sincronizar los movimientos de modo tal que llegaran al mismo tiempo al centro de la fila.
Cuando se encontraron, se volvieron a una y se quedaron el uno junto al otro, de cara a los humanos. El hombre corpulento se imponia a Ettin Gwarha, media cabeza mas alto y mucho mas robusto. Los otros
El general echo un vistazo a su alrededor. El hombre corpulento asintio. Todos se sentaron. El general, sorprendido con la guardia baja, reacciono con una cierta lentitud y se acomodo en su silla un instante despues que los demas.
Estaba rigido. Enfadado, penso Anna. Furioso. Luego se relajo y se inclino hacia el hombre corpulento y le dijo algo en voz baja. Este sonrio. Sus dientes eran grandes, cuadrados y muy blancos.
—Voy a presentar al Principal Lugala Tsu —anuncio Vaihar—. El hombre que esta sentado junto a el es Min Manhata, que sera su traductor.
Haxu presento al equipo de los humanos.
Interesante, penso Anna. ?Que significaba aquello?
Al final de la reunion comprendio que habia problemas. A Lugala Tsu le resultaba dificil estarse quieto. No era muy evidente —no llego a mostrar una actitud abiertamente brusca— pero estaba alli: pequenos cambios de postura (sobre todo cuando hablaba Ettin Gwarha) ceno fruncido y labios torcidos. A veces se inclinaba ligeramente hacia su traductor, como si estuviera a punto de susurrarle algo, pero no lo hacia. Al principio de la reunion, el general miro de reojo unas cuantas veces. Finalmente se dirigio al otro principal.
Vaihar dijo:
—Ettin Gwarha ha preguntado: «?Tiene algo que anadir, Principal Lugala? ?Cual es su opinion?»
No, dijo el hombre corpulento. No tenia nada que anadir. Era nuevo en las negociaciones. De momento se contentaba. Hablaria mas tarde.
El general inclino la cabeza levemente. Uno de los traductores humanos le habia dicho que esto podia significar acuerdo, o reconocimiento o consideracion, segun los casos. Luego el se echo hacia atras en su silla. Habia tomado alguna decision, penso Anna, aunque no supo de que se trataba.
Despues de eso no volvio a mirar al otro principal.
La atmosfera de la sala estaba cambiando. Algo, la comodidad y confianza que habia ido creciendo en las ultimas semanas, empezaba a disminuir; y a medida que disminuia, ella lo notaba. ?Habia crecido tan lentamente! Aunque desde el principio el general y Charlie hubiesen sido corteses y respetuosos. Sin embargo, cierta rigidez que iba desapareciendo —que habia desaparecido— volvia a notarse.
Anna comprendio cuan racionales y, comparativamente hablando, lo claras que habian sido las conversaciones cuando Charlie y el general estaban al frente de las mismas. Lentas, si, y tal vez excesivamente cautelosas, aunque la diplomacia no era su especialidad. Tal vez los diplomaticos tenian que dar todos esos rodeos.
No supo que ocurria. Vaihar parecia desdichado. Charlie —a quien veia de lado— parecia cada vez mas tenso.
Almorzo con el resto de los humanos. Tomaron un picadillo vegetariano, la comida apropiada para la situacion. Sus colegas siguieron hablando de la reunion que acababa de finalizar, intentando imaginar que ocurria.
Finalmente, Charlie dijo:
—Tengo el presentimiento de que se trata de una lucha de poder entre los dos hombres. —Uso el tenedor para esparcir el picadillo por el plato—. Ojala supiera cuales son sus posiciones. ?Lugala Tsu nos es hostil? ?Ettin Gwarha es en algun sentido nuestro amigo? Anna… —La miro—. Tu tienes los mejores contactos. Mira si puedes sacarle algo a Sanders o a las mujeres
Ella asintio.
—Vere que puedo hacer.
Despues del almuerzo, Anna abandono los aposentos de los humanos. Su escolta era Matsehar. Le pregunto que ocurria.
—?Donde?
—En las negociaciones.
—Exactamente lo que usted ve. El hijo de Lugala se ha unido a las negociaciones, porque es su derecho y su responsabilidad. Los Principales-en-Conjunto deberian estar representados por una sola persona.
Ella estaba escuchando la version oficial, la politica del partido. Matsehar arrugo el entrecejo, lo cual podia significar una advertencia, o tal vez fuese solo una de sus expresiones ocasionalmente raras. Despues empezo a describir las maquinaciones de lady Macbeth y de su hijo. La madre empezaba a perder la confianza, y ahora era el guerrero cruel quien ocupaba el centro del escenario.
—Esto es lo que ocurre —sentencio Matsehar— cuando las mujeres no contienen a sus hijos. La violencia de los hombres siempre debe colocarse en el contexto politico adecuado.
Se separaron en la entrada de los aposentos de las mujeres, y ella recorrio los pasillos increiblemente largos que la llevaban hasta sus habitaciones. El holograma estaba conectado y mostraba el amanecer sobre el mar de Reed 1935-C. En el horizonte se veia un brillo rosado. En lo alto, casi a la altura del techo, brillaba la estrella del amanecer y del crepusculo. En ese momento era doble, los dos planetas lo bastante separados para ser visibles como dos puntos de luz.
En el agua de la bahia brillaban otras luces. Parpadeaban debilmente y parecian opacas. Era el fin de una larga noche de senales de identidad y palabras tranquilizadoras. Sabia como era eso. Se froto los musculos de la cara y del cuello.
Al cabo de un rato, el planeta primario se elevo. Era demasiado brillante para mirarlo directamente. Se levanto, se acerco al intercomunicador y llamo a Ama Tsai Indil.
—Creo que necesito reunirme con su gente.
—Quiere decir con mi socia principal. Si, asi es.
—Y tal vez Sanders Nicholas deberia estar presente.
—De eso no estoy tan segura, pero deje que lo consulte con la mujer de Tsai Ama.
El intercomunicador se apago. Ella manipulo el holograma y logro que el atardecer avanzara a gran velocidad. El planeta primario dejo de brillar en su habitacion. En su lugar, una sombra se proyecto sobre la colina dorada: una especie de artilugio con patas. Tal vez era parte del equipo que habia grabado el paisaje. El cielo estaba moteado de pequenas nubes redondas. Las cabrillas salpicaban el mar de color azul brillante. Imagino el viento que sin duda soplaba, frio y salado.
Anna se sento y vio como la sombra del artilugio se alargaba.
Ama Tsai Indil volvio a llamarla y dijo que la reunion con su socia principal estaba a punto de celebrarse.
XVIII
El general me envio un mensaje al final del quinto
Estaba sentado en el lugar de costumbre, con los brazos sobre la mesa, delante de el, las manos suavemente entrelazadas, mirando la pared que tenia enfrente, de color gris metalico. Me detuve al otro lado de la puerta e hice el ademan de la presentacion.
Me miro.
—Has recordado el decoro militar. ?Estas enfadado conmigo? ?O piensas que yo lo estoy?
—?No lo estas?
—Lo estaba. Sientate. Me resulta incomodo que te quedes ahi de pie, como un soldado.
Me acomode en la silla que tenia delante de su escritorio. El se echo hacia atras y cogio su estilete.
—?Has presenciado la reunion?
Asenti.
—He estado en una de las salas de observacion —y no anadi: despues de que me dijeras que quedaba
