llego el tono agudo de una voz-. Transportes Frexpresse. ?Necesito una firma!
Solange le dirigio un signo de asentimiento con la cabeza y desaparecio por la puerta trasera. Aimee escucho el chasquido de la puerta principal al cerrarse y echo un rapido vistazo a los sistemas de seguridad. Los monitores mostraban a Annick Sausotte dirigiendose a grandes zancadas hacia la estrecha calle y a Solange firmando algo sobre una carpeta, entregandoselo a un chofer uniformado y girandose en direccion a la camara. A partir de ahi, Aimee ya no la podia ver.
Abrio cajones hasta que encontro el que contenia las tarjetas de identificacion de plastico. Debajo de ellas habia varias llaves maestras y Aimee las cogio todas y las metio en el bolsillo. Cruzo la puerta entreabierta del despacho de Annick Sausotte. Se imaginaba que podia quedarse en el despacho hasta la hora de cerrar, lo cual seria dentro de unos diez minutos. Aimee no habia hecho mas que desprenderse de los dolorosos zapatos de tacon y se habia acomodado en el sillon tubular cuando escucho la voz de Solange
– ?Te has olvidado de algo, Annick?-dijo
– Aimee miro a su alrededor y vio un abultado maletin sobre la mesa de Annick. Se dio cuenta de que no habia un armario, y el escritorio no ofrecia proteccion alguna. El unico mueble restante, un armario antiguo lacado en negro, era una delicada pieza de tres patas. Lo abrio y lo encontro lleno de fragil porcelana
No habia donde esconderse
Escucho la voz de Annick y un telefono que sonaba
– Esta sobre mi mesa. Ya contesto yo el telefono
Aimee echo mano de los zapatos de tacon y se oculto tras la puerta, pegada a la pared. Mientras Solange se acercaba a la mesa, Aimee tiro suavemtne de la puerta y se cubrio con ella casi por completo.
Solange habia recogido el maletin y se habia dado la vuelta para salir cuando Annick hab{o
– Solange, busca los recorte de prensa sobre el monumento a la deportacion, ?de acuerdo? Esta en el segundo o tercer cajon del escritorio
No podia ver a Solange, pero rezo para que lo encontrara. Y rapido. Le picaba la nariz. Desgraciadamente, con las manos estaba sujetando los zapatos, y no podia taparse la nariz sin golpear la puerta a un tiempo
Escucho el ruido que hacia Solange al rebuscar en el escritorio y remover papeles
– No lo encuentro. ?En que cajon?
Trato de apretar la nariz contra la puerta para evitar el estornudo, pero eso solo consiguio abrirla algo mas. Estaba a punto de explotar cuando oyo a Annick gritar.
– Lo he encontrado
Solange salio de la habitacion y cerro la puerta de golpe tras ella. Al mismo tiempo, Aimee dejo caer los zapatos sobre la alfombra y amortiguo su estornudo con las dos manos lo mejor que pudo. Desde detras de la puerta cerrada le llegaba el sonido de conversaciones en voz baja y luego el silencio. Mientras volvia a ponerse los zapatos, marco el numero de Leah en la fabrica de botones
– Leah, ?que tal Sarah?
Leah contesto en voz baja y complice
– La ultima vez que lo he comprobado, bien
– ?Hace cuanto tiempo que lo has comprobado, Leah?-pregunto Aimee-. Nuestra invitada es de las que pertenece a la variedad nerviosa. Probablemente le vendria bien tener compania
– He ido a ver hace unas pocas horas-dijo leah-. Voy a cerrar, asi que ahora miro. Tengo en el horno un souflee de Gruyere con salsa de alcaparras…
Aimee se dio cuenta de que no habia comido nada durante el dia
– Suena estupendo. Estare ocupada un rato, asi que por favor tranquilizala. Volvere a llamarte
La fundacion de Soli Hecht en el quinto piso se encontraba en lo que habia venido a llamarse de manera poetica durante el siglo anterior una buhardilla. La placa de bronce en el exterior de su despacho afirmaba que ahi habia muerto Chopin, arruinado, tisico y con atrasos en el pago del alquiler. Ahora consistia en estancias blanqueadas con aleros oblicuos y ventanas rectangulares. Aglomerado de color blanco rodeaba la oficina proporcionando asi un mostrador continuo y espacio para estanterias. Varios ordenadores estaban situados junto a una fotocopiadora de ultimo modelo y el espacio restante lo ocupaban archivadores de metal blanco.
La primera impresion de antisepsia la estropeaba la fotografia que cubria una pared entera. El pie de un nino pequeno colgaba de un horno crematorio cerca de montones de cenizas y sonrientes oficiales de la Gestapo daban golpecitos con sus fustas. Letras en negrita colocadas debajo decian: “No olvidar nunca…”
A Aimee se le revolvio el estomago, pero se obligo a quedarse ahi. Se sento frente al ordenador mas cercano. Apoyo la cabeza contra la pantalla, pero la foto no acababa de disiparse. ?Y ese piececito? ?Y la madre que lo habia lavado, el padre que le habia hecho cosquillas, la abuela que habia tejido calcetines para el o el abuelo que lo habia subido en sus hombros? Probablemente ninguno estaba ya. Generaciones perdidas. Solo quedaban los fantasmas
Aimee penso que Soli Hecht se recordaba a si mismo el por que de su trabajo ahi. Como si necesitara motivacion, siendo como era, el mismo un superviviente de Treblinka. Comenzo a golpear las teclas y a jugar con posibles contrasenas para acceder al disco duro de Soli. Considero la posibilidad del “efecto atico”, que todos los datos que se almacenan sobreviven en el disco duro. Un usuario, como Hecht, pensaria que habia eliminado informacion al borrarla. Pero nada se eliminaba del todo. Todos los codigos escritos se redirigian a traves del
