La Arena contenia el mayor de todos los pozos de juego. Se trataba realmente de un pozo. El suelo arenoso, donde tenia lugar el combate, se encontraba muy por debajo del nivel del suelo y estaba rodeado por muros de piedra que tendrian unos cuatro metros de altura. Mas alla de los muros empezaban los asientos y estos iban rodeando la arena, en niveles cada vez mas altos, hasta llegar a las puertas. Norn le dijo, con voz orgullosa, que habia sitio para treinta mil personas sentadas. Aunque Tuf noto que, en la parte superior, la visibilidad resultaria casi nula, en tanto que algunos asientos desaparecian tras grandes pilares de hierro. Dispersas por todo el edificio se veian garitas para apostar.
Herold Norn condujo a Tuf hasta los mejores asientos de la seccion correspondiente a Norn, con solo un parapeto de piedra separandoles del lugar para el combate, situado cuatro metros mas abajo. Aqui, los asientos no estaban hechos de madera y hierro, como en la parte mas elevada, sino que eran verdaderos tronos de cuero, tan grandes que incluso la considerable masa corporal de Tuf pudo encajar en ellos sin dificultad. Al sentarse, Tuf descubrio que los asientos no solo eran imponentes, sino tambien muy comodos.
—Cada uno de estos asientos ha sido recubierto con la piel de una bestia, que ha muerto noblemente ahi abajo —le dijo Herold Norn, una vez instalados.
Bajo ellos, una cuadrilla de hombres vestidos con monos azules estaba arrastrando hacia una portilla los despojos de un flaco animal cubierto de plumas.
—Un ave de combate de la Casa de la Colina de Wrai —le explico Norn—. El Maestre de Wrai lo envio para enfrentarse a un lagarto-leon de Varcour y la eleccion no ha resultado particularmente afortunada.
Haviland Tuf no le respondio. Estaba sentado con el cuerpo muy tieso y vestia un gaban de vinilo gris que le llegaba a los tobillos, con unas hombreras algo aparatosas. En la cabeza lucia una gorra de color verde en cuya visera brillaba la insignia dorada de los Ingenieros Ecologicos. Sus palidas y enormes manos reposaban entrelazadas sobre su enorme vientre, mientras Herold Norn hablaba y hablaba sin parar.
De pronto a su alrededor retumbo desde los amplificadores la voz del locutor de la Arena.
—Quinto combate —dijo—. De la Casa de Norn, un colmillos de hierro macho, dos anos de edad y 2,6 quintales de peso, entrenado por el Aspirante a Maestre Kers Norn. Es su primer combate en la Arena de Bronce —un instante despues se oyo un aspero rechinar metalico a sus pies y una criatura de pesadilla entro dando saltos en el pozo. El colmillos de hierro era un gigante peludo con los ojos hundidos en el craneo y una doble hilera de dientes, de los cuales goteaba un reguero de baba. Recordaba a un lobo que hubiera crecido mas alla de toda proporcion imaginable y al cual hubieran cruzado con un tigre dientes de sable. Tenia las piernas tan gruesas como un arbol mediano y su veloz gracia asesina solo era disimulada en parte por el pelaje negro azulado que no permitia ver bien sus enormes musculos en incesante movimiento. El colmillos de hierro gruno y la arena resono con el eco de su grunido. Grupos dispersos de espectadores empezaron a lanzar vitores. Herold Norn sonrio. — Kers es primo mio y uno de nuestros jovenes mas prometedores. Me ha contado que este animal puede hacer que nos sintamos orgullosos de el. Si, si, me gusta su aspecto, ?no le parece?
—Dado que visito por primera vez Lyronica y su Arena de Bronce, no puedo hacer comparaciones demasiado fundadas —dijo Tuf con voz atona.
El altavoz retumbo nuevamente —De la Casa de Arneth-en-el-Bosque-Dorado, un mono estrangulador, seis anos de edad y 3,1 quintales de peso, entrenado por el Maestre de Animales Danel Leigh Arneth. Veterano por tres veces de la Arena de Bronce y por tres veces superviviente en el combate.
En el otro extremo del pozo se abrio una portilla, pintada de escarlata y oro, y unos instantes despues la segunda bestia aparecio en la arena caminando erguida sobre dos gruesas patas y mirando todo lo que le rodeaba. El mono era de baja estatura, pero sus hombros eran de una anchura increible. Tenia el torso triangular y la cabeza en forma de bala, con los ojos apenas visibles bajo una gruesa prominencia osea. Sus brazos, musculosos y provistos de dos articulaciones, eran tan largos que rozaban la arena del pozo al andar. El animal carecia de vello con la excepcion de algunos mechones de un pelo rojo oscuro bajo los brazos. Su piel era de un blanco sucio. Y olia. Aun encontrandose al otro extremo del pozo, Haviland Tuf pudo distinguir el hedor almizclado que exhalaba.
—Esta sudando —le explico Norn. Danel Leigh lo ha hecho enloquecer de rabia antes de soltarlo en la arena. Debe comprender que su animal posee la ventaja de la experiencia y el mono estrangulador es una criatura salvaje. A diferencia de su primo, el feridian montanes, es por naturaleza un carnivoro y no le hace falta mucho entrenamiento. Pero el colmillos de hierro de Norn es mas joven, asi que el combate deberia resultar interesante —el Maestre de Animales de Norn se inclino hacia adelante, en tanto que Tuf permanecia tranquilo e inmovil.
El mono fue dando vueltas por la arena grunendo roncamente. El colmillos de hierro se dirigia ya hacia el, rugiendo, su silueta convertida en un confuso manchon negroazulado que lanzaba chorros de arena a cada lado de su veloz curso. El mono estrangulador le espero sin moverse, abriendo al maximo sus grandes brazos y Tuf distinguio confusamente como el enorme asesino de Norn salia despedido del suelo en un tremendo salto. Un instante despues los dos animales se convirtieron en una masa oscura, que rodaba sobre la arena en tanto que el aire se llenaba con una sinfonia de rugidos.
—El cuello —gritaba Norn—. ?Abrele el cuello! ?Abrele el cuello a mordiscos!
Los dos animales se apartaron el uno del otro con la misma velocidad con que se habian enzarzado. El colmillos de hierro empezo a moverse en lentos circulos y Tuf vio que una de sus patas delanteras estaba rota. Cojeaba, con solo tres miembros utiles, pero seguia moviendose alrededor de su enemigo. El mono estrangulador giraba constantemente para impedir que le cogiera por sorpresa. En su potente torso habia largas heridas sangrientas fruto de los sables del animal de Norn, pero el mono parecia muy poco afectado por ellas. Herold Norn habia empezado a murmurar en voz baja.
Cada vez mas impaciente a causa de la inactividad de los dos animales, el publico de la Arena de Bronce empezo a entonar un canto ritmico, una especie de pulsacion carente de palabras que fue subiendo de tono a medida que un mayor numero de voces nuevas se unian al coro. Tuf noto inmediatamente que el sonido afectaba a los animales. Empezaron a grunir y bufar, emitiendo salvajes rugidos que parecian gritos de batalla. El mono estrangulador se balanceaba alternativamente, primero sobre una pata y luego sobre otra, como en un baile macabro. Mientras, de las fauces del colmillos de hierro, fluia un torrente de baba sanguinolenta.
El cantico asesino subia y bajaba, haciendose cada vez mas poderoso hasta que la cupula parecio retumbar lentamente. Los animales enloquecieron. El colmillos de hierro se lanzo nuevamente a la carga y los largos brazos del mono se extendieron para recibir el feroz impacto de su salto. El golpe hizo caer al mono de espaldas, pero Tuf vio que los dientes del colmillos de hierro se habian cerrado sobre el vacio y que, en cambio, las manos del simio habian logrado apresar la garganta negroazulada. El colmillos de hierro se debatio locamente y los dos animales rodaron sobre la arena. Entonces se oyo un horrible chasquido y la criatura parecida a un lobo se convirtio en un flaccido amasijo de pieles, cuya cabeza colgaba grotescamente a un lado. Los espectadores interrumpieron su cantico y empezaron a silbar y aplaudir. Unos instantes despues la puerta escarlata y oro se abrio nuevamente y el mono estrangulador se fue por donde habia venido. Cuatro hombres vestidos con los colores de Norn se encargaron de llevarse el cadaver del colmillos de hierro.
Herold Norn parecia algo abatido.
—Otra derrota. Hablare con Kers. Su animal no supo encontrar la garganta.
—?Que se hara del cuerpo? —le pregunto Tuf.
—Lo despellejaran y luego lo haran pedazos —murmuro Herold Norn—. La Casa de Arneth utilizara su piel para tapizar un asiento en su parte de la arena. La carne sera repartida entre los mendigos que ahora estan lanzando vitores junto a su puerta. Las Grandes Casas siempre han sido caritativas.
—Ya veo —dijo Haviland Tuf, levantandose de su asiento con lenta dignidad—. Bien, ya he contemplado su Arena de Bronce.
—?Se marcha? —le pregunto Norn con ansiedad—. ?No debe irse tan pronto! Aun faltan cinco combates mas y en el siguiente un feridian gigante combatira contra un escorpion acuatico de la Isla de Amar.
—Solo deseaba ver, si todo lo que habia oido comentar sobre la afamada Arena de Bronce de Lyronica era cierto. Ya he visto que lo es y, por lo tanto, no hay necesidad de que permanezca mas tiempo aqui. No es necesario consumir todo el contenido de una botella para juzgar si la cosecha resulta agradable o no.
Herold Norn se puso en pie. —Bien —dijo—, entonces acompaneme a la Casa de Norn. Le ensenare los cubiles y los pozos de entrenamiento. ?Le daremos un banquete como jamas ha visto antes!
—No es necesario —dijo Haviland Tuf—. Habiendo visto ya su Arena de Bronce confio en mi imaginacion y