muchas de las calamidades, tipicas de una cultura en desintegracion sean ya presentes en su mundo.

—Las cosas estan ?Infiernos! ?Por donde empiezo?

—Normalmente el principio es un buen lugar para hacerlo —dijo Tuf.

—Son mi gente, Tuf. El mundo que da vueltas ahi abajo es el mio. Es un buen planeta, pero ultimamente Si no estuviera mejor informada diria que la locura es contagiosa. El crimen ha subido un doscientos por cien desde su ultima visita y los homicidios han subido un quinientos por cien, en tanto que el suicidio se ha multiplicado un dos mil por cien. Cada dia fallan con mayor frecuencia los servicios basicos, hay apagones, fallos de sistemas, huelgas salvajes, vandalismo. Hemos tenido informes de canibalismo en lo mas hondo de las ciudades subterraneas. Y no casos aislados, sino realizados por malditas pandillas enteras. De hecho tenemos sociedades secretas de todo tipo. Un grupo se apodero de una factoria alimenticia, la mantuvo en su poder durante dos semanas y acabo librando una batalla campal con la policia. Hay otro grupo de chiflados que ha empezado a secuestrar mujeres embarazadas y… —Tolly Mune torcio el gesto y Blackjack lanzo un bufido—. Es dificil hablar de ello. Una mujer con un nino dentro es algo muy especial para nosotros, Tuf, pero esos me cuesta llamarles personas, Tuf. Estos monstruos han llegado al extremo de aficionarse al sabor de…

Haviland Tuf alzo la mano hacia ella.

—No diga mas, ya lo he comprendido, Continue.

—Tambien tenemos montones de maniacos en solitario —dijo. Alguien dejo caer una sustancia altamente toxica en los tanques de una factoria alimenticia, hace dieciocho meses, y tuvimos mas de doce mil muertos. La cultura de masas S’uthlam siempre ha sido tolerante, pero ultimamente hay un infierno de cosas que tolerar, si es que me entiende. Tenemos una creciente obsesion hacia la muerte, la violencia y las mutilaciones. Hemos tenido varios episodios de resistencia masiva a nuestros intentos de remodelar el ecosistema siguiendo sus recomendaciones. Algunas bestias de carne fueron envenenadas, otras murieron en explosiones y se le ha prendido fuego a plantaciones enteras de vainas jersi. Bandas organizadas de buscadores de emociones se dedican a cazar a esos malditos jinetes del viento con arpones y planeadores especiales. No tiene sentido. El consenso religioso tenemos todo tipo de nuevos cultos raros. ?Y la guerra! Solo la vida puede saber cuanta gente morira, pero es tan popular como diablos, no lo se. Creo que es mas popular que el sexo.

—Ciertamente —dijo Tuf. No me siento demasiado sorprendido. Doy por sentado que la cercania del desastre sigue siendo un secreto estrechamente guardado por el Consejo de S’uthlam, al igual que lo fue en el pasado.

—Por desgracia no —dijo Tolly Mune. Una de las consejeras de la minoria decidio que era incapaz de tener la boca cerrada, asi que llamo a los malditos fisgones y vomito la noticia por todas las redes de video. Quiza queria ganar unos cuantos millones mas de votos, creo yo. Pero funciono. Ademas, puso en marcha otro condenado escandalo y obligo a dimitir, una vez mas, a otro Primer Consejero. Para aquel entonces ya no habia donde encontrar otra victima propiciatoria salvo en lo alto y, ?adivina a quien cogieron? A nuestra heroina favorita del video, a la burocrata controvertida, a Mama Arana, a mi. A esa escogieron.

—Me habia resultado obvio que se referia a usted misma —dijo Tuf.

—Por aquel entonces ya nadie me odiaba demasiado. Tenia una cierta reputacion de eficiencia, los restos de una imagen romantica popular y resultaba minimamente aceptable para todas las grandes facciones del Consejo. De eso hace ya tres meses y de momento puedo decir que mi mandato ha sido un condenado infierno —su sonrisa parecia algo forzada—. Tambien en Vandeen reciben nuestros noticiarios y, al mismo tiempo que tenia lugar mi maldito ascenso, decidieron que S’uthlam era, y cito textualmente, una amenaza a la paz y a la estabilidad del sector. Fin de la cita. Luego reunieron a sus condenados aliados para decidir lo que debian hacer con nosotros. Acabaron dandonos un ultimatum: o poniamos en vigor, por la fuerza, el racionamiento inmediato y el control de nacimientos obligatorio o la alianza ocuparia S’uthlam y lo haria por nosotros.

—Una solucion viable, pero con muy poco tacto —comento Tuf—. De ahi viene su guerra actual. Pero todo eso no explica la actitud con que se me ha recibido. Por dos veces he podido ayudar a su mundo y estoy seguro de que no pensaran que voy a negarles mi asistencia profesional en una tercera ocasion.

—Yo pensaba que haria cuanto pudiera —le senalo con un dedo—. Pero siguiendo sus propios terminos, Tuf. Infiernos, nos ha ayudado, si, pero siempre ha sido a su manera y todas sus soluciones han acabado resultando por desgracia poco duraderas.

—Le adverti repetidamente que todos mis esfuerzos eran solo meras dilaciones al problema basico —replico Tuf.

—No hay calorias en las advertencias, Tuf Lo siento pero no tenemos eleccion. Esta vez no podemos permitirle que ponga un vendaje sobre nuestra hemorragia y que se marche. Cuando volviera para enterarse de que tal nos iban las cosas no encontraria ningun condenado planeta al que volver. Necesitamos el Arca, Tuf, y la necesitamos de forma permanente. Estamos preparados para utilizarla. Hace diez anos dijo que la biotecnologia y la ecologia no eran campos en los que fueramos muy expertos y entonces, tenia razon. Pero los tiempos cambian. Somos uno de los mundos mas avanzados de toda la civilizacion humana y durante una decada hemos estado consagrando casi todos nuestros esfuerzos educativos a la preparacion de ecologos y bioespecialistas. Mis predecesores nos trajeron teoricos de Avalon, Newholme y de una docena de mundos mas. Eran gente muy brillante, algunos autenticos genios. Incluso logramos atraer unos cuantos brujos geneticos de Prometeo — acaricio a su gato y sonrio. Fueron de gran ayuda para crear a Blackjack.

—Ciertamente —dijo Tuf.

—Estamos listos para usar el Arca. No importa lo capaz que sea usted, Tuf, solo es un maldito hombre. Queremos tener su sembradora permanentemente en orbita alrededor de S’uthlam, con una tripulacion continua de doscientos cientificos y expertos en genetica de lo mejorcito que poseemos, de modo que podamos tratar la crisis alimenticia dia a dia. Esta nave y su biblioteca celular, asi como todos los datos que hay perdidos en sus ordenadores, representan nuestra ultima y mejor esperanza, estoy segura de que se da cuenta de ello. Creame, Tuf, no le di ordenes a Ober para que se apoderara de su nave, sin tomar antes en consideracion todas las malditas opciones que se me ocurrieron. Sabia que jamas querra venderla, ?maldicion! ?Que otra eleccion tengo? No queremos enganarle y yo personalmente habria insistido en que se le pagara un buen precio.

—Todo ello suponiendo que siguiera con vida despues del asalto —indico Tuf. Lo que, en el mejor de los casos, me parece bastante dudoso.

—Ahora esta vivo y sigo dispuesta a comprarle esta maldita nave. Podria quedarse a bordo y trabajar con nuestra gente. Estoy preparada para ofrecerle un empleo vitalicio. Fije usted mismo su salario, lo que desee. ?Quiere quedarse con esos once millones? Son suyos. ?Quiere que le cambiemos el nombre al condenado planeta en su honor? Digalo y se hara.

—Se llamara Planeta S’uthlam o Planeta Tuf seguiria estando igual de repleto —contesto Haviland Tuf—. Si me mostrara de acuerdo con esta oferta que me hace, es indudable que tienen ustedes la intencion de usar el Arca solamente para incrementar su productividad calorica y de ese modo poder alimentar a su gente.

—Por supuesto —dijo Tolly Mune.

El rostro de Tuf permanecia inmutable y carente de toda expresion.

—Me complace saber que jamas se le ha pasado por la cabeza, ni a usted, ni a ninguno de sus asociados del Consejo, que el Arca podria ser utilizada en su forma original, como instrumento de guerra biologica. Por desgracia yo he perdido tan refrescante inocencia, y me encuentro muy a menudo presa de visiones, tan cinicas como poco caritativas, en las cuales el Arca es usada para desencadenar el caos ecologico sobre Vandeen, Skrytnir, Jazbe, y el resto de planetas de la alianza. Llego incluso a imaginar el genocidio que prepararian en dichos mundos para la colonizacion en masa. Lo cual, creo recordar, es la politica que propugna su siempre belicosa faccion expansionista.

—Eso es ir demasiado lejos, ?maldita sea! —le replico secamente Tolly Mune, Tuf, la vida es sagrada para los s’uthlameses.

—Ciertamente. Sin embargo, dado que me encuentro irremisiblemente envenenado por el cinismo, no puedo evitar la sospecha de que los s’uthlameses acaben decidiendo que algunas vidas son mas sagradas que otras.

—Tuf, usted me conoce —dijo ella con voz gelida y tensa—. Nunca permitiria algo asi.

—Y caso de que un plan semejante fuera puesto en marcha, pese a todas sus protestas, no me cabe ni la menor duda de que su carta de dimision estaria formulada en un lenguaje mas bien cortante —dijo Tuf con voz atona—. No me parece suficiente garantia y siento el palpito si, el palpito, de que los aliados pueden llegar a compartir mis sentimientos en cuanto a ese punto concreto del problema.

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