—Desde luego —dijo Haviland Tuf.

El dia y la noche carecian de significado a bordo de una nave espacial, pero los viejos ritmos del cuerpo humano seguian con sus eternas exigencias y la tecnologia no habia tenido mas remedio que amoldarse a ellas. Por ello la Cornucopia, como todas las naves espaciales, con excepcion de las enormes naves de guerra que contaban con tres turnos de tripulacion y los cruceros de lujo de las transcorp, tenia un ciclo de sueno, un periodo de oscuridad y de silencio.

Rica Danwstar se puso en pie y comprobo su aguijon siguiendo lo que ya era una costumbre. Celise Waan roncaba ruidosamente; Jefri Lion se agitaba en su lecho, ganando batallas dentro de los confines de su cerebro, y Kaj Nevis vagaba por entre suenos de riqueza y de poder. El cibertec tambien dormia, aunque el suyo era un sueno mas profundo que el de los demas. Para escapar al aburrimiento del viaje, Anittas se habia instalado en un catre, se habia conectado al computador de la nave y luego se habia apagado. Su mitad cibernetica se encargaba de controlar y vigilar a su mitad biologica: su respiracion era tan lenta como el avance de un glaciar e igualmente monotona, en tanto que su temperatura corporal habia bajado y su consumo energetico se habia reducido practicamente a cero. Pero los sensores de metal plateado que le servian de ojos de vez en cuando parecian moverse levemente, como si estuvieran siguiendo el rastro de alguna imagen invisible para los demas.

Rica Danwstar avanzo silenciosamente por la habitacion. Haviland Tuf estaba solo en la camara de los controles. Su regazo estaba ocupado por el gato de pelo grisaceo y sus manos, palidas y enormes, se movian sobre las teclas del computador. Desorden, la gata blanca y negra de menor tamano, jugaba a sus pies. Rica habia cogido un lapiz luminoso y dirigia el haz hacia el suelo, moviendolo de un lado a otro. Tuf no la habia oido entrar, porque nadie oia nunca moverse a Rica Danwstar si ella no lo queria.

—Aun levantado… —dijo ella desde la puerta, apoyandose en el umbral.

Tuf hizo girar su asiento y la contemplo con expresion impasible.

—Una deduccion realmente extraordinaria —dijo—. Aqui estoy yo, activo y atareado, atendiendo a las constantes demandas de mi nave y, gracias al testimonio de ojos y oidos, es posible saltar, de modo fulgurante, a la conclusion de que no estoy dormido todavia. Unos poderes de razonamiento que me dejan atonito.

Rica Danwstar entro en la sala de controles y se tendio en el catre de Tuf, que aun permanecia intacto despues del ultimo ciclo nocturno.

—Yo tambien estoy despierta —dijo sonriendo.

—Apenas si puedo creerlo —le contesto Haviland Tuf.

—Pues sera mejor que lo creas —dijo Rica—. No duermo demasiado, Tuf, solo dos o tres horas cada noche. En mi profesion es algo muy util.

—Sin duda —dijo Tuf.

—Claro que, a bordo de una nave espacial, es mas bien un inconveniente. Me aburro, Tuf.

—?Una partida, quiza? Rica sonrio.

—Quiza, pero de un juego distinto.

—Siempre estoy dispuesto a conocer un nuevo juego.

—Bien. Entonces, juguemos a las conspiraciones.

—No estoy familiarizado con sus reglas.

—Oh, son de lo mas sencillo…

—Ya. Quiza tenga la amabilidad de extenderse un poco mas al respecto…

El rostro de Tuf seguia tan inmutable como cuando Rica entro en la habitacion.

—Nunca habrias podido ganar esta ultima partida, si Waan me hubiera apoyado en el instante en que se lo pedi —le dijo Rica con voz despreocupada—. Tuf, las alianzas pueden ser provechosas para todas las partes implicadas. A bordo de esta nave los unicos que no tenemos aliados somos tu y yo: a los dos se nos paga un sueldo y si Lion esta en lo cierto respecto a la estrella de la plaga, los demas se repartiran un tesoro tan vasto que resulta casi imposible de concebir, en tanto que nosotros dos solo recibiremos nuestros sueldos. Eso no me parece muy justo.

—La equidad suele resultar muy dificil de precisar y normalmente es aun mas dificil de lograr —dijo Haviland Tuf—. Quizas albergue el deseo de que mi compensacion sea mas generosa pero, sin duda, muchos en mi lugar se quejarian de lo mismo. Pese a todo, mi sueldo fue negociado y aceptado en su momento.

—Las negociaciones siempre pueden reanudarse —le sugirio Rica Danwstar—. Nos necesitan. A los dos. Se me ha ocurrido que trabajando juntos quiza pudieramos… bueno… insistir en unos terminos mejores. Digamos que una parte completa de un reparto a seis bandas. ?Que piensas de ello?

—Una idea intrigante en favor de la cual hay muchos argumentos —dijo Tuf—. Algunos podrian arriesgarse a sugerir que no resulta demasiado etica, cierto, pero quienes gozan de una autentica sofisticacion intelectual siempre poseen una notable flexibilidad etica.

Rica Danwstar estudio durante un momento el palido e inexpresivo rostro de Tuf y sonrio.

—No te gusta, ?verdad, Tuf? En el fondo siempre juegas siguiendo las reglas.

—Las reglas son la esencia y el corazon de los juegos, si quiere decirlo asi. Le otorgan estructura y significado a nuestras pequenas competiciones.

—A veces es mas divertido tirar el tablero al suelo de una patada —dijo Rica Danwstar—, y tambien puede resultar mas efectivo.

Tuf formo un puente con sus manos ante la cara. —Aunque no me sienta demasiado satisfecho con mi escasa paga, he de cumplir mi contrato con Kaj Nevis. No deseo que en el futuro pueda hablar mal de mi o de la Cornucopia de Mercancias Excelentes a Bajos Precios.

Rica se rio. —Oh, Tuf, dudo que piense hablar mal de ti. De hecho, dudo que te nombre, ya sea para bien o para mal, una vez hayas cumplido tu funcion y sea posible prescindir de ti. —Le gusto ver que sus palabras habian hecho pestanear a Tuf.

—Ya veo —dijo Tuf.

—?Y no sientes ninguna curiosidad al respecto? ?No te interesa saber adonde vamos? ?No quieres conocer la razon por la que Lion y Waan han mantenido en secreto el destino final, hasta encontrarnos todos a bordo? ?O la causa de que Lion contratara una guardaespaldas?

Haviland Tuf acaricio lentamente el largo pelaje de Champinon, pero sus ojos no se apartaron ni un segundo del rostro de Rica.

—La curiosidad es mi gran vicio. Me temo que se ha dado cuenta de ello y ahora busca explotar mi debilidad.

—La curiosidad mato al gato —dijo Rica.

—Una idea de lo mas desagradable, pero que me parece tambien muy improbable teniendo en cuenta la situacion —comento Tuf.

—Pero la satisfaccion le hizo resucitar —anadio Rica—. Lion sabe que estamos metidos en un asunto de enormes dimensiones y altamente peligroso. Para conseguir sus fines necesitaban a Nevis o a una persona como el. Ya habian decidido un reparto entre cuatro, pero Nevis tiene el tipo de reputacion que te hace dudar sobre si va a conformarse con ese reparto. Esa es la razon de mi presencia aqui: debo ocuparme de que quede satisfecho con ello. —Rica se encogio de hombros y paso los dedos por la funda de su aguijon—. Ademas, constituyo un seguro de vida contra cualquier otro tipo de complicaciones que pueden presentarse.

—?Puedo permitirme indicar que esa misma presencia representa una complicacion adicional?

Rica sonrio lugubremente. —Indicaselo a Lion —le dijo, poniendose en pie y desperezandose—. y piensa en todo eso, Tuf. Tal y como yo veo las cosas, Nevis te ha subestimado. Pero tu no debes subestimarle, y a mi tampoco. Nunca, nunca me subestimes. Quiza llegue un momento en el que desees contar con un aliado y puede que ese momento llegue mas pronto de lo que piensas.

Cuando faltaban tres dias para la llegada, Celise Waan se quejo nuevamente de la comida. Tuf les habia servido una bruhaha de vegetales picantes al estilo de Halagreen: el plato resultaba exotico y sabroso, pero ya era la sexta vez que aparecia en la mesa durante el viaje. La antropologa esparcio los vegetales por todo el plato, con una mueca de repugnancia, y dijo:

—?Por que no podemos comer un poco de comida autentica?

Tuf, en silencio, pincho habilmente un gran hongo con su tenedor y lo alzo hasta tenerlo delante de la cara. Lo estuvo contemplando durante unos instantes, inclino la cabeza a un lado para contemplarlo desde otro angulo, lo hizo girar examinandolo atentamente y por ultimo lo toco con la punta del dedo.

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