y condujo a su prisionero, por otro pasillo, hasta una estancia algo polvorienta, pero de aspecto comodo, que se encontraba atiborrada de muebles. Le indico con una sena a Kreen que tomara asiento y el hizo lo mismo, depositando a Dax en un tercer asiento ya que, una vez sentado, Tuf se habia convertido en una masa esferica carente de regazo.

—Y ahora —dijo Haviland Tuf—, hablaremos. Las vastas dimensiones de la nave de Tuf habian logrado amansar un tanto a Jaime Kreen, pero al oir esas palabras parecio recobrar el animo.

—No tenemos nada de que hablar —replico. —?Eso es lo que piensa? —dijo Haviland Tuf—. No estoy de acuerdo. No obre por un simple impulso generoso cuando le rescate de su ignominiosa prision. Me ha planteado un misterio, tal y como le hice notar a Dax, cuando nos ataco por primera vez. Los misterios me ponen nervioso. Deseo algunas aclaraciones al respecto.

El delgado rostro de Jaime Kreen adopto una expresion levemente calculadora.

—?Que razon tengo para ayudarle? Sus falsas acusaciones me llevaron a la carcel y ahora me ha comprado en calidad de esclavo. ?Ademas, me rompio los brazos! No le debo nada.

—Caballero —dijo Haviland Tuf, cruzando sus manazas sobre la inmensidad de su estomago—, ya hemos dejado claramente sentado el hecho de que me debe cuatrocientas unidades. Estoy dispuesto a ser razonable. Le hare preguntas y usted me dara respuestas. Por cada respuesta, deducira una unidad de la deuda que tiene para conmigo.

—?Una! Absurdo. No importa lo que desee saber. Sea lo que sea, ya vale mas que eso. ?Diez unidades por cada respuesta! ?Ni una pizca menos!

—Le aseguro —dijo Haviland Tuf—, que sea cual sea la informacion que posee lo mas probable es que no valga nada. Solo siento curiosidad. Soy un esclavo de tal emocion. Es un defecto que soy incapaz de corregir y del cual ahora se encuentra usted en posicion de sacar provecho. Pero no creo que deba intentar aprovechar excesivamente tal ventaja. Me niego a ser estafado. Dos unidades.

—Nueve —dijo Kreen. —Tres y no pienso subir mas el precio. Me estoy impacientando —el rostro de Tuf permanecia totalmente inexpresivo.

—Ocho —dijo Kreen—, y no intente jugar conmigo. Haviland Tuf no le respondio. No hizo el menor gesto, pero sus ojos se volvieron hacia Dax. El enorme gato negro bostezo y se estiro voluptuosamente.

Despues de unos cinco minutos de silencio Kreen dijo: —Seis unidades y el precio es barato. Se muchas cosas importantes, cosas que Moises estaria muy contento de conocer. Seis.

Haviland Tuf siguio callado. Transcurrieron unos cuantos minutos mas.

—Cinco —dijo Kreen frunciendo el ceno. Haviland Tuf guardo silencio.

—De acuerdo —acabo diciendo Kreen—, tres unidades. Es usted un estafador y un canalla, aparte de un criminal. Carece de etica.

—No pienso hacer caso alguno de sus desahogos verbales —dijo Haviland Tuf—. Entonces, la suma acordada es de tres unidades. Se me ha ocurrido la repentina idea de que quiza sienta la tentacion de proporcionarme respuestas evasivas o que puedan inducirme a error, para con ello obligarme a formular muchas preguntas obteniendo una informacion insignificante. Le advierto que no consentire tal tipo de estupideces y que tampoco pienso tolerar engano alguno. Por cada mentira que intente hacerme tragar anadire otras diez unidades a su deuda.

Kreen se rio. —No tengo intencion alguna de mentir, Tuf. Pero incluso si lo hiciera, ?como podria saberlo? No soy tan transparente.

Haviland Tuf se permitio entonces una pequena sonrisa, pero era un fruncimiento tan imperceptible de labios que una vez desaparecido era imposible estar seguro de que habia existido.

—Caballero —dijo—, puedo asegurarle que lo sabria de inmediato. Dax me lo diria, del mismo modo que me indico cuanto pensaba rebajar su absurda peticion de diez unidades y me advirtio de su cobarde ataque en K’theddion. Dax pertenece a la especie felina, caballero, como no dudo de que, incluso usted, habra sido capaz de notar. Todos los felinos poseen cierta habilidad psionica, como la humanidad ha sabido muy bien a lo largo de su historia, y Dax es el resultado final de generaciones de crianza dirigida y de manipulacion gen etica que han fortalecido enormemente ese rasgo en el. Por lo tanto, todos nos ahorraremos buena cantidad de tiempo y esfuerzos, si me da respuestas completas y honestas. En tanto que los talentos de Dax no alcanzan el grado suficiente de sofisticacion, como para discernir en su mente las siempre dificiles ideas abstractas, le aseguro que le resulta sumamente facil saber si miente o si esta reteniendo alguna informacion. Por lo tanto, y teniendo ello bien presente, ?podemos empezar?

Jaime Kreen estaba mirando fijamente al enorme gato negro con expresion venenosa. Dax volvio a bostezar.

—Adelante —acabo diciendo Kreen con subito desanimo.

—Primero —dijo Tuf, tenemos el misterio de su ataque contra nosotros. No le conozco, caballero. Su persona me resulta totalmente desconocida. No soy mas que un sencillo mercader y mis servicios benefician a todos los que me emplean. No le ofendi en nada y pese a ello me ataco. Con ello surgen varios interrogantes. ?Por que? ?Cual era su motivo? ?Me conoce de algo? ?Le ofendi acaso por alguna accion de la cual me he olvidado?

—?Es una sola pregunta o son cuatro a la vez? —dijo Kreen.

Haviland Tuf cruzo nuevamente las manos sobre su estomago.

Un buen tanto, senor. Empecemos con esta: ?me conoce?

—No —dijo Kreen—, pero conozco su reputacion. Tanto usted como su Arca, Tuf, son unicos y su fama es grande. y cuando le encontre por casualidad en ese sucio restaurante, no me resulto dificil reconocerle. Los gigantes gordinflones, palidos y sin un solo pelo, no resultan excepcionalmente comunes, ya podra suponerlo.

—Tres unidades —dijo Tuf—. No pienso darme por enterado, ni de sus insultos ni de sus halagos. Asi pues, no me conocia. ?Por que me ataco?

—Estaba borracho. —No es suficiente. Es cierto que lo estaba, pero habia otros clientes en el local y cualquiera de ellos habria estado dispuesto a complacerle, caso de que sencillamente hubiera estado buscando pelea. No era asi. Me eligio entre todos los demas. ?Por que?

—No me gusta usted. Segun mi punto de vista, es un criminal.

—Los puntos de vista varian, claro esta, segun la persona —replico Tuf—. En algunos planetas, mi simple estatura ya seria un crimen. En otros mundos, el hecho de que sus botas esten hechas con piel de vaca, podria proporcionarle una larga condena de prision. Asi pues y en dicho sentido, ambos somos criminales. Pero tengo la sensacion de que es injusto juzgar a un hombre por otras leyes distintas a las de la cultura en la cual vive o se encuentra en un momento dado. En dicho sentido no soy un criminal y su respuesta sigue siendo insuficiente. Explique mejor las razones de que no le gusta mi persona. ?De que crimenes me acusa?

—Soy caritano —dijo Kreen y tosio—. Quiza deberia decir que lo he sido. De hecho era administrador, aunque solo del sexto grado. Moises destruyo mi carrera. Mi acusacion criminal es que usted le ayudo. Eso es algo que todos saben y no deseo que me aburra con sus negativas.

Haviland Tul miro a Dax. —Parece que me esta diciendo la verdad y su respuesta contiene una buena cantidad de informacion, aunque al mismo tiempo hace surgir nuevos interrogantes y dista mucho de resultar clara. Sin embargo, sere bondadoso y la contare como respuesta valida. Asi pues, seis unidades. y mis siguientes preguntas seran muy sencillas. ?Quien es Moises y que es un caritano?

Jaime Kreen le miro con incredulidad. —?Pretende regalarme seis unidades? No finja, Tuf, porque no pienso tragarme eso. Sabe muy bien quien es Moises.

—Ciertamente, lo se, aunque no del todo —replico Tuf—. Moises es una figura mitica, asociada a las diversas religiones ortodoxas cristianas, una figura que se supone vivio en la Vieja Tierra en algun lejano momento del pasado. Creo que tiene cierta relacion con Noe, de quien deriva el nombre de mi Arca, aunque no se muy bien como. Puede que fueran hermanos, no conozco bien los detalles. De cualquier modo, ambos se contaron entre los primeros practicantes de la guerra ecologica, campo con el cual me encuentro muy familiarizado. Asi pues y en cierto sentido se quien era Moises. Sin embargo, ese Moises lleva muerto un periodo de tiempo lo bastante prolongado, como para hacer sumamente improbable que fuera el causante de la destruccion de su carrera y aun mas improbable el que fuera a importarme un comino las informaciones que usted pudiera darme sobre el. Por lo tanto, debo juzgar que me esta hablando de algun otro Moises al cual no conozco. y ese, caballero, era el punto hacia el cual pretendia apuntar mi pregunta.

—Muy bien —dijo Kreen—. Si insiste en fingir ignorancia, seguire su estupido juego. Un caritano es un

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