cronobucle!, pensad en lo que significa.

Kaj Nevis lanzo un grunido.

—?Han pasado mil malditos anos y piensas decirme que siguen vivos? ?Como demonios se supone que vamos a entendernoslas con ellos?

La imagen de la pantalla vacilo como si estuviera a punto de esfumarse y luego se aclaro de nuevo mostrando al mismo hombre de antes, con el uniforme de los Imperiales de la Tierra.

—Aqui el Arca. Su ID no esta en el codigo adecuado. Estan avanzando en nuestra esfera defensiva. Identifiquense o se abrira fuego contra ustedes. Esta es nuestra segunda advertencia.

—?Senor, debo protestar por ello! —dijo Haviland Tuf—. No llevamos armas y carecemos de proteccion. Nuestras intenciones no son ofensivas ni peligrosas. Somos pacificos comerciantes, simples estudiosos de la misma raza que usted: la humana. Nuestras intenciones no son hostiles y, lo que es mas, no tenemos a nuestro alcance medio alguno para causarle dano a un navio tan formidable como su Arca. ?Debemos ser recibidos con beligerancia?

La pantalla vacilo por segunda vez y volvio a estabilizarse.

—Aqui el Arca. Han penetrado en nuestra esfera defensiva. Identifiquense de inmediato o seran destruidos. Esta es nuestra tercera y ultima advertencia.

—Grabaciones —dijo Kaj Nevis con voz casi entusiasta—. ?Eso es! Nada de hibernacion, ningun condenado campo de extasis temporal. Ahi dentro no hay nadie. Un ordenador esta emitiendo grabaciones para nosotros.

—Me temo que eso es lo correcto —dijo Haviland Tuf—. Pero se plantea una pregunta: si el computador esta programado para dirigir mensajes ya grabados, a las naves que se le aproximen, ?que otra cosa puede estar programado para hacer?

Jefri Lion le interrumpio. —?Los codigos! —dijo—. ?En mis archivos tengo un monton de codigos y secuencias de identificacion del Imperio Federal recogidas en cristales! Ire a por ellos.

—Un plan excelente —dijo Haviland Tuf—, pero en el hay una deficiencia de lo mas obvio, la cual consiste en el tiempo que sera necesario para localizar y poder usar luego esos cristales en codigo. Si hubiera sido posible disponer del tiempo necesario para ponerla en practica, habria aplaudido dicha sugerencia pero, ?ay!, me temo que sera imposible. El Arca nos ha disparado hace un instante —Haviland Tuf se inclino sobre los controles—. Voy a hacer que entremos en hiperimpulso —anuncio, pero, justo cuando sus largos y palidos dedos tocaban ya las teclas, toda la Cornucopia temblo violentamente. Celise Waan cayo al suelo lanzando un alarido; Jefri Lion tropezo con Anittas e incluso Rica Danwstar se vio obligada a cogerse al asiento de Tuf para no perder el equilibrio. Entonces todas las luces se apagaron y en la oscuridad se oyo la voz de Haviland Tuf—. Me temo que hable demasiado pronto —dijo—, o quiza, siendo mas preciso, que actue demasiado tarde.

Por un instante que parecio interminable se encontraron sumidos en el silencio y en la oscuridad, llenos de terror, esperando el segundo disparo que significaria el final para todos ellos.

Y entonces, gradualmente, la oscuridad parecio hacerse algo menos densa. En las consolas que les rodeaban fueron apareciendo debiles luces, como si los instrumentos de la Cornucopia despertaran a una vacilante semivida.

—No estamos totalmente inutilizados —proclamo Haviland Tuf desde su asiento, con el cuerpo rigido como un palo. Sus enormes manos parecian cubrir todas las teclas del ordenador al mismo tiempo—. Voy a conseguir un informe de averias y quizas aun nos resulte posible retirarnos de aqui.

Celise Waan empezo entonces a emitir un sollozo histerico, leve al principio pero que fue progresivamente agudizandose hasta lo insoportable. Seguia caida en el suelo y no hacia intentos de levantarse. Kaj Nevis se volvio hacia ella.

—?Callate ya, maldita vaca! —le dijo secamente, dandole una patada. El sollozo se convirtio en un gimoteo apagado—. Si nos quedamos aqui inmoviles vamos a ser muy pronto un buen monton de carne muerta —dijo Nevis en voz alta y dominante—. El proximo disparo nos hara pedacitos. ?Maldita sea, Tuf, mueve este trasto!

—Nuestro movimiento no ha variado en lo mas minimo —le replico Tuf—. El disparo que nos acerto no tuvo por efecto eliminar la velocidad de nuestro avance, pero nos ha desviado un tanto de la trayectoria previa que seguiamos con rumbo al Arca —Tuf se inclino sobre los controles estudiando los diagramas de un verde claro que se unian y separaban en una de las pantallas pequenas—. Temo que mi nave ha sufrido ciertos danos. No resultaria demasiado aconsejable entrar ahora en hiperimpulso, dado que la tension nos reduciria indudablemente a fragmentos. Nuestros sistemas de apoyo vital han sufrido tambien danos y los calculos indican que se nos acabara el oxigeno aproximadamente dentro de nueve horas.

Kaj Nevis lanzo una maldicion y Celise Waan empezo a golpear la cubierta con los punos.

—Puedo conservar un poco el oxigeno, desconectandome otra vez —dijo en tono dubitativo Anittas, pero nadie le hizo caso.

—:Podriamos matar a los gatos —sugirio Celise Waan.

—?Podemos avanzar todavia? —pregunto Rica Danwstar.

—Los motores principales siguen en condiciones de funcionar —dijo Tuf—, pero sin poder conectar el hiperimpulso tardariamos aproximadamente dos anos de ShanDish para llegar tan solo a H’Ro Brana. Cuatro de nosotros pueden utilizar los trajes presurizados. Las unidades virales son capaces de regenerar el aire indefinidamente.

—Me niego a vivir dos anos en un traje presurizado —dijo Celise Waan sin demasiada conviccion.

—Estupendo —dijo Tuf—. Dado que solo tengo cuatro trajes y nosotros somos seis tal decision resulta de gran ayuda. Senora, vuestro noble auto sacrificio sera recordado largo tiempo. Sin embargo, creo que antes de poner en ejecucion este plan deberiamos tomar en consideracion otra posibilidad.

—?De que se trata? —dijo Nevis.

Tuf hizo girar su asiento y les contemplo durante unos instantes en la penumbra de la sala de control.

—Debemos mantener la esperanza de que los cristales de Jefri Lion contengan realmente el codigo de acceso adecuado y que ello nos permita abordar el Arca sin convertirnos en el blanco de su viejo armamento.

—?Los cristales! —dijo Lion. Resultaba bastante dificil distinguirle ya que su traje de camuflaje, sometido a la oscuridad, se habia vuelto de un negro total—. ?Ire a por ellos! —Y salio corriendo de la sala de control con rumbo a su camarote.

Champinon entro sin hacer ningun ruido en la sala y, de un salto, se acomodo en el regazo de Tuf. Este empezo a pasarle la mano por el lomo y el gato se puso a ronronear ruidosamente. De un modo inexplicable, el sonido resultaba casi tranquilizador. Quiza, despues de todo, aun tuvieran una oportunidad.

Pero Jefri Lion llevaba demasiado tiempo fuera de la sala de control.

Cuando por fin le oyeron volver, el sonido de sus pasos parecia cansino y derrotado.

—?Y bien? —dijo Nevis—, ?Donde estan?

—No estan —dijo Lion—. He mirado por todas partes y no estan. Habria jurado que los tenia a bordo. ?Mis archivos! Kaj, te juro que tenia la intencion de cogerlos. No podia traerlo todo conmigo, claro esta, pero duplique casi todas las grabaciones importantes y todo lo que pense que podia resultar util: el material sobre la guerra y el CIE, algunas leyendas del sector. La maleta gris, ya sabes a cual me refiero. Dentro estaba mi pequeno ordenador y mas de treinta cristales. ?Recuerdas que la noche anterior estuve repasando unos cuantos antes de dormir? Estaba examinando el material sobre las sembradoras, al menos lo poco que sabemos de ellas, y entonces me dijiste que no te dejaba dormir. Se que tenia un cristal entero lleno de viejos codigos y tenia la intencion de traerlo en este viaje. Pero no esta. —Se acerco a ellos y pudieron ver que en sus manos sostenia el ordenador casi como una ofrenda—. Lo estuve repasando todo cuatro veces y tambien mire todos los cristales que tenia sobre la cama, en la mesa, en todas partes. Pero no esta aqui. Lo siento. A menos que… a menos que alguien lo haya cogido — Jefri Lion les miro pero nadie dijo nada—. Debo haberlos olvidado en ShanDellor —anadio—. Nos tuvimos que marchar tan de prisa que…

—?Viejo estupido! ?Idiota senil! —dijo Kaj Nevis—. Tendria que matarte ahora mismo y ahorrar de ese modo un poco de aire para los demas.

—?Estamos muertos! —gimoteo Celise Waan—. ?Muertos!, ?muertos!, ?muertos!

—Senora —le replico Haviland Tuf acariciando todavia a Champinon—, sigue usted pecando de precipitada en sus palabras. No esta usted mas muerta ahora de lo que se aproximaba a la riqueza hace un rato.

Nevis se volvio hacia el.

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