instantes en lo que represento su descubrimiento para ellos. Cada vez que un miembro de la raza era sumergido en agua hirviente todos compartian sus sensaciones. Para los sonadores fue como si de pronto hubiera evolucionado un predador tan terrible como nuevo, surgiendo de la nada, en un lugar que a ellos les interesaba muy poco. El continente. No tenian ni la menor idea de que pudieran ser inteligentes, ya que no podian concebir una inteligencia capaz de comunicarse por telepatia, del mismo modo que a ustedes les resultaba inconcebible una inteligencia ciega, sorda, inmovil y comestible. Para ellos, las cosas que se movian y que eran capaces de manipular los objetos, alimentandose de carne, eran meros animales y no podian ser otra cosa.

»El resto ya lo saben o pueden imaginarselo. Los sonadores son una raza lenta, perdida en sus inmensas canciones y su respuesta fue igualmente lenta. Primero se limitaron a ignorarles, creyendo que el ecosistema se encargaria de poner coto a sus rapinas. Pero no sucedio asi y pronto les parecio que estos nuevos depredadores carecian de enemigos naturales. Se reproducian de un modo constante y veloz y muchos millares de mentes de la raza cayeron en el silencio. Finalmente tuvieron que volver a los saberes casi olvidados de su lejano pasado y despertaron para protegerse a si mismos. Aceleraron la reproduccion de sus guardianes, hasta que encima de sus lechos marinos hubo autenticos enjambres de sus protectores, pero esos seres, que en el pasado tan admirablemente se habian bastado para defenderles de sus enemigos, no era un rival adecuado para ustedes. y de ese modo no les quedo mas remedio que tomar nuevas medidas. Sus mentes dejaron a un lado la gran sinfonia y, formando un todo, examinaron la situacion y la comprendieron. Despues empezaron a crear nuevos guardianes, guardianes lo bastante temibles como para protegerles de esta nueva y terrible nemesis. Asi empezo todo. Cuando el Arca llego a su planeta, Kefira Qay me obligo a desencadenar sobre su pacifico dominio una multitud de nuevas amenazas y los sonadores se vieron obligados a retroceder. Pero la lucha les habia hecho mas rapidos y su respuesta no tardo en llegar. En un corto lapso de tiempo empezaron a sonar nuevos guardianes y los enviaron al combate contra las criaturas que yo habia dejado sueltas en Namor. Incluso ahora, cuando les estoy hablando en esta imponente torre del Consejo, una terrible multitud de nuevas especies se agita bajo los oceanos y no tardaran en turbar su descanso durante los anos venideros. A no ser, naturalmente, que se firme la paz. Esa decision es totalmente suya. Yo no soy mas que un humilde ingeniero ecologico y no se me ocurriria, ni en suenos, imponerles una cosa u otra. Sin embargo, esa es mi sugerencia, y la hago con todo el fervor y la conviccion de que soy capaz. Aqui tienen al embajador que yo personalmente he sacado del mar y bien podria anadir que al precio de bastantes incomodidades. Los sonadores se encuentran ahora mas bien inquietos, pues cuando sintieron a Dax entre ellos, mediante su mente, entraron en contacto con la mia, su universo se hizo repentinamente un millon de veces mas grande. Hoy mismo han descubierto las estrellas y, aun mas, que no se encuentran solos en el cosmos.

Creo que se mostraran razonables, dado que la tierra no les sirve de nada y el pescado no les parece un alimento digno de tal nombre, con Dax y conmigo aqui presentes, ?Podemos empezar la conferencia?

Pero cuando Haviland Tuf se callo hubo un largo intervalo de silencio. Los jefes de Guardianes permanecian inmoviles, con el rostro livido y aturdido. Uno a uno fueron desviando la mirada de los impasibles rasgos de Tuf y acabaron posandola en el caparazon fangoso, en el ser que reposaba sobre la mesa.

Y, finalmente, Kefira Qay logro hablar. —?Que quieren? —pregunto con voz temblorosa. —Principalmente —dijo Haviland Tuf—, quieren dejar de ser considerados como alimento, lo cual me parece una proposicion francamente muy comprensible. ?Que contestan a ello?

—Dos millones no es suficiente —dijo Haviland Tuf cierto tiempo despues, sentado en la sala de comunicaciones del Arca. Dax estaba tranquilamente instalado en su regazo, aunque le faltaba la acostumbrada y frenetica energia de los demas gatitos. En un rincon de la estancia, Sospecha y Hostilidad se perseguian velozmente entre ellos.

En la pantalla los rasgos de Kefira Qay se torcieron en una mueca de suspicacia.

—?A que se refiere? Tuf, ese fue el precio que acordamos. Si esta intentando enganarnos…

—?Enganarles? —Tuf suspiro—. ?La has oido, Dax? Despues de todo lo que hemos hecho, se nos sigue agrediendo despreocupadamente con ese tipo de acusaciones desagradables. Si, desagradables e infundadas, por extrana que parezca esa palabra aplicada a mis acciones. —Miro nuevamente hacia la pantalla. Guardiana Qay, recuerdo perfectamente cual fue el precio acordado. Por dos millones de unidades base, me encargue de resolver sus dificultades. Analice, medite y acabe dando con la teoria capaz de proporcionarles el traductor que tan urgentemente necesitaban. He llegado al extremo de entregarles veinticinco gatos telepatas, cada uno conectado a uno de sus jefes de Guardianes, para facilitar las comunicaciones que deban tener lugar despues de mi marcha. Tambien ello se encuentra incluido en los terminos de nuestro acuerdo inicial, ya que resultaba necesario para resolver el problema. Y, dado que en el fondo de mi corazon soy mas bien un filantropo que un negociante, por no mencionar mi profunda comprension de los sentimientos humanos, incluso le he permitido que se quedara con Estupidez, dado que este llego a encarinarse de modo claramente exagerado con usted por razones que me resultan totalmente incomprensibles. Tampoco pienso exigir precio alguno por ello.

—Entonces, ?por que pide tres millones mas? —le pregunto Kefira Qay.

—Por un trabajo innecesario que me vi cruelmente obligado a realizar —replico Tuf—. ?Desea que le haga una descripcion mas detallada de dicho trabajo?

—Si, me gustaria mucho que me la hiciera —dijo ella. —Muy bien. Por los tiburones, las barracudas y los pulpos gigantes. Por las orcas, los kraken grises y los kraken azules; por el encaje sangriento y las medusas. Veinte mil unidades por cada uno. Por los peces fortaleza, cuarenta mil. Por la hierba-que-llora-y-susurra, ochenta… —y asi continuo durante un tiempo muy, muy largo.

Una vez hubo terminado Kefira Qay apreto los labios con firmeza y dijo:

—Sometere su factura al Consejo de los Guardianes. Pero puedo decirle ahora mismo que sus peticiones me parecen injustas y desorbitadas y que nuestra balanza comercial no es lo suficientemente buena como para permitir semejante salida de divisas fuertes. Puede esperar en orbita durante un centenar de anos, Tuf, pero no conseguira cinco millones.

Haviland Tuf alzo las manos en un ademan de rendicion.

—Ah… —dijo—. De modo que una vez mas, por culpa de mi natural confianza en los otros, debo sufrir una perdida… entonces, ?no recibire mi paga?

—Dos millones —dijo la Guardiana—. Tal y como fue acordado.

—Supongo que podia resignarme a esta decision, tan cruel como falta de etica, y aceptarla como una de las duras lecciones de la vida. Muy bien, asi sea. —Acaricio lentamente a Dax—. Se ha dicho una y otra vez que quienes no saben aprender de la historia estan condenados a repetirla y el unico culpable de este desdichado giro de los acontecimientos soy yo mismo. Vaya, pero si hace tan solo unos cuantos meses estuve contemplando un drama historico sobre una situacion analoga a la actual. En el drama se veia a una sembradora como la mia que libraba a un pequeno planeta de una molestisima plaga, solo para computar que el ingrato gobierno de dicho planeta se negaba a pagar. Si hubiera sido mas inteligente, eso me habria ensenado a exigir mi pago por adelantado. —Suspiro—. Pero no fui inteligente y por ello ahora debo sufrir las consecuencias —acaricio nuevamente a Dax y guardo silencio durante unos instantes—. Puede que a su Consejo de Guardianes le interese contemplar dicha cinta por razones de pura y simple distraccion. Se trata de un holograma totalmente dramatizado. La interpretacion es buena y ademas proporciona fascinantes perspectivas sobre el poder y las capacidades de una nave como esta. Me parecio altamente educativo. Su titulo es La sembradora de Hamelin.

Naturalmente, le pagaron.

4 — UNA SEGUNDA RACION

Era mas una costumbre que una aficion y, desde luego, no se trataba de algo adquirido deliberadamente o por pura malicia. Sin embargo, lo indudable era que Haviland Tuf no podia librarse ya de ese rasgo de su caracter. Coleccionaba naves espaciales.

Quizas hubiera resultado mas preciso decir que acumulaba naves espaciales. Lo innegable era que el sitio para ello no le faltaba. Cuando Tuf puso por primera vez el pie en el Arca encontro en su interior cinco lanzaderas negras con alas triangulares; el casco medio destrozado de un mercante de Rhiannon, con su tipico vientre

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