—No conozco tu idioma.

—La verdad es que deberias aprenderlo, Anna. ?No es facil, pero es tan maravilloso! Mientras tanto, yo puedo hacerte una traduccion. Realmente me gustaria conocer tu opinion.

?Como habria podido resistirse a la mirada que el le dedico? Parecia un hombre lobo melancolico. ?Pobrecillo! ?Deseaba tanto mostrar su obra a un humano! Anna asintio.

—No sera tan buena como la version en el idioma original —le advirtio Mats—. Pero domino bastante bien el ingles. No se me resistira tan facilmente.

—Aja —dijo Anna.

Le llevo un par de semanas traducir la obra: muy poco, teniendo en cuenta que no era un traductor profesional. Su titulo era La puerta del castigo. Anna paso una tarde leyendola.

El habia recreado la obra de manera tal que se centraba en torno a la puerta del castillo de Macbeth, que era tambien la puerta del infierno. Habia un guardian que a veces aparecia como un ser humano corriente, un borracho comico, y a veces como un monstruo o un demonio. Todos los personajes de la obra se movian alrededor de la puerta y la atravesaban en una especie de danza: brujas y guerreros, fantasmas, la terrible madre y el hombre asesinado. A veces hablaban con el guardian de la puerta; a veces el describia lo que ocurria mientras ellos danzaban.

?Santo cielo! ?Seria algo digno de verse! Imagino a las brujas con tunicas negras, danzando alrededor de un Macbeth ataviado con su armadura de color rojo sangre, y el monologo en el que el guardian (ahora un demonio) describia el banquete. Por supuesto, eso se desarrollaria fuera del escenario. A los hwarhath les aburria la comida. ?O les disgustaba?

No dejo de leer hasta que llego al final. Macbeth yacia muerto en medio del escenario. El guardian, vestido en ese momento con el esplendido atuendo de un ser sobrenatural, se quitaba la tunica y la dejaba caer. Debajo llevaba la monotona vestimenta de un portero humano. Su tarea habia concluido, decia al publico. La puerta se habia convertido otra vez en un portal corriente, que no conducia a ninguna parte salvo al interior del castillo. Recordad las reglas de la hospitalidad, decia, y las nefastas consecuencias del exceso de ambicion. Recogia su jarra de halin y salia arrastrando los pies. Finito.

—?Caray! —exclamo Anna y desconecto la obra. Miro la pared que tenia enfrente y no vio la madera gris. En lugar de eso visualizo la puerta y el guardian, un humano con ropas oscuras que se convertia en un demonio de brillante atuendo dorado y plateado, y otra vez en humano. Las acotaciones de la obra indicaban que el actor debia aumentar de estatura cuando se convertia en demonio. ?Como se hacia eso? ?Con un relleno en la tunica del demonio? ?O con zapatos especiales? Tendria que preguntarselo a Matsehar.

El lenguaje era torpe en algunos fragmentos, y le resulto raro leer el famoso monologo, las palabras finales de Macbeth: «El dia de manana, y de manana, y de manana.» La traduccion al idioma hwarhath lo habia cambiado. Era como ver un objeto conocido a traves del agua, o de un espejo deformante.

?Sorprendente! Se fue a dormir.

Al dia siguiente, Matsehar le sirvio de escolta.

—?Lo has leido? ?Que te ha parecido?

—?Por que me acompanas de un lado a otro? ?Que haces en esta estacion? Eres una especie de genio.

El se detuvo en medio del pasillo y la observo. Se miraron a los ojos.

—?Eso significa que te ha gustado?

—Es maravillosa. Esplendida.

Seguramente el recordo que entre ambos no existia parentesco alguno, porque bajo la vista enseguida.

—Estoy aqui para estudiar a los humanos, y te sirvo de escolta porque Nicky me lo pidio. Creo que el queria que tu escolta fuera alguien de su confianza, alguien que no se dedicara a la politica, alguien que no sintiera rechazo por los conocidos habitos de la humanidad.

Otra vez la heterosexualidad alzaba su espantosa cabeza.

Siguieron caminando.

—Tuve que resumirla —aclaro Matsehar—. ?Vuestras obras son tan largas! He intentado simplificarla. La sencillez tiene un gran poder, y la obra trata del poder. ?Ah! ?Corre como un torrente de sangre!

Empezo a pronunciar un discurso sobre la obra. Sin duda, era un hombre que apreciaba su propio trabajo.

—Lo que debe permanecer, ademas de la violencia, es el sentimiento de horror y extraneza; y la moraleja debe conservarse y ser clara. Hasta la persona mas estupida del publico debe comprender que la obra trata de la avaricia y los malos modales.

—?De los malos modales? —pregunto Anna.

—?Conoces a un anfitrion peor que Macbeth?

Anna se echo a reir.

—Supongo que no. ?Entonces esa seria tu descripcion de Macbeth? ?Es una obra que habla de un hombre que es un anfitrion espantoso?

—Si, y es una obra que habla de una violencia que no ha sido contenida dentro de un marco moral.

Llegaron a la entrada de los aposentos de los humanos. Matsehar se detuvo y arrugo el entrecejo.

—No estoy conforme con la traduccion del titulo. «Castigo» es una palabra fuerte y dura. Me gusta como suena. Pero su significado no es el mas apropiado. La puerta de la reprension seria mas exacto, aunque no suena tan bien. O tal vez La puerta de las consecuencias. —Inclino la cabeza en actitud reflexiva—. No. Me quedo con «castigo». Es el nombre adecuado para una puerta que se abre al infierno. Un concepto interesante. Nosotros no tenemos nada parecido. Tal vez deberiamos tenerlo. Nuestros fantasmas y espiritus malignos se pasean libremente y nos hacen la vida dificil. Podriamos utilizar un deposito.

—?Crees en los fantasmas? —pregunto Anna.

—Si y no —repuso Matsehar—. Pero, reales o no, seria bueno tener un lugar donde guardarlos.

?Al demonio con aquella gente! ?Es que no habian oido hablar del termino medio? ?Como podia responder «si y no»?

Al cabo de pocos dias llego a la estacion la primera delegacion del Tejido: cinco mujeres corpulentas de edad mediana, vestidas con ricas tunicas. Llevaban una nueva traductora: una mujer alta y demacrada, de pelaje color gris acero y un aire de absoluta seriedad. Se llamaba Eh Leshali y era prima hermana de Eh Matsehar.

Segun Leshali, Matsehar habia dicho a sus parientes que aprendieran ingles.

—Cuantos mas, mejor, dijo. Es el unico consejo que nos ha dado Matsehar en la vida. Dijo que seguramente nos seria util. Asi que lo aprendimos. Mats es raro, pero a nadie se le ocurriria decir que es estupido.

Eso era verdad, aunque Anna no lo consideraba especialmente raro. En muchos sentidos, le parecia el alienigena mas normal que habia conocido, tal vez porque carecia de la certeza que tenian los demas. Mats consideraba que el universo estaba lleno de ambiguedad. Vaihar no lo veia asi; diferenciaba lo bueno de lo malo. En cuanto a Ettin Gwarha, ella tenia la impresion de que quiza veia el universo tal como lo veia Mats, pero que se negaba a hacerlo, como quien aparta la mirada de algo enorme y terrible.

Pero tal vez estaba equivocada. ?Que sabia realmente de los alienigenas? Mas de lo que sabia al llegar a la estacion, pero mucho menos de lo que las mujeres hwarhath sabian de la humanidad. A Anna le sorprendia la cantidad de informacion que poseian. Despues de pensarlo, se dio cuenta de que su sorpresa no era fundada. Durante mas de veinte anos Nicholas Sanders habia estado haciendo todo lo posible por descubrir el pastel.

Los alienigenas disponian de muchos datos. Ahora querian una explicacion. ?Como podia ser asi la humanidad? ?Como era ser un humano? ?Como era ser una mujer en la Tierra?

Ella respondio lo mejor que pudo. Al menos no tenia que preocuparse por la posibilidad de revelar informacion estrategica. Descubrio que explicaba cosas como el cuidado de los ninos, o la filosofia etica humana, o su propio trabajo con la conducta animal.

Inofensivo, dijo Cyprian Mclntosh.

Llegaron otras mujeres a la estacion y el primer grupo se marcho. Tsai Ama Ul se fue con este.

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