Anna bajo la mirada.
Una de las alienigenas dijo algo en voz profunda, muy profunda.
—Debo presentarte —dijo Nicholas—. La mujer de la derecha es Ettin Per. La que esta a su lado es Ettin Aptsi. Y la de la izquierda es Ettin Sai. Son hermanas, y actuales lideres del linaje Ettin. Ettin Gwarha es su sobrino.
La tercena mujer —Sai— hablo en un tono menos profundo, mas parecido al de baritono que al de bajo.
—Ella entiende el ingles, aunque no suele hablarlo. Me ha pedido que te diga que comprende que no es una descortesia que las mires a los ojos. Las costumbres de los humanos son diferentes.
La primera mujer —Ettin Per, la de la voz muy profunda— volvio a hablar.
Nicholas dijo:
—Te esta dando la bienvenida a los aposentos de las mujeres. Esperan ansiosamente el momento de hablar contigo. Estan muy interesadas en la humanidad y sobre todo en las mujeres humanas.
—Diles que estoy contenta de haber venido —dijo Anna—. Y que espero ansiosamente el momento de hablar con ellas. ?Para esto me ha hecho venir el general?
—Si —respondio Ettin Sai.
La tercera mujer —Aptsi— hablo. Tambien su voz era de baritono.
Nicholas levanto la cabeza y la miro a los ojos, respondiendo en la lengua de los alienigenas. Aptsi extendio una mano de pelo gris y le toco suavemente el hombro.
—Debemos retirarnos —dijo Nicholas —. Vamos.
Dejaron a las tres mujeres de pie, como estatuas de las Tres Parcas. Nicholas condujo a Anna por otro pasillo, mas estrecho que el primero pero construido con los mismos materiales. En este no habia tapices. Llegaron a una puerta de metal plateado. En la pared contigua a la puerta habia una placa cuadrada, tambien de metal pero mas oscura y mas apagada.
Nicholas senalo la placa.
—Apoya la palma de la mano en ella. Presiona con firmeza. Bien. Ahora esta preparada para abrirse solo para dos personas: tu y yo.
Mas alla de la puerta habia una enorme habitacion cuadrada. El suelo era de madera de color gris palido, y unos paneles de la misma madera recubrian la mitad inferior de las paredes. Tenian un extrano brillo iridiscente. ?Como que? ?Como las escamas de un pez? ?Como el nacar?
Anna toco la madera. Tenia la textura de la madera, pero en realidad parecia haber salido de debajo del agua. Los colores palidos se agitaron y brillaron bajo la fria superficie pulida.
—?Te importa si me siento? —pregunto Nicholas.
—Por favor. —Dejo la bolsa y miro la puerta. Se habia cerrado.
El se acomodo en una enorme silla baja y estiro las piernas.
—Hace mas de diez anos que conozco a las tias. Aun no me siento totalmente comodo con ellas. Aptsi es la mas facil de tratar. Me preguntaba como me encontraba y me decia que se alegraba de verme. —La miro y sonrio—. Hace diez anos me hicieron la misma entrevista. Aptsi y Per. Decidieron que Gwarha podia quedarse conmigo. Me senti como una especie de mascota poco atractiva. Ya sabes, como el perro callejero que un nino lleva a su casa. «Recuerda, Gwarha, que tendras que ocuparte de el, y si hay algun problema…»
—Son muy corpulentas —comento Anna.
—Asi es. Tal vez en algun momento te explique lo del dimorfismo sexual entre los miembros del Pueblo, pero no ahora. Dispones de cocina y cuarto de bano. Yo supervise la instalacion. Los accesorios pueden parecerte raros, pero todos funcionan y pueden ser utilizados por los humanos. En la cocina hay comida, parte del botin que el general se llevo al final de la ultima ronda de negociaciones. Hay conversores de voltaje en todos los enchufes. Si tienes que enchufar algo, puedes hacerlo con confianza.
»Dispones de un sistema de intercomunicacion. He redactado instrucciones para ponerlo en marcha y para localizarme a mi, lo mismo que a los demas miembros de tu equipo. Y he traducido las instrucciones de lo que hay que hacer en caso de emergencia: corte de electricidad, perdida de gravedad, perdida de presion atmosferica.
—?Eso ocurre con frecuencia?
—Que yo sepa, nunca. Pero lee las instrucciones y memorizalas.
»Si ocurre algo, este es el lugar mas seguro donde puedes estar. Los
»Puede que este sea un buen momento para hablarte de la estacion. Fue construida para esta ronda de negociaciones. No se parece en nada a lo que interesa a los
—La estacion es enorme —comento Anna—. ?La construyeron para una ronda de negociaciones?
El asintio.
—En este momento esta casi vacia. Si las negociaciones tienen exito, el Pueblo seguramente necesitara el espacio que sobra. Si las cosas no funcionan, me imagino que las cargas explosivas ya estan colocadas en su sitio.
Anna no quiso pensar en una cultura que podia construir algo tan grande en menos de dos anos, ni en los conocimientos que seguramente tenian para destruirlo. Cambio de tema.
—No jugaran a los espias. A los del servicio de informacion les han dicho que no metan sus manazas en esto.
—Vuelvete —indico Nicholas.
Ella lo hizo. En la puerta, sobre los paneles, habia un rectangulo de luces: tres a lo ancho y cinco a lo largo. Todas las luces estaban encendidas. Todas eran incoloras, salvo dos de la fila inferior, que tenian un tono ambar.
—Este es tu monitor de seguridad. Si todas las luces son incoloras, significa que todas tus puertas estan cerradas con llave, y que el intercomunicador esta apagado y nadie esta escuchando ni mirando. Si alguna de las luces es de color ambar, no estas segura.
—?Me estas diciendo la verdad? —pregunto ella.
—Mi fama de mentiroso es exagerada. Tienes microfonos ocultos, Anna, y no son de los alienigenas. Los hombres de seguridad del general han venido a hacer una comprobacion… esta manana, podria decirse. Durante el primer
—Creo que utilizare el lavabo.
El se lo senalo y Anna atraveso una puerta.
Nicholas tenia razon con respecto a los accesorios. Eran decididamente raros, pero funcionaban y cualquier humano podia utilizarlos. El papel higienico era como el que habria encontrado en infinidad de lugares de la Tierra. ?Una cosa mas que el general habia cogido?
Se lavo las manos y la cara y se miro al espejo.
Era una mujer rolliza, de estatura normal entre los humanos. Tenia la piel morena, el pelo corto, negro y ondulado. Llevaba pantalones y una chaqueta de algodon azul oscuro, la clase de algodon que se arruga. La blusa era blanca, del mismo algodon. No llevaba joyas, solo un collar de cuentas de lapislazuli. Su madre lo habia comprado durante una visita a la Republica Socialista Islamica, en los tiempos en que aun quedaban naciones independientes en la Tierra.
?Era aquel el aspecto de una persona que habia viajado un centenar de anos luz desde su hogar? ?Era aquel el aspecto de alguien que acababa de usar un lavabo alienigena?
Si, y tambien era el aspecto de alguien que —a esa distancia y en medio de tanta rareza— no podia librarse de los tontos.
?Oh! ?Su expresion era de enfado! No le gustaban las arrugas que veia alrededor de la boca y en el entrecejo.
En el bolsillo de la chaqueta llevaba una pluma. Gracias a Dios, era una anticuada. Pensaba que no podia
