El atuendo era impresionante, pero nada bonito. Demasiados colores, demasiado metal brillante, demasiada opulencia.
—Lugala Minti —dijo Nicholas en voz muy suave—. Es la mujer mas importante de los Lugala. Creo que es una evaluacion justa.
—Si —dijo Ettin Sai con su voz profunda y serena.
—Su hijo Lugala Tsu es un principal, el unico principal de esta estacion aparte de Ettin Gwarha. Una mujer muy importante con un hijo importante. TrAtala con respeto, Anna. Con los Lugala no se juega.
—Si —volvio a decir Ettin Sai.
La mujer gorda hablo. Su voz era tan profunda como la de Ettin Per.
—La mujer de Lugala dice que eres bienvenida. Esta reunion es importante. El destino de muchas familias podria depender de lo que ocurra en esta estacion.
Vaya, penso Anna. No queria asumir ese tipo de responsabilidad.
Se sentaron y Nicholas se acomodo junto a ella. Seguramente la habitacion habia sido dispuesta para aquella reunion y los muebles colocados de manera tal que las mujeres estuvieran en circulo, en sus enormes sillas, una frente a otra, mientras el hombre se acomodaba en una silla mas pequena, mas atras, no exactamente en el circulo.
Ettin Per hablo en primer lugar.
—La mujer de Ettin dice: «Nosotras no espiamos ni escuchamos como hacen los hombres. Pero esta reunion, como dice la mujer de Lugala, es importante. Por eso nos gustaria tener tu autorizacion para grabarla abierta y honestamente.»
Anna miro a Nicholas. El dijo algo en la lengua de los alienigenas.
Ettin Per le respondio.
—Los
Anna vacilo y finalmente asintio.
La mujer menuda —Tsai Ama Ul— hablo a continuacion.
Cuando concluyo, Nicholas tradujo:
—Hemos aprendido muchas cosas sobre las mujeres humanas gracias a la informacion que conseguimos y gracias a Sanders Nicholas. Pero es informacion incompleta, y Nicholas es un hombre. Queriamos ver por nosotras mismas como es una mujer humana. Queriamos descubrir que se siente siendo una mujer entre los tuyos.
Lugala Minti la interrumpio y hablo con retumbante voz.
—La mujer de Lugala quiere saber como os habeis mezclado tanto. Sin duda comprendeis lo peligroso que resulta tener hombres en casa, salvo durante una breve visita. ?Como podeis permitir que la gente se entrene en la violencia cerca de vuestros ninos? ?Como podeis permitir que personas capaces de asesinar y violar vivan en vuestras casas dia tras dia y ano tras ano? Sin duda os dais cuenta de que algo terrible ocurrira tarde o temprano. Perdon, he cometido un error, Anna. La palabra no es «asesinar». Es «matar intencionadamente a otra persona», aunque eso no es necesariamente un crimen. El contenido moral del acto depende de las circunstancias. Casi nunca es malo matar a un enemigo masculino. Suele ser malo matar a un individuo de sexo masculino que sea pariente o aliado. Lo mismo se aplica a la palabra que he traducido como «violar». Esa significa «practicar el sexo con violencia y sin el consentimiento de la otra persona», pero no es invariablemente un acto criminal; a menos, por supuesto, que la victima sea una mujer o un nino.
Anna intento explicar que la mayoria de los hombres eran inofensivos. Las mujeres alienigenas no parecieron convencidas, aunque en realidad no estaba segura de lo que ocurria detras de aquellos anchos rostros cubiertos de pelaje.
—No —le dijo Ettin Sai finalmente, en ingles—. No puede ser correcto. Sabemos… hemos experimentado… —Se interrumpio y siguio hablando en su lengua; luego Nick tradujo.
—Hemos experimentado la violencia de los humanos. Tu gente no es inofensiva, Perez Anna. Dos de mis hermanos se encontraban en una nave que fue volada por los humanos, y mi hermana Aptsi perdio a un hijo. Los hombres de tu especie pueden matar como matan los hombres del Pueblo. Pero vosotros no habeis sido capaces de separar la violencia de todo lo demas, como hemos hecho nosotros, al menos en gran medida. Vosotros no teneis lugares seguros. Vuestros hijos deben crecer dominados por el miedo. Vuestras mujeres deben vivir dominadas por el miedo, a menos que sean como vuestros hombres. ?Y quien se ocupa de criar a los ninos?
Lugala Minti hablo en voz alta.
—La mujer de Lugala dice que los humanos son horribles y perversos, una verguenza para cualquier otra especie inteligente y un insulto a la Diosa, alabado sea su nombre. Y oye, Anna, ni siquiera hemos asumido los habitos sexuales de la humanidad.
—Si —dijo Ettin Sai en ingles.
Tsai Ama Ul volvio a hablar.
—Esto no es cortes, dice la mujer de Tsai Ama, y no conduce al conocimiento. No debemos pedir a Perez Anna que defienda a los suyos como si fueran criminales. Hablanos de tu infancia. Cuentanos como es ser criada como mujer entre los humanos.
Asi lo hizo. Las mujeres formularon preguntas. ?Como era tener un padre en la casa? ?Como se llevaba con el y con su hermano? ?Su padre la amenazaba? ?Era violento?
Era un historiador afable, cuyo unico crimen como padre era su incapacidad para prestar atencion al siglo en que vivia. El XIV le resultaba mucho mas interesante, aunque existian semejanzas entre ambos: plagas terribles, una sociedad que se derrumba y un vasto universo que empezaba a ser visible; el mundo entero esperaba la llegada de exploradores y los cielos estaban a punto de abrirse para los astronomos.
—Indiferencia —dijo Ettin Sai—. Eso no es bueno. Pero hay mujeres que no se interesan por sus hijos. En una familia grande, eso no tiene importancia. En una casa grande siempre hay madres suficientes.
?Por que los seres humanos tenian familias tan minusculas? ?No se sentia sola sin una multitud de primos? ?No se sentia apretujada en un punado de habitaciones?
No, les dijo. Era lo corriente, la vida que conocia. No se habia sentido sola. El apartamento de su familia resultaba espacioso. Despues de todo, sus padres eran profesionales y habian ganado mucho dinero.
Las mujeres escuchaban con expresion grave, pero Anna no capto ninguna senal de que comprendieran. Las preguntas continuaron. ?Como era vivir entre infinidad de personas que no estaban conectadas por linajes sino separadas? Familias diminutas como olas que rompen y desaparecen sin dejar nada detras salvo un espacio vacio en el que otra ola —otra familia— puede formarse.
?Nueve mil millones de personas! ?Era incomprensible! Y la mitad de ellos hombres, siempre presentes. Las calles de las ciudades, de ciudades espantosamente enormes, llenas de violencia masculina. ?Como era para la mujer de Perez caminar entre hombres con los que no tenia relacion? Y sin ninguna proteccion, si lo que Nicholas les habia contado era cierto.
Se sorprendio diciendo la verdad. Podia resultar atemorizante caminar por Chicago, sobre todo por las zonas donde vivia la gente pobre. La pobreza enfurecia a la gente, y los hombres furiosos resultaban peligrosos, sobre todo si no tenian nada que perder.
Cuando concluyo, se hizo silencio. Luego Ettin Per hablo.
—Sois demasiada gente. No hay suficiente para todos, y como estais divididos no podeis compartir lo que hay de una manera decente. Pero aunque lo compartierais, no habria suficiente para todos. De eso se trata, Anna. El discurso sobre los males de la heterosexualidad.
Tsai Ama Ul se inclino hacia delante y hablo.
—Dice que tal vez te estes cansando, aunque no sabe cuales son los sintomas de la fatiga entre los humanos. Sin embargo, todos somos de carne y hueso, dice la mujer de Tsai Ama.
Anna miro su cronometro. Habian pasado tres horas. Se sentia como si hubiera perdido una pelea.
Ettin Tsai hablo.
—Ha terminado. Gracias, Perez Anna.
Salieron. Una vez fuera de la sala de reuniones, Nicholas lanzo un suspiro.
—?Caray! Lo has hecho muy bien, Anna; y yo estoy agotado.
Regresaron a los aposentos de Anna. El apoyo la palma de la mano en la puerta y, mientras esta se abria, la miro atentamente.
—Pareces cansada. ?Por que no te acuestas? Si mas tarde quieres ir a alguna parte, llamame.
