Aquello equivalia a una despedida. El necesitaba ir a algun otro sitio, seguramente con su general.

El holograma de la habitacion mostraba un cielo verde lleno de cumulos enormes. Formaban algo parecido a un paisaje: montanas blancas y valles sombrios de color gris verdoso, llanuras angulosas, fallas y laderas onduladas pobladas de arboles. Se quedo tendida sobre la cama, demasiado cansada para pensar. Por encima de su cabeza las nubes cambiaban de forma. Las montanas se aplastaban formando llanuras o se dividian creando valles. Los valles se cerraban. Las colinas bajas se elevaban y se convertian en picos elevados. Nada permanecia igual.

Por la noche fue a los aposentos de los humanos e informo de la reunion.

—No le encuentro sentido a esta cultura —comento Sten—. ?Quien tiene el mando? ?Los hombres o las mujeres? ?Y que significa esta obsesion con la violencia?

—Por la forma en que hablaron las mujeres, su poblacion debe de ser considerablemente menor que la nuestra —comento el capitan Mclntosh—. Eso podria resultar una desventaja para ellos. Aunque Jah sabe que nuestra poblacion no es particularmente ninguna ventaja.

—Nos encontramos en una estacion enemiga —dijo Etienne con nerviosismo—. ?Estamos seguros de que ellos no pueden oirnos?

—Si —respondio el capitan Mclntosh.

—Continuemos las negociaciones de buena fe. Sabemos exactamente lo util que ha resultado subestimar a los hwarhath y conspirar contra ellos.

VI

En el despacho del general habia un nuevo holograma: una llanura cubierta de nieve. En la distancia se veia una cadena de montanas pequenas y puntiagudas, probablemente la pared de un crater. Por encima de las montanas, el cielo estaba casi totalmente cubierto por un planeta: un gigante de gas amarillo, con anillos y media docena de lunas que resultaban visibles por las sombras que proyectaban sobre el planeta. El cielo —lo poco que pude ver— era azul oscuro, lo que significaba que habia alguna clase de atmosfera.

Una serie de huellas cruzaban la nieve, que empezaba donde se acababa la moqueta del general, y atravesaban la llanura en diagonal hasta perderse en la distancia. Las huellas habian sido dejadas por un solo par de botas enormes.

—?No estaras intentando colonizar eso? —le pregunte.

—No. Lo mas probable es que se tratara de una estacion de observacion, o tal vez haya habido un unico aterrizaje.

Hice un gesto de asentimiento y me sente.

—Bien. —Cogio su estilete—. Perez Anna se reune con las mujeres una sola vez, y los humanos ya han aprendido algo de valor estrategico.

—Solo lo de la poblacion —dije.

—Si. No se hasta que punto podemos controlar esto, y no se si es prudente utilizarte como traductor. ?Por que le has explicado el significado exacto de las palabras que has traducido como «violar» y «asesinar»? Al ver la grabacion, he pensado que ibas a decirle a la mujer de Perez que no matamos a mujeres y ninos.

—Ayude a escribir el primer diccionario de tu lengua, y esas definiciones figuraban en el. No le estaba diciendo a Anna nada que los humanos no sepan.

Baje la vista brevemente y volvi a levantarla, mirando al general a los ojos.

—La lengua es mi unica gran habilidad. Me gustaria utilizarla honestamente. En la medida de lo posible, voy a ser claro. —Estaba utilizando la lengua hwarhath principal. La primera acepcion de la palabra es «transparente»—. Si esto supone un problema, puedes despedirme. ?Pero como podras negociar de una forma seria si las lineas de comunicacion estan enredadas?

El hizo un debil ruido de disgusto y dejo el estilete.

—Anoche estuve con Lugala Tsu. Nunca ha sabido beber. Es otra de las razones por las que su linaje no deberia haber sido promovido. No repetire todo cuanto dijo. Hacia el final resultaba incoherente. Pero surgieron dos cosas importantes.

»Abriga la esperanza de que por fin haya llegado el momento en que yo falle en algo. Espera que cometa un error grave en esta ronda de negociaciones.

»Y ademas —volvio a coger el estilete y lo hizo girar entre sus dedos—, hizo la sugerencia, insinuo la posibilidad de que tu no eres totalmente de fiar. Algunos de los hombres que estaban con el se encontraban lo suficientemente sobrios para darse cuenta de lo que ocurria. ?Ja! ?Tendrias que haber visto sus caras! Pero no sabian como hacerlo callar. Eso es lo que ocurre cuando uno elige a su personal como lo hizo el.

Ya habia oido hablar al general sobre aquel tema. La belleza esta muy bien, y no perjudica tener en cuenta el linaje de un hombre, pero estos no deberian ser los unicos criterios a considerar.

—?A quien escogiste?—pregunte. —A Hai Atala Vaihar.

La eleccion perfecta. Vaihar bebe lo suficiente para no desconectarse de la fiesta, pero nunca se emborracha, y siempre sabe que hacer en una situacion dificil.

—No puedo decirte las palabras exactas que utilizo el hijo de Lugala. Ocurrio al final de la velada, y no era del todo facil seguir su discurso. Pero dijo que tu eras humano, y que los humanos eran diferentes en muchos aspectos importantes, y que nadie podia decir con certeza como ibas a actuar ahora que estabas con una mujer humana, que podia o no estar relacionada contigo.

En otras palabras, yo podia ser un traidor al Pueblo y podia ser un perverso, y tal vez incluso cometiera incesto.

[Estas equivocado en esto. El sugeria dos posibilidades, ambas peligrosas. Es posible que Anna sea una parienta tuya, en cuyo caso deberias serle fiel. Ningun hombre en su sano juicio traicionaria ni abandonaria a una mujer de su linaje. O quizas estas mintiendo y ella no es parienta tuya. En tal caso has conseguido tener acceso a sus aposentos con un proposito que me niego a mencionar. Asi, o eres un traidor y no un perverso, o de lo contrario eres un perverso y tal vez un traidor. Pero no creo que Lugala Tsu tuviera en mente la idea del incesto.]

—?Que hiciste? —pregunte.

—Le dije que el futuro esta en manos de la Diosa, y que nunca podemos decir con certeza como va a actuar alguien; entonces Vaihar conto una larga y aburrida historia sobre uno de sus tios, que siempre habia sido previsible; y despues nos marchamos. Me pregunto si alguno de esos jovenes tendra el coraje de decirle a Lugala Tsu exactamente lo que el me dijo a mi.

—Lo mas probable es que no.

Hizo un ruido que indicaba que estaba de acuerdo.

—Voy a hablar con Ettin Per. Tal vez ella encuentre una forma de contener o distraer la curiosidad de las mujeres. Tu te reuniras conmigo en la sala en la que hablamos con el enemigo.

—?Porque?

—Quiero que el hijo de Lugala te vea a mi lado. Eres el mejor traductor que tenemos y nuestro principal experto en humanidad. Quiero que ese producto de una inseminacion apresurada lo recuerde; y quiero que recuerde lo que tu eres para mi.

Del diario de Sanders Nicholas, etc.

VII

Al dia siguiente Nicholas le enseno a manejar la cocina.

—Las mujeres quieren tiempo para pensar en lo que les contaste. El general quiere que este presente en las negociaciones. De modo que te quedaras sola un rato.

Ella asintio y el leyo las instrucciones de uso de los diversos… ?como llamarlos? ?Electrodomesticos?

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