—Recuerdo cuando se anuncio que habiamos descubierto otras personas que podian hacer viajes interestelares y que nos habian disparado. Algunos de mis tios estaban en casa. Recuerdo el regocijo del momento. Finalmente teniamos un enemigo, despues de un siglo de busqueda. ?Nuestros problemas estaban resueltos! Tendriamos que haber recordado que la Diosa tiene un curioso sentido del humor.
—?Significa eso que lamentas que el Pueblo se haya encontrado con la humanidad?
—?Tu nunca lo has lamentado? —pregunto.
—No. Jamas. Si nuestras dos especies no se hubieran encontrado, lo que yo estaria haciendo, fuera lo que fuese, seria menos interesante que lo que hago ahora.
»Y no me gustaria haber perdido la oportunidad de conocerte, Ettin Gwarha.
[Ja.]
Del diario de Sanders Nicholas, etc.
V
Paso la tarde con sus colegas, en parte hablando de asuntos profesionales y en parte dedicada al lento proceso de conocerlos. Sten le hablo de su jardin, que se encontraba en Gotland, una isla del Baltico, y que ahora estaba a cargo de su esposa. Ella no tenia mano para la jardineria, y no estaba segura de lo que encontraria cuando llegara a casa.
El embajador —Charlie— hablo de la anterior ronda de conversaciones con los alienigenas, y de la opinion que le merecia el general.
—Un hombre inteligente, me parece, aunque raro. Sin duda en terminos humanos y tambien, sospecho, en terminos de cultura de los alienigenas. ?Que clase de persona desarrolla una relacion sexual con un miembro de otra especie? Una especie con la que la suya esta en guerra. Aunque sin duda en Nicholas Sanders ha encontrado una herramienta valiosa.
Anna termino hablando con el capitan Mclntosh, cuya pasion era el criquet y saber quien perdia los partidos internacionales.
—Las cosas a las que renunciamos, miembro Perez, con el fin de servir a la humanidad y de tener una carrera. Por supuesto, si yo hubiera sido lo suficientemente bueno para el criquet, no estaria aqui.
Finalmente Anna se canso. El capitan la escolto hasta la entrada de los aposentos de los humanos. Alli la esperaba Nicholas, que hablaba con uno de los guardias alienigenas. Se volvio, la vio y sonrio y luego vio al capitan. La expresion de su rostro cambio y se volvio distante.
—Portador Sanders —lo saludo el capitan, al tiempo que extendia una mano.
Nicholas parecio sorprendido y respondio al saludo.
—Soy Cyprian Mclntosh. Mac para la mayoria. Cyprian me parece un poco cargante. ?Las cosas que los padres hacen a sus hijos! Aunque, como le estaba contando a la miembro Perez, siempre estare agradecido a mi padre por haberme regalado mi primer bate de criquet. Eso compensa lo de Cyprian. Buenas noches, miembro. Portador… —El capitan saludo con la cabeza y volvio a entrar.
Nicholas lo observo con expresion pensativa.
—Militar —dijo finalmente—. ?De que ejercito?
—Del ejercito regular, supongo.
—?Entonces por que no lleva el corte de pelo reglamentario?
—No se. ?Quieres que lo averigue?
El se encogio de hombros. Regresaron a los aposentos de las mujeres en silencio.
En su habitacion se veia otra vez el holograma. Se quedo dormida mirando las estrellas y, al igual que el dia anterior, se desperto con el olor del beicon cocinado.
Se puso un vestido: largo hasta los pies y de algodon, con un estampado tradicional africano amarillo, azul y castano. Un par de pendientes de coral y plata, otro regalo de su madre; ninguna otra joya. Entro en la habitacion principal, donde encontro el desayuno y a Nicholas en una silla, con un tazon de cafe en la mesa, junto a el.
La observo y asintio.
—Fantastico. Las mujeres de Ettin lo aprobaran. Es posible que se me haya achicharrado el beicon, a pesar de que he estado practicando, sobre todo porque su aroma me trae a la memoria recuerdos muy intensos. Cuando era nino, todos los domingos tomabamos beicon en el desayuno. Ya no me gusta mucho ese sabor.
Anna se sento. El beicon tenia muy buen aspecto. Tambien habia tostadas y algo cuadrado y de color amarillo muy intenso. ?A que se parecia? A pan de maiz sin levar. Tomo un bocado. Sabia a carton. Mas alimento humano.
—Hay algo que quiero preguntarte.
—?Si? —dijo el con cautela. Era el Hombre Al Que No le Gusta Responder Preguntas.
—?Como se supone que debo llamarte? He optado por Nicholas porque en realidad no te conozco muy bien; pero al parecer todos los alienigenas te llaman Nicky.
—Los que has conocido son todos amigos mios. No doy permiso a muchos para llamarme Nicky y solo unos cuantos lo hacen sin mi permiso. Nick esta bien, o Nicholas. —Sonrio—. Supe que empezabas a ponerte de nuestra parte cuando me llamaste Nick en aquella habitacion del sotano del recinto; no lo habias hecho con anterioridad; y fue casi el ultimo pensamiento racional que tuve durante un tiempo: «Tal vez este estupido y espantoso plan acabe fracasando.»
—No me he puesto de vuestra parte, Nick.
—No he utilizado las palabras adecuadas. Supe que sentias cierta simpatia por mi, y eso me dio ciertas esperanzas. ?Asi esta mejor?
—Si.
Ella empezo a comer. El se bebio el cafe en silencio. Luego salieron para reunirse con las mujeres de Ettin.
La sala de reuniones se encontraba en los aposentos de las mujeres. De las paredes colgaban tapices y la mayor parte del suelo estaba cubierto por una enorme alfombra de color carmesi. Los muebles eran como todos. Las sillas estaban tapizadas con ricos brocados oscuros. Las mesas bajas eran de una madera azul tan oscura como el indigo.
Esta vez habia cuatro mujeres, las cuatro de pie en medio de la habitacion. Como en la ocasion anterior, iban vestidas con tunicas sin mangas.
—Tu eres la principal —le dijo Nicholas en voz baja—. Asegurate de estar siempre un poco por delante de mi. Perfecto. Ahora, detente.
Anna se paro. Las mujeres se volvieron hacia ella. Nicholas hizo las presentaciones.
Habia conocido a dos de ellas con anterioridad: Ettin Per y Ettin Sai. Ahora, en comparacion con otros
La tercera mujer era mucho mas menuda. Al lado de las Ettin parecia casi delgada. Su pelaje era negro y las piezas de su tunica, grises y plateadas, mostraban un diseno de hojas y flores.
—Tsai Ama Ul —anuncio Nicholas—. Esta especializada en teoria social, sobre todo en las teorias acerca de como el Pueblo desarrollo la cultura que ahora posee. Cuando descubrieron la humanidad, se dieron cuenta… algunos miembros del Pueblo se dieron cuenta… de que existe mas de una forma de ser.
La mujer hablo brevemente. Su voz era aguda, de contralto.
—La mujer de Tsai Ama dice que esta reunion es muy oportuna. Espera ansiosamente aprender cosas.
La ultima mujer era la mas baja y la mas corpulenta. Casi gorda, penso Anna. Las piezas de su tunica estaban cubiertas de bordados: animales retorcidos de color verde, dorado, plateado y azul. Las cadenas que conectaban las distintas piezas eran de varios colores: eslabones de oro o plata que alternaban con otros esmaltados en verde o azul.
