Y ahora olas furiosas, que pronto se convierten en una elevacion larga y amenazadora. El mar, tal vez; pero me parecio que no se podia llegar al mar caminando corriente arriba hacia el nacimiento del rio.

Una vara, una silla, una multitud de torres, y comence a pensar que los poderes oraculares de la Fuente, en los que nunca habia creido mucho, eran completamente falsos. Me volvi para irme, pero vislumbre entonces una estrella de muchas puntas que se hacia mas y mas grande.

Desde que regrese a la Casa Absoluta, he vuelto a visitar dos veces la Fuente Profetica. En una ocasion vine al despuntar la manana, acercandome a ella por la misma puerta de la primera vez. Pero no he vuelto a atreverme a hacerle preguntas.

Mis servidores, que confiesan sin excepcion que han echado oricretas en la fuente cuando el jardin estaba libre de huespedes, me dicen sin excepcion que no han recibido ninguna profecia verdadera a cambio del dinero. No obstante, no podria asegurarlo, pues me acuerdo del hombre verde, que alejaba a las visitas hablandoles del futuro. ?No puede ser que estos servidores mios, al no ver otra cosa que un porvenir de bandejas y de escobas y de campanillas, lo rechacen de plano? Tambien he preguntado a mis ministros, que sin duda echan alli punados de crisos, pero en sus respuestas dudosas hay de todo.

Realmente me resultaba dificil dar la espalda a la fuente y a sus adorables y cripticos mensajes y caminar hacia el viejo sol. Parecia enorme, como la cara de un gigante y rojo oscuro, mientras el horizonte descendia. Los alamos del recinto se alzaban recortados en la luz, haciendome pensar en la figura de la Noche encima del kan sobre esta orilla occidental del Gyoll, que tan a menudo habia visto con el sol detras al final de una de nuestras excursiones de bano.

Sin darme cuenta de que ya me encontraba muy dentro de los limites de la Casa Absoluta y bien lejos de las patrullas que recorrian la periferia, temia que pudieran detenerme en cualquier momento y quiza devolverme a la antecamara, cuya puerta secreta —estaba seguro— ya habria sido descubierta y clausurada. No ocurrio nada de eso. Hasta donde mi vista alcanzaba, nadie se movia en leguas y leguas de setos y cesped aterciopelado, flores y aguas cantarinas, excepto yo mismo. Junto al camino brotaban lirios mucho mas altos que yo, cuyas caras estrelladas estaban salpicadas de rocio; la superficie perfecta del camino solo dejaba detras de mi las marcas de mis propios pies. Los ruisenores cantaban todavia, unos libres y otros suspendidos de las ramas de los arboles en jaulas doradas.

Una vez vi delante de mi, con algo del viejo sentimiento de horror, a una de las estatuas errantes. Como un hombre colosal (aunque no se trataba de un hombre), demasiado gracil y demasiado lento para ser humano, vino atravesando una pequena y escondida extension de cesped como moviendose al compas de algun extrano e inaudible himno procesional. Confieso que me aparte hasta que hubo pasado, preguntandome si me podria sentir de pie en la sombra, donde yo estaba, y si le importaria que estuviera asi.

Cuando habia perdido las esperanzas de encontrar la Puerta de los Arboles, la vi de pronto. No era posible confundirla. Igual que los pequenos jardineros disponen los perales en espaldera, asi los jardineros superiores de la Casa Absoluta, que tardan generaciones en completar el trabajo, habian moldeado las enormes ramas de los robles hasta ajustarlas todas a una inspiracion completamente arquitectonica, y yo, caminando sobre los techos del mas grande de los palacios de Urth, sin ni siquiera una piedra a la vista, vi a un lado levantarse esa enorme y verde via de acceso construida de madera viviente como si fuera obra de albanileria.

Entonces corri.

XXII — Personificaciones

Atravese corriendo el ancho arco de la Puerta de los Arboles, que goteaba sobre el camino, y sali a una amplia extension de cesped ahora sembrada de tiendas. En algun lugar un megaterio rugio y sacudio la cadena que lo retenia. No parecia haber otro sonido. Me detuve a escuchar, y el megaterio, al que ya no perturbaban mis pasos, volvio a caer en el sueno como de muerte que es propio de su especie. Yo oia el rocio que caia de las hojas, y tambien el tenue e interrumpido gorjeo de los pajaros.

Habia tambien algo mas. Un tenue zis, zas, rapido e irregular, que se hizo mas alto mientras lo escuchaba. Comence a abrirme paso por entre las tiendas silenciosas, guiandome por el sonido. No obstante, tuve que haberme equivocado, pues el doctor Talos me vio antes que yo a el.

—?Amigo y socio mio! Todos estan dormidos, tu Dorcas y los demas. Todos menos tu y yo. ?Ven aqui!

Movia una vara mientras hablaba; el zis, zas era el sonido de los golpes con que descabezaba las flores.

—Te has reunido con nosotros justo a tiempo. ?Justo a tiempo! Actuamos esta noche, y me hubiera visto obligado a contratar a uno de estos tipos para que interpretara tu papel. ?Me alegra mucho verte! Te debo algun dinero, ?lo recuerdas? No mucho, y, entre tu y yo, creo que es una deuda ilegal. Pero de todas maneras te lo debo, y siempre pago.

—Me temo que no lo recuerdo —dije—, asi que no puede ser mucho. Si Dorcas se encuentra bien, estoy dispuesto a olvidarlo, siempre que me des de comer y me indiques donde puedo dormir durante un par de guardias.

La afilada nariz del doctor se inclino por un instante indicando que lo lamentaba.

—Puedes dormir cuanto quieras hasta que los otros te despierten. Pero me temo que no tenemos comida. Como sabes, Calveros consume como el fuego. El encargado del tiaso ha prometido traernos algo para todos nosotros. —Indico vagamente con su vara la irregular ciudad de tiendas.— Pero me temo que eso no sera al menos hasta media manana.

—Tal vez me de lo mismo. Estoy demasiado cansado para comer, de modo que si me indicas donde me puedo echar…

—?Que tienes en la cabeza? No importa, lo disimularemos maquillandote. Por aqui. — Y aligero el paso, adelantandose. Lo segui por un laberinto de cuerdas de tiendas hasta la cupula de un heliotropo. A la puerta estaba la carreta de Calveros, y por fin estuve seguro de que habia vuelto a encontrar a Dorcas.

Cuando desperte, fue como si nunca nos hubieramos separado. Dorcas tenia aun el mismo delicado encanto. El resplandor de Jolenta lo ensombrecia como siempre, pero, cuando los tres estabamos juntos, me hacia desear que nos dejara, para que yo pudiera mirar a Dorcas. Lleve a Calveros aparte, aproximadamente una hora despues de que todos nos hubieramos despertado, y le pregunte por que me habia dejado en el bosque pasada la Puerta de la Piedad.

—Yo no estaba contigo —dijo con lentitud—. Estaba con mi doctor Talos.

—Y tambien yo. Podiamos haberlo buscado juntos y habernos ayudado mutuamente.

Hubo una prolongada duda; me parecio sentir el peso de aquellos ojos apagados en mi cara, y llegue a pensar lo terrible que seria si Calveros tuviera energia y voluntad para encolerizarse. Por fin dijo: —?Estabas con nosotros cuando dejamos la ciudad?

—Por supuesto. Dorcas, Jolenta y yo estabamos con vosotros.

Otra duda.

—Asi pues, os encontramos alli.

—Si. ?No lo recuerdas?

Meneo la cabeza con lentitud, y observe unos toques gris en la tosca cabellera negra.

—Una manana desperte y te vi alli. Yo estaba pensando. Me dejaste pronto.

—Entonces las circunstancias eran distintas; habiamos convenido en volver a encontrarnos. —(Senti una punzada de culpa al recordar que nunca tuve la intencion de cumplir esa promesa.)

—Ya nos hemos vuelto a encontrar —farfullo Calveros, y despues, viendo que la respuesta no me satisfacia, anadio—: Para mi, aqui lo unico real es el doctor Talos.

—Tu lealtad es digna de alabanza, pero podias haber recordado que el deseaba tenerme a mi tanto como a ti. —Veia que era imposible enfadarse con este apagado y amable gigante.

—Ganaremos dinero aqui en el sur, y despues volveremos a construir, como lo hemos hecho antes, cuando hayan olvidado.

—Estamos en el norte. Pero es verdad que tu casa fue destruida, ?no es asi?

Вы читаете La Garra del Conciliador
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×