—Adios, Hawks —dio media vuelta y vacilo. Miro por encima del hombro—. Creo que eso es todo lo que deseaba decirle.

Hawks no comento nada.

—Podia haberlo hecho con una nota o una llamada telefonica —expuso desde la puerta—. En realidad, ni siquiera tenia por que hacerlo.

Agito la cabeza, perplejo, y observo a Hawks como si esperara una respuesta a una pregunta que se estuviera formulando a si mismo.

Hawks dijo con voz suave:

—Lo unico que deseaba era asegurarse de que yo supiera quien era el ganador, Connington. Eso es todo.

—Si, eso supongo —admitio inseguro Connington, y salio lentamente del despacho.

Al dia siguiente, cuando el tiempo transcurrido alcanzo los seis minutos y treinta y nueve segundos, Hawks fue al laboratorio y le dijo a Barker:

—Tengo entendido que se muda aqui, a la ciudad.

—?Quien se lo comunico?

—Winchell. —Hawks miro atentamente a Barker—. El nuevo director de personal.

Barker gruno.

—Connington se ha marchado a algun lugar del este. —Alzo la vista con una expresion de perplejidad en el rostro—. El y Claire subieron ayer a recoger las cosas de ella, mientras yo me encontraba aqui. Rompieron todos los ventanales del salon que daban al jardin. Tendre que colocarlos de nuevo antes de que pueda poner la casa a la venta. Nunca crei que el fuera asi.

—Me gustaria que se quedara con la casa. La envidio.

—Eso no es asunto suyo, Hawks.

Pero, no obstante, el tiempo transcurrido habia sido aumentado hasta alcanzar los seis minutos y treinta y nueve segundos.

El dia que el tiempo transcurrido llego a los siete minutos y doce segundos, Hawks se hallaba en su oficina, recorriendo con un dedo el arrugado mapa, cuando sono el telefono.

Lo miro con un movimiento veloz de los ojos, encorvo los hombros y prosiguio con lo que estaba haciendo. La yema del dedo descendio por la insegura linea de color azul, atravesando las ocultas zonas negras, cada una marcada con sus instrucciones y su relacion de tiempo relativo, cada una bordeada con una X roja, como si el mapa representara un diagrama de una playa prehistorica, donde un tambaleante organismo hubiera marcado su laborioso recorrido sobre la arena sucia entre las largas hileras de algas resecas y otros desechos que ahora yacian varados bajo el moribundo cielo. Miro el mapa ensimismado, agitando los labios, luego cerro los ojos y fruncio el ceno, repitio las relaciones y las instrucciones, los abrio y volvio a inclinarse otra vez hacia delante.

El telefono sono de nuevo, suave pero insistente. Cerro la mano en un momentaneo puno y, despues, hizo a un lado el mapa y cogio el auricular del aparato.

—Si, Vivian —contesto. Escucho y, finalmente, dijo—: De acuerdo. Llame a la entrada, por favor, y haga que le concedan un pase de visitante al doctor Latourette. Le esperare aqui.

Colgo el telefono y miro las desnudas paredes de su despacho.

Sam Latourette llamo suavemente a la puerta y entro, con la boca torcida en una semisonrisa timida, los pasos lentos e inseguros mientras cruzaba el despacho.

Vestia un traje arrugado y una camisa blanca con el cuello abierto sin corbata. Debajo de su barbilla, y en algunas partes del cuello, se veian pequenos cortes recientes, como si acabara de afeitarse. Llevaba el cabello cuidadosamente peinado; aun estaba humedo del agua que habia empleado en el, y se abria en mechones entre los cuales se podia ver el cuero cabelludo, como si alguien hubiera hallado un viejo busto y, en un arranque de anoranza, lo hubiera acicalado tan bien como lo permitian las circunstancias.

—Hola, Ed —saludo con voz suave, tendiendo la mano al tiempo que Hawks se ponia rapidamente de pie—. Ha pasado tiempo.

—Si. Es verdad. Sientate, Sam… Aqui, en esta silla.

—Tenia la esperanza de que pudieras hacerme un hueco en tu tiempo para verme —comento Latourette, hundiendose en el asiento. Alzo la vista con gesto de disculpas—. Las cosas deben estar avanzando a toda velocidad ahora.

—Si —repuso Hawks, sentandose en su propio sillon—. Si, bastante.

Latourette bajo la vista al mapa, que Hawks habia doblado y colocado en un extremo del escritorio.

—Parece que me equivoque con respecto a Barker.

—No lo se. —Hawks alargo una mano hacia el mapa y, luego, la retiro y la coloco con la otra sobre su regazo—. Ha hecho muchos progresos para nosotros. Supongo que eso es lo que cuenta.

Observo a Latourette con ojos intensos y cierta vacilacion.

—?Sabes? —empezo Latourette, con la misma expresion de incomodidad en el rostro—. No deseaba el trabajo con la Hughes Aircraft. Al principio pense que si. Ya sabes. Un hombre…, un hombre quiere seguir trabajando. De todas formas, se supone que eso es lo que desea.

—Si.

—Pero tu sabes que yo no me emborracho. Quiero decir, yo…, no lo se. Oh, tal vez en una fiesta. Solia hacerlo. Pero no… Bueno, no porque este resentido y quiera estropear las cosas. Yo nunca he sido asi.

—No.

Latourette se rio en silencio, tragandose el sonido.

—Creo que intentaba convencerme a mi mismo de que estaba realmente irritado contigo. Ya sabes…, como si tratara de verme como una especie de figura tragica. No…, no, no queria ir a trabajar. Creo que eso es todo. Lo que de verdad deseaba era salir y sentarme bajo el sol. Quiero decir, que aqui, de todas formas, mi funcion habia terminado…, y tu tenias que empezar a darle una oportunidad a Ted Gersten. Mas pronto o mas tarde tendrias que hacerlo.

Hawks apoyo las manos en el borde del escritorio.

—Sam —dijo con voz firme—, hasta hoy aun no se si hice lo correcto. Senti panico, Sam. Me asuste, debido a que Barker habia logrado llegar hasta mi.

Latourette intervino con rapidez:

—Eso no significa que te equivocaras. ?Donde estariamos todos si nunca hubieramos actuado segun una corazonada? De vez en cuando has de moverte a toda velocidad. Mas tarde, cuando echas un vistazo hacia atras, ves que, si no lo hubieras hecho asi, todo se habria desbordado. A menudo nuestros instintos son mucho mas inteligentes que nosotros.

Saco un cigarrillo del bolsillo de la camisa, sin bajar la vista, rebuscando a tientas con los dedos en el bolsillo mientras el miraba fijamente el aire que tenia delante, como si lo que hubiera comentado fuera un pensamiento anticipado de algun ensayo de lo que el y Hawks debian decirse mutuamente, como si su atencion del momento estuviera en algo que todavia no estaba seguro de que estuviera preparado para decir.

—Manana ingresare en el hospital —continuo—. Ya es hora. Quiero decir, podria quedarme un poco mas de tiempo fuera, pero, de este modo, acabo con el asunto. Y, ya sabes, con morfina podria aguantar un poco mas… o con lo que sea que te den. Cada dia es mas molesto —dijo, como de pasada—. De cualquier forma, el gobierno envio el otro dia a un hombre a verme; no me comento directamente que querian que hiciera algo, pero creo que se sentiran mas contentos viendome en un lugar en el que no importe mucho lo que diga en mis suenos. —Emitio una sonrisa sofisticada—. Ya sabes. El Gran Hermano.

Hawks permanecio sentado, contemplandole.

—De todos modos… —Latourette agito una mano, inconsciente del cigarrillo que tenia a medio camino hacia sus labios desde que lo sacara del bolsillo—. Estare fuera de circulacion. —Bajo la vista y exclamo—: Oh —y se llevo el cigarrillo a la boca. Extrajo rapidamente una caja de cerillas del bolsillo de la chaqueta y lo encendio, aspiro con fuerza, apago el fosforo y se inclino hacia delante para arrojarlo a la papelera de Hawks, con el rostro concentrado en la tarea de meterlo dentro—. De forma que he estado pensando si no te pareceria una buena idea sacar un doble mio de la cinta de mi archivo. Asi, podrias tenerme, quiero decir, podrias disponer de mi doble, en

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