—?Adonde?

—Ya se lo he dicho. A la Luna.

—?Asi de sencillo? ?Sin cohetes, sin cuenta atras? ?Solo un monton de tubos chisporroteando, y adelante? Ya estoy en la Luna, como si fuera una radiofoto tridimensional. —Barker sonrio—. ?No es grande la ciencia?

Hawks le miro inexpresivamente.

—Aqui no estamos librando ninguna contienda en la que deba probar su hombria, Barker. Realizamos un trabajo. No hace falta que mantenga su guardia en alto todo el tiempo.

—?Reconoceria una contienda si viera alguna, doctor?

Sam Latourette, que se les habia acercado por detras, gruno:

—?Callese, Barker!

Barker se volvio con aire indiferente.

—Por Dios, hombre, no me he comido a su hijo.

—Esta bien, Sam —intervino Hawks con paciencia—. Al Barker, este es Sam Latourette. El doctor Samuel Latourette.

Barker dirigio la vista hacia los amplificadores y volvio a mirarle.

—Ya nos hemos conocido —le dijo a Latourette, tendiendo la mano.

—No resulta muy gracioso, Barker.

Barker bajo la mano.

—No soy un comediante de profesion. ?Que es usted…, la directora del internado?

—He estado leyendo el dossier que Personal ha enviado de usted —comento Latourette con pesada persistencia—. Queria comprobar cuales eran las posibilidades de que nos resultara de alguna ayuda aqui. Y tambien quiero que recuerde una cosa. —Latourette bajo la cabeza hasta que tuvo el cuello enterrado entre sus enormes hombros, y su rostro se vio ampliado por hileras paralelas de carne amarillenta que surgieron en densos pliegues a lo largo de las lineas de su mandibula—. Cuando usted habla con el doctor Hawks, lo esta haciendo con el unico hombre en el mundo que pudo haber construido esto. —Abarco con el gesto las galerias, las pasarelas, el banco de amplificadores y el inmenso transmisor de la pared mas lejana—. Esta hablandole a un hombre cuyo cerebro se encuentra tan alejado de la confusion, de lo que usted y yo pensamos como un error humano normal, como usted lo esta de un chimpance. Usted no se halla capacitado para juzgar su trabajo o hacer comentarios punzantes al respecto. Su pequena personalidad retorcida no esta a la altura de la preocupacion de el. A usted se le ha contratado para que realice un trabajo aqui, igual que a todos nosotros. Si no puede llevarlo a cabo sin causarle mas problemas de los que usted vale, larguese…, no anada mas peso a su carga. Ya tiene mas que suficiente. —Latourette miro con ojos intensos a Hawks—. Mas que suficiente. —Adelanto los hombros. Sus brazos colgaban sueltos y alertas—. ?Lo ha entendido?

La expresion de Barker fue atenta y fria mientras observaba a Latourette. Su peso se habia apartado casi por completo de su pierna ortopedica; no obstante, no se apreciaba ninguna otra senal de tension en el. Mantenia una calma mortal.

—Sam —intervino Hawks—, quiero que supervises las pruebas del receptor del laboratorio. Tiene que ser ahora mismo. Luego necesito una comprobacion de los datos telemetricos de la torre de repeticion y del receptor de la Luna. Tan pronto como los tengas, hazmelo saber.

Barker contemplo como Latourette daba media vuelta y se marchaba en silencio junto al banco de amplificadores en direccion a la plataforma de recepcion. Alli, un grupo de tecnicos realizaban analisis fluoroscopicos a una serie de objetos de prueba que les eran transmitidos por otro grupo.

—Venga conmigo, por favor —le dijo Hawks a Barker, y se encamino despacio hacia la mesa en la que yacia el traje.

—Asi que por aqui hablan de usted de esa forma —comento Barker, que seguia mirando a uno y otro lado a medida que andaban—. No me extrana que se impaciente cuando se encuentra tratando con el gran mundo que hay ahi afuera.

—Barker, es importante que solo se preocupe de lo que ha venido a hacer. Es algo totalmente alejado de la experiencia humana y, si ha de completarlo con exito, existen una serie de cosas que ha de absorber. Tratemos de mantener las personalidades al margen de esto.

—?Y que me dice de su muchacho? ?Latourette?

—Sam es un hombre excelente —repuso Hawks.

—Y esa es su disculpa.

—Es la razon por la que se encuentra aqui. Normalmente, estaria en un sanatorio bajo sedacion por el dolor que padece. Tiene un cancer incurable. El ano proximo estara muerto.

Habian dejado atras la baja hilera de gabinetes interconectados de acero gris. La cabeza de Barker giro con un movimiento brusco.

—Oh —comento—. Esa es la causa por la que es el hombre estandar que tienen almacenado alli. Nada que le corrompa la carne. La vida eterna.

—Ningun hombre normal desea morir —repuso Hawks, posando la mano en el hombro de Barker y conduciendole con suavidad hacia el traje. Los hombres del equipo de la Marina lanzaron miradas subrepticias a Barker, tras comprobar si alguno de sus companeros les observaba en ese momento en particular—. De otro modo, el mundo se veria barrido por los suicidas.

2

Hawks no presento a Barker al equipo. Al llegar al borde de la mesa, senalo el traje.

—Bien, esto es lo mejor que podemos hacer por usted en forma de proteccion. Se mete en el traje, sobre la mesa, y sera introducido en el transmisor. Sera transmitido a la Luna dentro de el… Una vez dentro, lo encontrara comodo y muy maniobrable. Posee ayudas de energia que se activan por medio de diversas presiones que realiza su cuerpo. El traje respondera a todos sus movimientos. Me han dicho que es como si nadara. Dispone de una seleccion de todas las herramientas que sabemos que necesitara, y unas cuantas mas que creemos que pueden resultar de utilidad. Es algo que, siempre que pueda, nos tendra que confirmar posteriormente. Es importante que se familiarice exhaustivamente con las operaciones del traje… La mayoria son automaticas; sin embargo, lo mejor es no dejar nada al azar. Ahora me gustaria que se metiera en el, para que el alferez y sus hombres puedan comprobar que no tendra ninguna dificultad.

El oficial de la Marina a cargo del equipo de especialistas dio un paso al frente.

—Disculpe, doctor —dijo—. Tengo entendido que el voluntario tiene una extremidad prostetica. —Se volvio a Barker—. Si es tan amable de quitarse los pantalones, senor.

Hawks sonrio, incomodo.

—Le sostendre la chaqueta —le comento a Barker.

Barker miro a su alrededor. Gotas de frio sudor aparecieron en su frente. Le alcanzo la cazadora a Hawks sin mirarle, se desabrocho el cinturon y se quito los pantalones. Permanecio con ellos aferrados en la mano, observo a Hawks, y luego los enrollo rapidamente y los deposito en el borde de la mesa.

—Ahora, si se introduce en el traje, senor, veremos los ajustes que son necesarios realizar. —El alferez le hizo un gesto a su equipo y los hombres rodearon a Barker, alzandolo y depositandolo de espaldas en el interior del traje abierto. Barker permanecio rigido, con la vista hacia arriba, y el alferez prosiguio—: Muevase, por favor…, queremos cerciorarnos de que sus musculos realizan un contacto firme con todos los puntos de presion de las placas del servomotor.

Barker comenzo a mover rigidamente el cuerpo.

—Si, es lo que pensaba —anuncio el alferez—. La extremidad ortopedica tendra que ser modificada en la pantorrilla y en la articulacion de la rodilla. Fidanzato… —Senalo a uno de sus hombres—. Tome las medidas de esos espacios y vaya al almacen de maquinaria. Quiero que se coloquen unas placas ahi. Lo siento, senor —se dirigio a Barker—, pero tendra que dejar que mi hombre se lleve la pierna con el. No tardara mucho. Sampson…, ayudele a quitarse la camisa de modo que pueda desabrocharse la sujecion del hombro.

Barker extrajo rapidamente los brazos del traje, aferro los bordes de la espalda y se ayudo a

Вы читаете El laberinto de la Luna
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату